Ecologistas en Acción de Salamanca considera que el argumento central que en su día se esgrimió para llevar a cabo la construcción de este embalse en las proximidades de Ciudad Rodrigo, esto es, evitar las avenidas del río Águeda era una media verdad que ocultaba lo que realmente les importaba.

Hace aproximadamente un mes se llenó el vaso de la presa, oficialmente para llevar a cabo pruebas de resistencia y estanqueidad, pero a pesar de las previsiones del tiempo, conocidas con bastante antelación, las lluvias de las últimas semanas han desencadenado el rebosamiento por el aliviadero de la presa y posterior apertura de compuertas, provocando las consecuencias ya conocidas de la enésima inundación del barrio del Arrabal en Ciudad Rodrigo.

Sin duda, la ineficacia o incompetencia, como se quiera llamar, convertida en negligencia por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero ha conducido a una situación harto conocida de inundaciones en esta población, demostrando un grado de irresponsabilidad inaceptable.

Se echamos la vista atrás, nos viene a la memoria la forma en la que se aprobó la Declaración de Impacto Ambiental para la construcción de la presa como solución a las avenidas del río, y como con posterioridad ya se le «atisban» otras funciones menos «sociales» y si más lucrativas para empresas privadas.

Teniendo en cuenta el normal aprovechamiento de las aguas embalsadas, desde Ecologistas en Acción de Salamanca se tiene la sospecha de que descartado el aprovechamiento para regadío, para consumo humano, e incluso con fines turístico-deportivos, el fin último de esta presa no es el de la laminación del caudal de Águeda, como quisieron hacer creer a la población de la zona. Detrás de todo esto lo que hay es una futura central hidroeléctrica, otra, para regocijo de sus promotores/explotadores. Una vez mas, negocios privados con recursos públicos.

Y todo esto sin tener en cuenta la «herida» ambiental que se le ha hecho a la comarca del Rebollar y su valioso ecosistema basado en el bosque de ribera con una equilibrada biodiversidad que ha desaparecido bajo las aguas del pantano.

En este punto, Ecologistas en Acción de Salamanca abogaría por la demolición de una infraestructura cuya finalidad ha sido «trucada». Como somos conscientes de que esto no se va a llevar a cabo, pedimos a la Confederación Hidrográfica del Duero que proceda cuanto antes a normalizar la situación y llevar las aguas del embalse al nivel adecuado para que pueda ejercer la función para la que fue construido. Así mismo exigimos de este organismo que en caso de que se plantee la tentación de convertir Irueña en otra central hidroeléctrica se oponga rotundamente para evitar un fraude de ley, ya que la Declaración de Impacto Ambiental que «bendijo» este proyecto no contemplaba esta posibilidad.