Esta mañana se reunían los ministros de energía de la UE para decidir sobre la propuesta de reforma de la Directiva que regula el consumo de biocombustibles. Al no llegar a un acuerdo, ante una propuesta que ya era de por sí muy débil, la Unión Europea continua con la misma política de fomento de agrocombustibles, responsable entre otros de agravar la deforestación en el planeta, las emisiones de CO2 y la hambruna de gran parte de la población mundial.

Ecologistas en Acción pide una rectificación clara en la política de consumo de biocombustibles de la UE, para evitar todo consumo de agrocombustibles, y especialmente de los procedentes de cultivos alimentarios, e incluir cuanto antes los factores ILUC en la contabilidad sobre emisiones de gases de efecto invernadero en base a los resultados obtenidos de los últimos estudios científicos.

La Unión Europea no ha sido capaz de ponerse esta mañana de acuerdo sobre cómo limitar el consumo de agrocombustibles procedentes de cultivos alimentarios, causado en parte por la obligatoriedad de que en 2020 un 10% de la energía consumida en transporte proceda de energías renovables. El objetivo de limitar este consumo era paliar parcialmente las crisis alimentarias que asolan grandes regiones del planeta, como consecuencia, en parte, de que parte de las producciones agrícolas se dediquen a producir combustibles en vez de alimentos.

Por otro lado, las emisiones por el cambio indirecto de uso del suelo, causadas como consecuencia de la deforestación forzada para obtener los suelos agrícolas que ahora se dedican a la producción de agrocombustibles, se ha revelado como una gran fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Un efecto ante el que la UE no puede cerrar los ojos y seguir afirmando que los agrocombustibles reducen las emisiones de CO2 frente al uso del petróleo. Por eso, se había comprometido también a incluir los llamados factores ILUC, que incorporan las emisiones por el cambio indirecto de uso del suelo en la contabilidad de emisiones para cada tipo de agrocombustibles.

Tras varios meses de negociación, en el que el grupo de presión ligado a los agrocombustibles se negaba a limitar de ningún modo el uso de agrocombustibles, así como a incluir los factores ILUC, se había llegado a una propuesta muy pobre y ambiciosa. Sobre esa propuesta, que poco iba a mejorar los efectos social y ambientalmente adversos que la política actual de la UE causa por todo el planeta, es sobre la que esta mañana se sentaban a negociar los ministros de energía de la UE. La mayor parte de los votos negativos han procedido de los países para los que esta propuesta les resultaba demasiado débil (Bélgica, Dinamarca, Holanda, Italia y Luxemburgo). La Unión Europea vuelve pues al mismo punto de partida en el que se encontraba.

Ecologistas en Acción exige a la Unión Europea que reformule lo antes posible su política en materia de biocombustibles. Un cambio que debe asentarse sobre dos premisas: evitar todo consumo de agrocombustibles, y especialmente de los procedentes de cultivos alimentarios, e incluir los factores ILUC en la contabilidad sobre emisiones de gases de efecto invernadero en base a los resultados obtenidos de los últimos estudios científicos.

Continuar con la misma política de incentivo y fomento de este tipo de combustibles no solo no reducirá el calentamiento global, sino que lo aumentará; seguirá siendo la causa de la deforestación de los pocos territorios y ecosistemas que todavía no han sido alterados por el ser humano; llevara a una mayor pérdida de biodiversidad y seguirá siendo responsable en parte de las crisis alimentarias que asolan una gran parte de las regiones del planeta.