Quedan 2.500 días para cumplir las Metas de Aichi, es decir, el pacto europeo y mundial de detener la pérdida de biodiversidad en 2020. La cuenta atrás es preocupante a la vista de que las decisiones políticas van exactamente en la dirección contraria: los cambios en la normativa ambiental están favoreciendo la destrucción de la biodiversidad, y se lleva mas de dos años sin convocar el Consejo Estatal de Patrimonio Natural. Ecologistas en Acción reclama que se cumplan los compromisos cuando todavía hay tiempo para cambiar de rumbo.

El Gobierno español se comprometió en 2010, como parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica celebrado en Nagoya (Japón), a detener la pérdida de biodiversidad y la degradación de los servicios ecosistémicos, y restaurarlos en la medida de lo posible. La Unión Europea adoptó en mayo de 2011 una estrategia específica para lograr estos objetivos. Las señales que da el Ejecutivo español no son acordes a la estrategia comunitaria:

- No se han adoptado medidas para actuar sobre las causas subyacentes, o fundamentales, a la destrucción de la biodiversidad, tal y como se especifica en las Metas de Aichi (aprobadas por el Convenio de Biodiversidad). La actual crisis no ha servido para replantearse el modelo socioeconómico, sino que se sigue apostando por la sobreexplotación de los recursos naturales, profundizando así la destrucción de la biodiversidad. Han sido eliminados de las agendas públicas objetivos fundamentales como la reducción de la presión sobre los recursos naturales, la huella ecológica, las emisiones de gases de efecto invernadero o la eliminación de subsidios perjudiciales para la biodiversidad.

- No se está aplicando el Plan Estratégico del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad 2011-2017 , que lleva al menos dos años prácticamente paralizado. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha justificado su falta de aplicación en la escasez de medios económicos, sin embargo buena parte de sus actuaciones no requieren inversiones. Especialmente grave es la no elaboración de los planes sectoriales, que tienen como objetivo asegurar que todas las políticas sean compatibles con la conservación de la biodiversidad. En los dos últimos años el Ministerio solo ha avanzado en el Plan Sectorial de Turismo.

- Los cambios legislativos aprobado en estos dos años han supuesto un grave retroceso en la defensa de la biodiversidad. La nueva Ley de Evaluación Ambiental favorece la mercantilización de la biodiversidad y la aprobación de proyectos muy impactantes; el nuevo Decreto de Especies Invasoras permite que se sigan introduciendo especies foráneas; el proyecto de Ley de Parques Nacionales favorece la desprotección de estos espacios. Además, el Estado español tiene un alto nivel de incumplimiento de la normativa comunitaria ambiental.

- El Consejo Estatal de Patrimonio Natural, único órgano de participación pública específico en el ámbito de la conservación y el uso sostenible del patrimonio natural y la biodiversidad, lleva más de dos años sin convocarse. Este Consejo debe informar, antes de su aprobación, las normas y planes de ámbito estatal relativas al patrimonio natural y la biodiversidad, entre otras, las estrategias de restauración de los hábitats en peligro de desaparición, la declaración de Espacios Naturales Protegidos de ámbito estatal, las estrategias de conservación de especies amenazadas presentes en más de una comunidad autónoma o las estrategias de gestión, control y posible erradicación de las especies del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Desde hace mas de dos años estos documentos se consultan únicamente por procedimiento escrito.

El Gobierno español está incumpliendo, por tanto, su compromiso con la Unión Europea y con el Convenio mundial de Diversidad Biológica, y con ello ha dado la espalda al valor intrínseco de la biodiversidad y a todas las funciones irremplazables de la misma. Nuestra calidad de vida depende de lo que la biodiversidad proporciona, el aire limpio, los recursos hídricos, los recursos naturales, médicos, alimentarios… provienen directamente de la biodiversidad.