Turcón-Ecologistas en Acción protesta ante el primer ministro de las islas Feroe por la matanza anual de cetáceos. El colectivo ecologista manifiesta así su rechazo ya que esta crueldad no sólo atenta contra especies inteligentes y de gran relevancia ecológica, sino también porque ya no hay motivos económicos ni sociales que la justifiquen, más allá del argumento de la “tradición”, que en este caso es una tradición cruel, al igual que otras muchas tradiciones que afortunadamente van desapareciendo.

Ecologistas en Acción ha enviado cartas en castellano y en su idioma para que las autoridades frenen esa matanza de especies que todos los años se producen en sus playas. A la vez manifiestan que en Canarias particularmente la observación de cetáceos es una industria turística muy relevante alrededor de la que se mueve cientos de millones de euros anuales, siendo la especie estrella en esta observación los calderones, que casualmente son también la principal especie objeto de la caza en su Archipiélago.

Un total de 1.115 calderones o ballenas piloto, como son llamados comúnmente, fueron masacrados en las islas Feroe (Atlántico Norte) en 2010. En 2011 fueron 700 las ballenas que perdieron la vida, una reducción importante, en parte gracias a la intervención del barco “Brigitte Bardot” de la organización Seashepherd (http://www.seashepherd.org) que intervino en la matanza para impedirla, y en parte porque el tiempo empeoró durante la matanza por lo que tuvieron que interrumpirla antes de lo previsto.

Organizaciones ambientalistas y de bienestar animal, como la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA), están tremendamente preocupadas acerca del crecimiento de estas cacerías, ya que en 2010 se dió muerte a más ballenas que en cualquier otro año desde 1996. El promedio de los últimos diez años ha sido 627 ballenas piloto.

A pesar de que el gobierno argumenta lo contrario, la televisión de las Islas Feroe muestra claramente que los métodos brutales usados para matar a las ballenas no han mejorado y tienen el potencial de infligir un tremendo sufrimiento a las ballenas.