Retorna, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y Fundació per a la Prevenció de Residus i Consum rechazan la creciente apuesta por la incineración, siendo el caso más evidente la voluntad de importar residuos en Mallorca para darles este tratamiento finalista, y promueve alternativas como el Sistema de Retorno de envases y la recogida puerta a puerta.

El grupo de presión que promueve la incineración de residuos urbanos en España ya ha puesto objetivos y fechas a sus intereses. Por medio de un informe de la Fundación Fórum Ambiental defiende la alternativa de quemar nada menos que 7,44 millones de toneladas anuales de residuos para el año 2020. Y además, lo justifican afirmando que tal acción contribuye a la lucha contra el Cambio Climático.

Aunque es cierto que el gas metano que desprenden los vertederos es un potente gas de efecto invernadero -hasta 25 veces más que el CO2-, destinar a la incineración el rechazo de las plantas de clasificación de residuos no sólo contribuye a emitir CO2, dioxinas y furanos a la atmósfera, sino que además, desperdicia materia prima recuperable y genera hasta un 30% de cenizas y escorias tóxicas que hay que gestionar. Es decir, no es un negocio salvo para las plantas incineradoras y el mercado de créditos de carbono. Además, el ahorro energético conseguido mediante la reutilización o el reciclaje es muy superior a la energía obtenida de la incineración, especialmente si no se dispone de cogeneración.

La asociación Retorna, junto a dos de sus socios, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra, considera que la incineración de los residuos no es la solución, ya que no contribuye a atajar el problema de raíz, que es el de reducir la generación de los mismos. Al contrario, para que una incineradora sea rentable son necesarias unas toneladas determinadas de antemano, que muchas veces no se generan, como es el caso de la incineradora Tirme, en Mallorca. La evidencia más clara es que el pleno del Consell de Mallorca acaba de aprobar la importación de residuos de diversos países europeos para la planta de Son Reus sin los informes preceptivos ni las garantías jurídicas necesarias, como se ha denunciado desde el GOB de Mallorca.

El modelo más extendido para separar las basuras se basa en cuatro contenedores: papel-cartón, vidrio, envases y resto. En algunos municipios se ha incorporado un quinto contenedor para destinarlo exclusivamente a la fracción orgánica. Es esencial que este quinto contenedor (o un sistema similar de recogida) se extienda a todos los municipios puesto que es el que garantiza una separación de calidad de la materia orgánica, y que esta pueda ser destinada a compostaje. El producto resultante del proceso de compostaje, el compost, es un abono natural para los empobrecidos suelos de la península ibérica. Además, a diferencia de la incineración, el compost contribuye a la lucha contra el Cambio Climático inmovilizando carbono de forma estable.

Para ayudar a conseguir los máximos niveles de recogida selectiva es imprescindible promover sistemas de recogida simples, cómodos y cercanos a la ciudadanía. Cada municipio tiene sus necesidades y sus características, por lo que definir un único modelo de recogida como el mejor es imposible. No obstante, de entre todos los sistemas de recogida en funcionamiento, merece especial atención el sistema de recogida domiciliaria puerta a puerta. Este sistema, común en muchos países europeos, e implantado en los últimos años en numerosos municipios de Cataluña y el País Vasco, logra más de un 80% de recogida selectiva de gran calidad, lo que evita recurrir a la incineración, que por otra parte es una fórmula muy costosa.

La Ley de Residuos de 2011 exige que para 2020 más de la mitad de los residuos que hoy se arroja a los vertederos sea recuperada, ya sea a través de la reutilización o del reciclaje, operaciones jerárquicamente por encima de la incineración. Pero la recuperación algunos la entienden como incineración, es decir la supuesta destrucción por combustión, con las emisiones de CO2 y otros gases muy contaminantes. Retorna, Ecologistas y Amigos de la Tierra consideran que esa recuperación debe ser para obtener nueva materia prima como la que proporciona el retorno de los envases y el reciclado de la materia orgánica en compost, tan imprescindible en un país en el que más del 40% del territorio está amenazado de desertificación. El Sistema de Retorno de envases, junto a la recogida puerta a puerta o nuevos instrumentos fiscales, entre otras herramientas poco exploradas en nuestro país, son la llave para acceder a un nuevo modelo racional y sostenible de gestionar nuestros residuos.