Mejorar la calidad del aire es sinónimo de reducir el tráfico. Ecologistas en Acción enfatiza que para ello no basta con mejorar el transporte público. Se hace necesaria una política simultánea de restricciones al automóvil y de promoción de los medios no motorizados (marcha a pie y en bicicleta) así como del transporte público. Actualmente ocurre exactamente lo contrario: se recorta en servicios de transporte público haciendo del uso del coche privado algo muchas veces inevitable.

Como viene señalando desde hace tiempo Ecologistas en Acción, en la mayoría de las ciudades el coche es la principal causa de la contaminación atmosférica. Para recuperar un aire sano es indispensable, por tanto, la racionalización de las ciudades, disminuyendo las necesidades de movilidad motorizada y el uso excesivo del automóvil.

Pero este objetivo no se consigue solo con políticas de mejora del transporte público, como a menudo se pretende, sino que pasa inevitablemente por seguir de forma simultánea una doble estrategia, de push and pull (estímulo y disuasión): adoptar medidas que reduzcan el uso del automóvil privado, a la vez que se potencian los medios de transporte menos contaminantes: la marcha a pie y en bicicleta y el transporte público, sin olvidar las políticas (urbanísticas, de ordenación del territorio, de organización administrativa, etc.) que reduzcan las necesidades de movilidad obligada.

Limitar el uso del automóvil

Es necesario por tanto aplicar medidas concretas que desincentiven la utilización del coche, sobre todo en las zonas más contaminadas, y limiten sus impactos. Hablamos de medidas como la ampliación de aceras y reducción de espacio para el coche, limitaciones de velocidad como la limitación a 30 km/h en zonas residenciales, restricciones al aparcamiento, peajes urbanos disuasorios, etc.

Favorecer a los medios de transporte limpios

A la vez es necesario promover un mejor transporte público y los medios no motorizados: carriles BUS segregados, aumento de las áreas peatonales y el estímulo de la marcha a pie en las ciudades; la creación y protección de espacios para la circulación y estacionamiento de bicicletas; la reforma de viales pacificados para que puedan ser compartidos entre los distintos medios de transporte sin riesgos; la admisión de bicicletas en todos los transportes públicos…

Pero, como denuncia Ecologistas en Acción, muchos de los recortes se están aplicando en el transporte público: subidas abusivas de tarifas, recortes de frecuencias y de servicios, reducciones en el mantenimiento. Una política insensata que conducirá a medio plazo a más gasto: el de paliar los problemas de salud que provoca la contaminación de los automóviles.