Una vez extinguido el incendio forestal que desde el jueves 12 de julio ha afectado a la sierra de Mariola, la Colla Ecologista La Carrasca-Ecologistes en Acció quiere manifestar a la opinión pública las siguientes consideraciones:

En primer lugar, hay que agradecer a todas las personas, entidades y organizaciones que, en circunstancias tan dramáticas y peligrosas como las que supone la existencia de cualquier fuego en nuestras sierras, han luchado contra las llamas y han impedido que el desastre ambiental fuera aún más grave.

El incendio, que según los datos aportados ha devastado un área alrededor de las 500 hectáreas, ha afectado prácticamente en su totalidad a terrenos incluidos dentro del perímetro del Parque Natural de la Sierra de Mariola; y, dentro de este perímetro, el fuego ha afectado de forma mayoritaria la subárea definida como zona de Protección Integral, que como muy bien dice su nombre, agrupa los terrenos que presentan una mayor riqueza biológica y paisajística. Debemos recordar también que en la zona de Serelles (término municipal de Alcoi) se encuentra la microreserva botánica de la Mola Alta, de 19,6 hectáreas de extensión, que fue declarada por su valor como espacio natural protegido, incluso un año antes que el Parque Natural. Por tanto, el arrasamiento ecológico en este desastre forestal ha sido muy importante e incluye zonas también valiosas del término de Cocentaina, como los parajes del Cavall Bernat, Talecons, Pla de les Vaques, l'Alberri e, incluso, Penyes Monteses.

Se trata del mayor incendio que ha sufrido la sierra de Mariola desde su declaración como Parque Natural en 2002 y uno de los mayores de los últimos cincuenta años, superado por algunos aún más graves como el del 5 julio de 1994 y el del 15 de agosto de 1980.

Debemos indicar también que el incendio se produjo en un día con unas condiciones meteorológicas que no eran especialmente malas y sin coincidir en aquel momento con ningún otro incendio forestal en el País Valencià. Por ello, y a falta de obtener información más precisa, pensamos que se debería haber actuado con una mayor contundencia en la utilización de los medios disponibles desde un primer momento, es decir, tal como dicen los técnicos, en la primera media hora o, a lo sumo, en la primera hora después de detectar el fuego (que parece que fue a las 15,22 h).

Hay que tener en cuenta variables como el viento dominante aquella tarde, la extensión de la masa forestal que podía verse afectada y el gran valor ecológico de los terrenos que se quemaban (recordamos: Parque Natural, subárea de Protección Integral). Efectivamente, aquella tarde el viento más peligroso para la propagación del incendio, teniendo en cuenta el lugar donde se había iniciado, fue el de levante, como así ha resultado desgraciadamente. Así, algún responsable debería haber pensado que ese viento podía llevar las llamas hacia una zona especialmente abarrancada y de relieve fracturado como es toda el área de l'Alberri de Cocentaina y tener en cuenta que el fuego se encontraba ya desde el momento de su inicio en un espacio natural protegido de alto valor ecológico como es la sierra de Mariola. Es decir, tenía que haberse aplicado con contundencia lo que técnicamente se denomina “despacho automático de medios”, que implica el desplazamiento inmediato por helicóptero de una brigada forestal al perímetro inicial del incendio por poder atacarlo tanto desde tierra como desde el aire.

Por todo esto, nuestra organización pedirá a la Conselleria de Governació i a los responsables del Parque Natural de la Sierra de Mariola tanto el protocolo de actuaciones que se llevaron a cabo desde el momento del primer aviso de la existencia de fuego, como el seguimiento y cronograma que certifique la puesta a disposición de medios, fundamentalmente en la primera hora tras el inicio del incendio.

Por otra parte, debemos destacar también el recorte que han sufrido esta primavera y este verano, especialmente seco y caluroso, tanto los medios de vigilancia y de detección inmediata como las brigadas forestales existentes en nuestras comarcas. En este sentido, tanto en las reuniones de la Junta Rectora del Parque Natural de Mariola como en el Consejo de Protección del Parque Natural de la Font Roja, se le preguntó explícitamente a su dinamizador, señor Ignacio Palmer, sobre las previsiones de prevención y extinción de incendios para la campaña de incendios de este verano. Las respuestas, por su parte siempre fueron evasivas, poco concretas y, en todo caso, tratando de demostrar que en ningún caso se ponía en peligro la eficiencia en las actuaciones que se pudieran presentar. Eso sí, quedó muy claro que durante los meses de julio, agosto y septiembre solo prestaría servicio una brigada en el conjunto de los dos parques naturales, es decir, solo una brigada para más de 15.000 hectáreas de Parque Natural (más de 22.000 si contamos las áreas de amortiguación que los rodean). Por cierto, todos los ciudadanos y, evidentemente también nosotros, aún estamos esperando alguna declaración por parte del dinamizador de los parque naturales de Mariola y Font Roja, señor Ignacio Palmer.

Para acabar, y aunque será objeto de posteriores informaciones, nos gustaría apoyar la idea genérica que siempre aportan los científicos en estos casos, que aconseja no precipitarse en llevar a cabo actuaciones rápidas en los terrenos quemados, que pueden ser contraproducentes, sino más bien estudiar detenidamente el territorio y observar con calma y con tiempo suficiente (dos o tres años, como mínimo) cuál es el resultado de la regeneración natural que, sin duda, el bosque, el monte bajo, el matorral y los pastos mediterráneos nos presentarán en el paisaje después de las bienvenidas lluvias del otoño y la nieve del invierno.

Por ello, antes de dedicar esfuerzos al problema de la regeneración de los paisajes desgraciadamente quemados en Mariola, y teniendo en cuenta que este verano se presenta largo, caluroso y especialmente seco, hacemos un llamamiento para redoblar por parte de la sociedad de los pueblos de nuestras comarcas las tareas de vigilancia, evitación de situaciones con fuego y detección inmediata; y a los responsables de la extinción, la máxima coordinación, eficacia y contundencia, fundamentalmente en los primeros momentos de cualquier incendio que se pueda producir en nuestras sierras.