Hace unas décadas la Reserva Nacional de Caza de Fuentes Carrionas podía presumir de ser un destino cinegético de importancia nacional, no por el apellido que llevaba en el nombre, sino por la calidad de las piezas que se cobraban en este espacio del Norte de nuestra provincia. Esa etiqueta de calidad y reconocimiento supuso un empacho de egocentrismo que ha supuesto una pésima gestión y el consiguiente declive de la Reserva.

Los datos reflejados en la Memoria Anual de la temporada 2012/2013 no dejan lugar a dudas:

Ciervo trofeo: de 14 permisos aprobados, no se consiguió ningún trofeo oro. En toda la Reserva Regional, que recordemos está dentro de un Parque Natural, este epígrafe queda en cero. Pero es que trofeo plata se consiguieron 3, los mismos que en trofeo bronce. Siendo la media de la puntuación de bronce con 168 puntos.

Corzo trofeo: de 2 permisos aprobados, no se consiguió trofeo alguno, solamente se cobró un ejemplar no medallable con una puntuación de 90. La situación de esta especie es crítica, cuando no terminal en la Reserva, víctima del furtivismo y de la presión que se ejerce sobre él, siempre con los gestores mirando para otro lado sin querer reconocer el verdadero problema de la especie.

Rebeco trofeo: de 2 permisos aprobados y dos pendientes de la temporada anterior, no se consiguieron trofeos oro, 1 trofeo plata y 2 trofeos bronce, siendo la puntuación media de bronce con 81 puntos.

Batidas al jabalí: de 50 cacerías aprobadas se disfrutaron 38 y 7 fueron suspendidas por la nieve, las otras 4 no se vendieron y una no encontró fecha para su celebración, el total de ejempalres abatidos fue de 111. Sin pretenderlo, la Junta apunta en la dirección que llevamos tiempo señalando, como es la reducción del número de batidas, pero aun mantiene otro de los problemas para nosotros fundamentales, como es dejar en manos del Celador de turno, e incluso del jefe de cuadrilla, la decisión del lugar donde se caza en contra de los criterios técnicos que entendemos son los que debieran de prevalecer.

Lobo: de 11 ejemplares autorizados se mataron 6, lo que supone poco más de la mitad, lo que viene a demostrar que el cupo de lobo no se ajusta a la realidad de la especie en la Reserva, ya que la gestión que de ella se hace se fundamenta en daños sobrestimados y siempre apuntados en el debe del lobo. Hay que apuntar también el supuesto mercado negro existente en torno a la especie, tener una cabeza de lobo parece ser una señal de prestigio entre cierto sector de cazadores.

Con estos datos es difícil mantener y defender que la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas sea un referente en el mundo cinegético nacional e incluso regional y no es nada descabellado afirmar que la mala gestión realizada hasta la fecha por la actual Directora, está hundiendo en un gran agujero negro no solamente los resultados, que no son más que el reflejo de la calidad de las especies, sino también de la reputación de un espacio antes valorado y respetado.

Ese subidón de ego, que a muchos-as les da cuando se sienten intocables en sus despachos, se ha reflejado en la manera de hacer las cosas. Una de las más graves es haber creado presuntas redes clientelares donde ciertas personas podrían cazar a su antojo acompañados por personal de la propia administración, presuntamente como compensación a determinadas palabras cautivas hechas en el fragor de veladas cinegéticas y aprovechándose de la seguridad que ofrece el poder.

Así quizás podamos entender porque el Celador Mayor de la Reserva está siendo investigado judicialmente a raiz de dos expedientes administrativos abiertos por “volverse loco” y hacer lo que presuntamente puede llevar haciendo muchos años. Es muy difícil de entender y de explicar que en el Servicio Territorial de Medio Ambiente y especialmente que su jefa, la Directora de la Reserva, no supieran nada y no se enterasen de nada y sin embargo, los ciudadanos de a pie nos enteremos de casi todo. Por tanto, si lo sabían mal, porque no pusieron remedio caundo debían y estarían dando a entender que aprobaban lo que estaba sucediendo; y si no lo sabían, aun peor porque demostrarían una falta de profesionalidad y de interés fuera de lo común, aunque sinceramente, no creemos que sea el caso (lo de que no lo supieran, no lo de la profesionalidad). En los mentideros de la zona es sabido que el Celador Mayor estaba indignado porque su hijo “no aprobó” las oposiciones de Celador de la Junta. ¿Por qué su hijo iba a ser menos? esta es la pregunta que dejamos en el aire y creemos que también es parte del problema que se ha creado con la forma de hacer las cosas en la Reserva.

Los últimos cambios en casi todos los Servicios Territoriales de Medio Ambiente de Castilla y León, excepto en Ávila y en Palencia, no son nada esperanzadores para nuestra provincia, esperemos que este “volverse loco” del Celador Mayor sea el detonante para que algo empiece a cambiar en la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas y vuelva a la senda de una gestión más racional y con visión de futuro.