Los partidarios de la Captura y el Almacenamiento de CO2 (CAC), siempre han planteado la necesidad de un mecanismo comunitario de financiación, que asegurase un programa, suficientemente amplio, de proyectos de demostración, a escala real. El problema es que, dentro del actual marco de financiación comunitaria (2007-2013), no es posible conseguir los suficientes fondos a partir del presupuesto comunitario, por lo que el mecanismo más fácilmente disponible era acudir a las “reservas para nuevos entrantes” de los permisos europeos de emisión de CO2 (un permiso es una tonelada de carbono equivalente).
Se entendía que, con unos 500 millones de permisos, que pudieran negociarse a unos 25 €, podrían conseguirse hasta 12.500 millones de euros. Con esta cantidad podría financiarse la construcción de unos 12 proyectos de demostración, asumiendo un reparto en la financiación que sería de hasta el 50 por ciento de los costes netos; para los proyectos en los Estados miembros no cubiertos por los fondos de cohesión; y de hasta el 90 por ciento; para los proyectos en los Estados miembros cubiertos por el fondo de cohesión. Además, y para evitar la volatilidad del precio de los permisos, se proponía que esta financiación debería asignarse en euros, y no en permisos.
Los gobiernos de la UE, apoyaban esta idea, pero, en lo que no estaban de acuerdo, era en la cantidad de permisos que se deberían destinar a este propósito. Francia sostenía que deberían estar entre los 100 y 200 millones, mientras que, el británico Chris Davies; miembro del parlamentario europeo, y ponente en captura y almacenamiento, lo consideraba insuficiente. Sostenía, que, incluso 300 millones de permisos no serían suficientes si el precio del carbono seguía siendo bajo.
Finalmente, en diciembre de 2008, el Parlamento Europeo aprobó la directiva que proporciona el marco legal necesario para las actividades de captura y almacenamiento geológico de dióxido de carbono CAC con la que los diputados lograron garantizar 300 millones de permisos (toneladas) para financiar proyectos de demostración a gran escala. Con la venta de este número de permisos, los expertos creían que se alcanzarían unos 6.000 millones de euros, suficiente para financiar, si bien parcialmente, ocho proyectos de CAC diferentes y así, asegurar que pudieran probarse los distintos tipos de tecnologías disponibles.
Sin embargo, el dinero disponible será mucho menor de lo esperado, ya que, la propuesta de asignarse en euros, y no en permisos, para evitar la volatilidad del precio de los permisos, nunca se llevo a cabo, y, en los últimos cuatro años, el precio del carbono ha disminuido constantemente, alcanzando recientemente un mínimo histórico, por lo que las cantidades que podrían conseguirse con la venta de los permisos han caído en picado. Ante esta situación, la cantidad final es probable que sea aún menor de los 4.500 millones de euros, que la UE aún esperaba alcanzar en el 2010; seguramente menos de 2.000 millones de euros; por lo que, sólo podrán recibir fondos dos o tres proyectos de CAC en toda Europa.