Ecologistas en Acción afirma que la solución a la crisis no está ni en la austeridad, ni en el crecimiento ni en los rescates bancarios, sino en auditar y dejar de pagar la deuda ilegítima dando paso a la creación de otro sistema monetario que no se base en la deuda ni necesite crecer. Para ello se suma a la movilización que impulsa el 15M el próximo 16 de junio.

La austeridad

La deuda española es de unas cuatro veces el PIB español. De esa impresionante cantidad, solo el 16% es deuda pública, el resto es privada, fundamentalmente ligada al ladrillo, en manos de bancos, inmobiliarias y familias.

La austeridad no es la solución en primer lugar porque, simplemente, no hay dinero suficiente, ni lo habrá para pagar esa inmensa deuda. La deuda acumulada es tan grande, los intereses que hay que pagar para colocar emisiones son tan altos, que con razón las agencias de riesgo van bajando la clasificación de la deuda española, adivinando que no se podrá pagar en su integridad.

Pero, además, la austeridad llevada hasta sus últimas consecuencias (el pago de todas las deudas) no es la solución en el capitalismo porque es anticapitalista. El sistema económico actual no funciona al contando, sino en base a deuda, una deuda que es emitida por distintas instituciones, la principal de ellas la banca. Su actividad, básicamente, consiste en captar ahorro ajeno, es decir tomar activos de bajo riesgo, y prestarlos, es decir invertir en activos de riesgo superior. Con esto crea una deuda mayor que el dinero que hay en circulación. Si el banco no corre riesgos, simplemente no realizaría ninguna actividad bancaria y la economía no funcionaría. Si las operaciones salen bien los banqueros recogen beneficio, pero si sale mal las pérdidas se reparten entre los dueños del banco y las personas que han dejado sus ahorros en la entidad. Es más, si la operación es desastrosa y el banco es “demasiado grande para caer” porque en su desplome arrastraría al resto de la banca y, con ello, a una economía que es adicta al crédito, los rescates terminan siendo públicos. Esto, inevitablemente pasa de forma periódica en el capitalismo.

El crecimiento

La segunda de las alternativas que se ponen sobre la mesa es el crecimiento. La idea es volver a impulsar la economía para devolver las deudas. Y este impulso vendría de la creación de nuevo dinero y del tirón del gasto público. Pero esta receta, que ha sido válida en la historia del capitalismo, ya no lo es. El crecimiento económico conlleva un consumo mayor de materia y energía. Pero ya no hay energía barata disponible que sostenga un nuevo ciclo expansivo de la economía. Estamos en el pico del petróleo y, conforme se recupere el crecimiento, se disparará, como ya está ocurriendo, el precio del “oro negro”. Con el precio del petróleo en alza, el del resto de productos también subirá y la crisis volverá a hacer su aparición.

Ante este hecho no hay economía verde que valga. Las renovables, la eficiencia y la “desmaterialización” de la economía no evitan que haga falta más consumo material y energético para mantener el crecimiento. Simplemente no hay ningún dato que lo corrobore.

Los rescates

A estas alturas está bastante claro que los rescates no van a poder hacer frente al pago de la inmensa deuda. Para lo que están sirviendo es para generar un gigantesca transferencia de recursos de las clases populares (las que están sufriendo los recortes de salarios y servicios), hacia las poderosas (las que detentan los capitales que controlan la banca y los fondos de inversión rescatados). Es decir, para que las deudas de quienes más tienen sí sean devueltas, haciendo caer en la quiebra a quienes menos tienen.

Moratoria, auditoría, impago y nuevo sistema monetario

Hace falta una moratoria del pago de la deuda, una auditoría para determinar que deuda es ilegítima y un impago de esa deuda ilegítima. Se repite una y otra vez, sin mirar a la historia del propio capitalismo, que si no se pagan las deudas, la próxima vez nadie dará crédito. Eso no es cierto, en primer lugar porque el negocio de la banca, su razón de existir, es prestar dinero.

Pero esto no es suficiente, también hace falta reformular el sistema económico desde la raíz para que esté en paz con el planeta y con las personas. Es decir, crear un nuevo sistema monetario que no se base en la deuda y no necesite crecer. Esto es posible, porque multitud de monedas locales ya están funcionando así.

En definitiva, lo que estamos viviendo es una contraposición el derecho a la propiedad privada de las clases más adineradas con el derecho a la vida (encarnado en asistencia sanitaria, o educación, o un medio ambiente limpio). Ambos son incompatibles hoy por hoy y la ciudadanía tiene que escoger. La apuesta por la vida, de la que hace parte Ecologistas en Acción, saldrá a la calle el 16 de junio en las movilizaciones convocadas por el 15M.