Aprueban en plena crisis un PGOU gestado en la burbuja inmobiliaria.

Tras 14 años de tramitación, en los que se han sucedido todo tipo de situaciones lamentable y vergonzosa –retrasos, polémicas, intentos de incorporar convenios urbanísticos fraudulentos, denuncias por corrupción, imputaciones, detenciones, destituciones…-, por fin se ha aprobado el PGOU de El Puerto de Santa María. Un PGOU que se ha gestado en la década prodigiosa de la especulación urbanística y que ahora, en plena crisis y con la imposibilidad de revitalizar la burbuja inmobiliaria, se pretende desarrollar como si nada hubiera sucedido en estos últimos años.

El PGOU mantiene un modelo tan sobredimensionado como inviable de los crecimientos urbanísticos -de viviendas y de superficie recalificada-, con el que se pretende crear una ciudad gigantesca que casi duplicaría la actual, con un consumo de recursos –suelo, agua, energía…- insostenible, difícil de gestionar y ruinosa de mantener. Estos crecimientos superan con creces los límites máximos estipulados en el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA), que fija como tope de crecimiento un 30% de la población y un 40% de suelo urbanizable.

Si bien es cierto que se han ido reduciendo las aún más desmesuradas previsiones de crecimientos urbanísticos que contemplaban versiones anteriores del PGOU –que llegaron a las 36.769 viviendas en la Aprobación Provisional I-, lo cierto es que el PGOU contempla la construcción de unas 20.000 viviendas –si se tiene en cuenta la totalidad de las previstas en todos los suelos urbanos y urbanizables-, lo que supondría un aumento de 48.000 habitantes, con un incremento del 54% de la población, lo que es un auténtico dislate si se tienen en cuenta las previsiones demográficas del Instituto Nacional de Estadística, que pronostica un reducción de la población en la próxima década. ¿De donde saldrán esas decenas de miles de nuevos portuenses? El PGOU prevé también recalificar más de 15 millones de m2, lo que supone un aumento superior al 80% sobre el suelo urbano actual, lo que de nuevo supera con creces los límites máximos el POTA. Las previsiones de nuevos polígonos industriales son desproporcionadas, a tenor de la situación de los existentes y, en algunos casos, encubren auténticos pelotazos urbanísticos. La previsión de construir hoteles con un total de 4.000 plazas es otro delirio de nuestros gobernantes –tanto de los municipales como los de la Junta- en un municipio en el que se han ido cerrando sus hoteles más emblemáticos, y donde el propio ayuntamiento ha recalificado para uso residencial los terrenos previstos en el anterior PGOU para hoteles.

El proceso de regularización de viviendas ilegales es otra de las propuestas estrellas de este PGOU que está condenada al fracaso. Por un lado se ha demostrado que no existían atajos, y que las promesas de la mayoría de los partidos prometiendo en cada elección la legalización de todo, era pura demagogia y electoralismo barato. La regularización de las 48 urbanizaciones ilegales es inviable, pues los propietarios de estas viviendas no están dispuestos -y en muchos casos no pueden- a correr con los gastos de la urbanización y de las infraestructuras necesarias. En todo caso, Ecologistas en Acción se opondrá a la pretensión de algunas asociaciones de propietarios de viviendas ilegales -con el apoyo vergonzoso de algún partido político-, para que los gastos de regularización corran a cargo del dinero público, o sea que paguemos todos las urbanizaciones ilegales. Así mismo, exigiremos que –tal y como prescribe la ley- las viviendas que han quedado fuera del proceso de regularización por encontrarse en suelos de especial protección sean demolidas en el menor tiempo posible, y que pasemos página de este vergonzoso episodio de nuestra historia.

Lo más grave es que todas las previsiones de inversión, de cesiones de suelo para infraestructuras, equipamientos y zonas verdes, y de creación de empleo, se basan en el desarrollo de unas promociones urbanísticas que nunca se construirán, por lo que todo el PGOU y el modelo urbanístico defendido por el Ayuntamiento y aprobado por la Junta está abocado al fracaso.

Como electos positivos, valoramos la inclusión de algunas de las propuestas que hemos venido defendiendo los ecologistas en los cientos de alegaciones que hemos presentado a las sucesivas versiones del PGOU, y entre ellas destacar:

- Un aumento considerable de los Sistemas Generales de Espacios Libres (SGEL), que supondrá la protección de la mayoría de las zonas forestales. De particular relevancia es el aumento de la protección de los pinares y retamares de la margen derecha de la carretera de Fuentebravía, y su interconexión.

- La incorporado un catálogo de arbolado urbano protegido.

- El plan de movilidad que, si se cumple, supondrá un cambio en el modelo de movilidad de nuestra ciudad, fomentando la peatonalización, el uso de la bicicleta y del transporte público, y la reducción del uso del vehículo a motor privado, lo que nos acercará a las ciudades mas avanzadas de Europa.

Ecologistas en Acción seguirá defendiendo que la prioridad de la política urbanística en nuestro municipio debe estar en la rehabilitación y repoblación del casco histórico y de la totalidad de las barriadas existentes. No se trata de construir más –lo que es imposible e indeseable en el contexto actual- sino de mejorar lo ya construido, facilitando el acceso a todos los ciudadanos a la vivienda, aprovechando para ello las miles de viviendas vacías que hay en nuestro municipio.

Ecologistas en Acción seguirá trabajando para conseguir un modelo de ciudad sostenible, compacta, que garantice el derecho de todos los ciudadanos a una vivienda digna, con equipamientos de calidad, con bosques que garanticen la protección de los paisajes y de su biodiversidad y aumenten la calidad de vida, en definitiva de una ciudad mejor para todos que haga de El Puerto un lugar privilegiado para vivir y para visitar. Esos han sido nuestros objetivos en esta última década, y lo seguirá siendo tras la aprobación definitiva del PGOU.