Estos días se celebra la Semana Mundial de la Seguridad Vial, un evento promovido por Naciones Unidas con el fin de reducir las cifras de víctimas del tráfico, que este año tiene como lema «Seguridad de los peatones, usuarios vulnerables de la vía pública en zonas urbanas».

Niños y ancianos son los dos colectivos más vulnerables frente al tráfico y, de hecho, el Ayuntamiento de Segovia se ha unido a la celebración con una actividad dirigida a alumnos de primaria, en la que la policía local enseñó a los escolares “a ser peatones responsables”, anunciando asimismo que prepara acciones dirigidas a las personas de la tercera edad.

Las iniciativas de educación vial son siempre necesarias, y es de agradecer la labor que la policía local viene desarrollando desde hace años, sin embargo queremos llamar la atención sobre el error que supondría poner el acento del grave problema de la seguridad vial en la responsabilidad de la víctima, olvidando que el peligro lo generan los vehículos y las personas que los conducen.

Es importante recordar, a niños y a ancianos, que deben usar los pasos de peatones o que es necesario mirar antes de cruzar, pero no es razonable depositar la carga de la responsabilidad de su propia seguridad en personas que, en un caso, no tienen aún plenamente desarrolladas sus capacidades sensoriales y motrices y, en el otro, pueden tenerlas seriamente mermadas.

Esta Semana ofrece una buena oportunidad para poner sobre la mesa la necesidad de proteger la seguridad de los peatones, que somos todos, pero analizando dónde está la raíz del problema y a quién le corresponde hacer el mayor esfuerzo para solventarlo.

Según los datos ofrecidos por la Concejalía de Tráfico, Movilidad y Seguridad Ciudadana, durante el 2012 se produjeron en Segovia 39 atropellos con 28 víctimas (3 de ellas mortales). En 29 ocasiones, los responsables fueron los conductores, principalmente por no respetar los pasos de peatones. Estas cifras indican con claridad cuáles son los verdaderos retos:

  • por un lado, concienciar a los conductores de la responsabilidad que implica manejar una máquina de mil kilos que se desplaza en un entorno poblado por gente;
  • por otro, ir modificando el espacio urbano con criterios de priorización y defensa de la movilidad peatonal.

El Ayuntamiento ha anunciado que, durante el verano, pondrá en marcha su Plan de Acción de Seguridad Vial, destacando como acciones principales la elevación, iluminación o señalización de pasos de peatones o la mejora de la regulación semafórica. Son intervenciones necesarias, a las que deben sumarse otras dirigidas al control del factor principal de riesgo en las calles, esto es, la velocidad del tráfico.

Aprovechando la celebración de la Semana de la Seguridad Vial, diversas organizaciones segovianas: Ecologistas en Acción de Segovia, Asociación Lola Velayos, el colectivo Bicicla y la Asociación de Madres y Padres del colegio Martín Chico, han decidido solicitar al Ayuntamiento de Segovia la implantación progresiva, en los distintos barrios de Segovia, de la velocidad máxima de circulación de 30 km/h.

Estas organizaciones se unen así a la campaña europea que se está desarrollando con el fin de que se generalice, en las ciudades de la Unión Europea, una velocidad compatible con las personas. La elección del límite 30 km/h no es casual, repasamos sus ventajas:

  • Menos muertes en accidentes: Las posibilidades de morir en un atropello pasan de un 45% a un 5% -9 veces menos- cuando la velocidad del vehículo baja de 50km/h a 30km/h.
  • Más viandantes y bicicletas: La pacificación del tráfico motorizado permite la coexistencia del coche con las personas que caminan o circulan en bicicleta. Una ciudad calmada favorecerá que más personas se animen a adoptar los medios de desplazamiento más saludables.
  • Más protección para los más débiles: Niños, ancianos y personas con discapacidad, los sectores más vulnerables y más castigados por el tráfico, se beneficiarán especialmente de una movilidad general más relajada.
  • Ambiente menos ruidoso: Reducir la velocidad del tráfico rodado -responsable del 80% del ruido urbano- reduciría el ruido ambiente.
  • Menor congestión: Las vías urbanas son incompatibles con velocidades altas pues están cuajadas de “obstáculos” (semáforos, pasos de peatones, incorporaciones de otros vehículos…) que imponen continuos cambios de ritmo (frenazos y acelerones). Contrariamente a lo que se cree, una menor velocidad general contribuye a un flujo de tráfico constante, con menos atascos.
  • Mejor calidad del aire: El tráfico lento pero fluido, sumado a un menor uso del coche, contribuirán a reducir la contaminación atmosférica y a una mejora general de la salud.

Diversas ciudades en España (Pontevedra fue la pionera) ya han adoptado esta medida, extendiéndola incluso a toda la zona urbana y no sólo a determinados barrios o calles. Esperamos que Segovia se una en breve a esta corriente y empiece a dar pasos decididos hacia la convivencia vial y la protección efectiva del peatón.

Ecologistas en Acción de Segovia, Asociación Lola Velayos, Colectivo Bicicla y Asociación de Madres y Padres Martín Chico