Cerca de un centenar de organizaciones, entre ellas Ecologistas en Acción, exponen los problemas estructurales de un sistema que no frena el cambio climático y genera mayores desigualdades

El Parlamento Europeo respaldó hoy la propuesta de la Comisión Europea de aplazar la subasta de derechos de emisiones contaminantes. La decisión, que busca un aumento de los precios de los derechos, evidencia que este sistema no contribuye a frenar el cambio climático, sino todo lo contrario. Cerca de un centenar de organizaciones de todo el mundo exigen el fin de ese sistema.

“Es hora de desmantelar el Sistema Europeo de Comercio de Emisiones” (ETS por sus siglas inglés) es el nombre de una declaración conjunta. Exponen los múltiples problemas estructurales que enfrenta el mercado europeo de carbono y que no pueden ser resueltos con las reformas propuestas por las instituciones de la Unión Europea.

Una muestra es el aplazamiento decidido hoy por los miembros del Comité de Medioambiente del Parlamento para la fase de 2013 a 2020 (“backloading”). Este retraso se presenta como una forma de corregir el exceso de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) en el mercado europeo, que ha provocado que el precio cayera por debajo de los tres euros por tonelada. Un coste mínimo para empresas y Estados, que lleva a que comprar emisiones sea mucho más rentable que aplicar medidas para contaminar menos.

Mientras el Gobierno español, la Comisión Europea y otros políticos europeos mantienen que el comercio de emisiones es la única opción, la realidad es que estas transacciones se han convertido en el mayor obstáculo para una acción efectiva frente al cambio climático en la UE. “Se ha desviado por completo la atención de la necesidad de reducir radicalmente la dependencia y el uso de los combustibles fósiles, dando como resultado un incremento de las emisiones”, expone Ecologistas en Acción.

La declaración presentada subraya la necesidad de transformar las políticas energéticas en profundidad. Al menos el 70% de las reservas conocidas de combustibles fósiles deben permanecer bajo tierra para frenar el calentamiento global, se recuerda.

En cambio, la realidad es que grandes empresas contaminantes se benefician del sistema. Es el caso de ArcelorMittal, el fabricante de acero más grande del mundo, que ganó el año pasado 220 millones de dólares con la venta de permisos gratuitos del sistema europeo de comercio de emisiones de CO2, más que el doble que en 2011. Uno de los países donde más “permisos” ha adquirido es España.

Otro de los problemas es el uso de proyectos de “compensaciones” (offsets) que permiten a las compañías o gobiernos del Norte comprar créditos de proyectos en el Sur, en lugar de reducir las emisiones a nivel doméstico. “Los proyectos bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), el mayor esquema de compensaciones, realmente han incrementado las emisiones, al tiempo que causan robo de tierras, violaciones a los derechos humanos, desplazamiento de comunidades, conflictos e incrementan la destrucción ambiental local”, denuncia Isaac Rojas de Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe.

A pesar del flagrante fracaso del ETS y la creación de burbujas financieras que ayudó a crear, se pretende ahora “exportar” el modelo a China, Brasil, Corea del Sur, Australia, y también incluir a otras áreas para comercializar otros “servicios ecosistémicos”, tales como bosques, biodiversidad, agua, suelos y paisajes.

Las organizaciones que apoyan esta declaración concluyen: “Es el momento de detener la fijación de precios como eje de políticas públicas. Necesitamos desmantelar el ETS e implementar políticas climáticas justas y efectivas hacia la transición necesaria fuera de la dependencia de combustibles fósiles”.