Las declaraciones del Consejero de Economía sólo se pueden considerar como de oportunismo político o desconocimiento por su parte de qué es la Mina de Aznalcóllar y donde está.

La composición mineral de Minas de Aznalcóllar no puede prescindir de balsa de residuos al tratarse del tratamiento de sulfuros primarios que sólo puede hacerse por flotación. ¿otra balsa a lo Boliden?, ¿otros vertidos al LIC Guadiamar?, ¿otro ataque a Doñana?.

Dado que las declaraciones del Consejero prescinde de consideraciones ambientales para centrarse en la rentabilidad económica, Ecologistas en Acción exige que se den todas las cuentas sobre Aznalcóllar.

Ecologistas en Acción solicita al Consejero de Economía que antes de hablar alegremente de la apertura de las Minas de Aznalcóllar de cuentas en el Parlamento de Andalucía del dinero público que nos estamos gastado en mantener con un mínimo de calidad ambiental el entorno de la mina.

El Consejero de Economía debe explicar en el Parlamento cuánto nos lleva costado el mantener la instalación minera de Aznalcóllar desde su cierre para que la sociedad andaluza conozca de qué va el negocio minero, en el que una multinacional se queda con el beneficio y las administraciones públicas se tienen que hacer cargo de por vida de gestionar la porquería que han dejado tras su actividad.

Entre otras cuestiones, en el caso de Aznalcóllar se debía aclarar cuánto se lleva gastado en labores como el mantenimiento de la impermeabilización de escombreras, conservación de zanjas perimetrales de escombreras, construcción y mantenimiento de balsas de lixiviados, sellado de la balsa que provocó el desastre ecológico, sistema de recogida, transporte, almacenamiento y depuración de los lixiviados de la balsa siniestrada, la construcción de una depuradora para depurar los lixiviados de la balsa y de las escombreras y mantener la corta vieja de Aznalcóllar bajo la cota cero para evitar la contaminación del acuífero. Suma y sigue.

Con estos datos podríamos hacernos una idea de la rentabilidad real de la mina porque cuando la multinacional se vaya habrá que seguir con estos trabajos sine díe, es decir, se tendrán que socializar el mantenimiento ambiental de unas instalaciones que cuando generan beneficios se reservan a unos pocos y todo por una inversión inicial que permite la extracción de recursos naturales al mejor postor.

Sabemos además que incluso con estos elementos de elevado coste, los impactos socio ambientales siguen produciéndose en forma de vertidos que se escapan porque se supera la capacidad de control de zanjas y balsas, por averías en los sistemas de depuración, por depuración deficiente, .. como hemos podido constatar casi año tras año en Aznalcóllar con episodios de mortandad de peces cada vez que llovía de forma concentrada durante varios días.

En Andalucía tenemos experiencia sobrada para admitir sin dudas que no existe minería a cielo abierto respetuosa con el medio ambiente por más que pretendan convencer a los ciudadanos de sus garantías técnicas. Los destrozos sobre el territorio, de alto valor ecológico en el entorno del Guadiamar, las emisiones atmosféricas del tratamiento de minerales, los accidentes industriales y la contaminación de las aguas y del suelo no podrán evitarse jamás. Se llevan muchos años exigiendo la restauración ambiental del entorno de Aznalcóllar cuyas balsas y escombreras aún provocan filtraciones al río Guadiamar y sus afluentes, terminando finalmente en Doñana y afectando a su restauración hidrológica. La respuesta de la Junta de Andalucía no puede ser más equivocada en su connivencia con las compañías depredadoras de los bienes comunes que aprovechan la poca prioridad de las políticas medioambientales en época de crisis económica.

Para Ecologistas en Acción sólo una actuación desde lo público mediante proyectos de minería subterránea destinados a abastecer la demanda interna de materiales y siempre que no puedan ser obtenidos mediante el reciclado de residuos tendría alguna justificación de sostenibilidad. Por esta razón el Parlamento de Andalucía debe votar en contra de la proposición del gobierno poniendo sobre la mesa la realidad del impacto ambiental, económico y laboral.

No hay que olvidar que gran parte de los puestos de trabajo creados son con dinero provenientes de subvenciones públicas a fondo perdido que en el caso de la Mina Cobre Las Cruces ascendió a cerca de 53 millones de euros. Negocio redondo donde las materias primas se exportan principalmente a China e India, los puestos de trabajo se pagan con dinero público, los grandes beneficios van a parar a la bolsa de valores de Toronto y nosotros/as nos quedamos de por vida las montañas de escorias, las balsas de lodos y residuos tóxicos, la contaminación de aguas subterráneas e importantes cuencas fluviales como la de los ríos Guadiamar y Guadalquivir que finalmente aportan sus aguas a Doñana.