Cuando ayer saltó la noticia de que el Ayuntamiento de Sevilla estaba talando los árboles de esta señera calle, no tardaron en producirse pronunciamientos públicos criticando la actuación. Entre otros el de Ecologistas en Acción, con un comunicado bien argumentado, basado en el análisis concienzudo de documentos oficiales y en nuestras inspecciones en el lugar.

Pero el Delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Parques y Jardines, como era de esperar, salió presto a decir lo habitual, como recoge hoy la prensa: que todo lo están haciendo bien; y, concretamente, que «sólo se apearán aquellos árboles que están en mal estado y que no se puedan salvar, los que estén sanos serán trasplantados”. Y hemos podido comprobar, con datos en la mano y con inspecciones sobre el terreno, incluida la de ayer con los trozos de troncos y ramas ya abatidas y a la vista, que eso es rigurosamente falso. Y se puede demostrar.

Le rogamos, le exigimos al Delegado que, antes de hablar de nuevo sobre este asunto, compruebe que el contenido en las 21 fichas de apeo elaboradas para estos árboles es exactamente el mismo en todas ellas, diagnosticando “lesiones graves: oquedades y pudriciones en ramas principales», y que mire por un momento la foto que las fichas incluyen de cada ejemplar: tendrá que resultarle evidente que algo podría ser incorrecto; que a alguien pudiera habérsele ido la mano dándole al “copia-pega”. Porque muchos, demasiados de los árboles sentenciados (casi la tercera parte, seis) no superaban ni los 25 cm. de diámetro; es decir, sin edad ni tamaño suficientes como para tener ya lesiones de ese tipo. Vea usted, por ejemplo, las fichas de las páginas 26, 41, 44 y 47.

Y esa evidencia resultaba ya certeza al inspeccionar los ejemplares sobre el terreno: de los 27 árboles de la calle incluidos en el ámbito de la reurbanización, sólo nueve mostraban evidencias externas de ese tipo de lesiones. Es decir, que han sentenciado tala para 11 que no manifestaban esos graves daños; ni se les podían presumir, al mostrarse bien formados, sanos y vigorosos, y ser buena parte de ellos muy jóvenes.

Es más: la nueva inspección que realizamos ayer, en la que pudimos observar con detenimiento las toconas y los trozos de troncos y grandes ramas que allí tenían apilados, no ha hecho sino confirmarlo. Porque entre los restos de los 14 árboles que para entonces ya habían sido abatidos nos costó trabajo encontrar alguna pequeña oquedad, no obstante lo apuntado en los informes y argüido por el Delegado. [En este enlace podéis descargaros todas las fotos que tomamos, también de las oquedades: http://we.tl/O3VL513Plb.] Y con razón: de esos 14 ejemplares ya apeados nueve (las dos terceras partes) eran de esos que, insistimos, no presentaban las graves lesiones que desde el Ayuntamiento se les habían “diagnosticado” también.

Por lo demás, oquedades muchísimo mayores y evidentes que las observadas presenta buena parte del arbolado de la ciudad, y ahí las dejan años y años. Si fueran tan graves, como para requerirse la tala de los árboles por seguridad, entonces Parques y Jardines estaría incurriendo en una seria dejación de funciones e irresponsabilidad.

Así que, una de dos: o bien el Sr. Vílchez miente; o bien no está bien informado, al dar por buenos unos informes supuestamente “técnicos” que aparentemente “avalan” estas talas, pero que puede comprobarse que están llenos de datos no reales (por no decir falsos) o errores (pero serios, por sus consecuencias). Y no sabemos cuál es peor de las dos.

La verdad es que la arboleda de esta zona tan señera del casco antiguo parece tener alguna maldición pesando sobre sus copas. Hace años, con la “excusa” de la reurbanización de la avenida de la Constitución, ya cayeron todos los árboles que en ella nos daban su servicio. Y recordemos que la arboleda de la Plaza Nueva no llegaron a abatirla para “renovarla”, como estaba previsto en el proyecto de obra, porque algunas ciudadanas sí consiguieron llegar a tiempo aquí y tuvieron el arrojo y determinación suficientes como para interponerse entre las motosierras y los árboles, de los que sólo llegaron a talar media docena. Y ahora esto.

Recordemos también que el actual alcalde, Sr. Zoido, llegó a tan importante cargo tras haberse significado mucho desde la oposición en la crítica a actuaciones arboricidas como las referidas; y otras muchas que tanta contestación social tuvieron en su momento. Y que hasta encabezó manifestaciones agarrando pancarta en contra de algunas de ellas. Así que no puede entenderse que la gestión del Ayuntamiento en esta materia siga sin variar: talas masivas fuera de lógica y de norma (calles Almirante Lobo, Campamento, Avicena,… y las anunciadas para Sevilla Este y el campo de la Feria, por ejemplo); podas excesivas, prescindibles, malamente realizadas y ejecutadas en pleno verano; calicatas que siguen abriéndose junto a los árboles, cercenándoles sus raíces y sujeción;…

Es demasiada incongruencia. Así que no puede ser otra cosa: el alcalde no está suficientemente al tanto de lo que está pasando en la calle, con nuestro patrimonio arbóreo. Le sugerimos, le exigimos que se informe al respecto, contando para ello no sólo con la información que le dé una parte, la “parte ejecutora”, y que cambie radicalmente (de raíz) la política arbórea que padece nuestra ciudad.

Nos ofrecemos a contribuir cuanto podamos en tan importante labor. Cuando quiera, las entidades sociales que nos ocupamos de estos asuntos nos podríamos reunir con usted y su equipo para tratar la cuestión en profundidad.

Por último, como nos sospechamos que el Señor Vílchez podría estar tentado de volver a saltar presto para insistir en que todo está correcto, le rogamos que esta vez se pare un poco a estudiar los datos que aportamos.

Es un derecho defenderse; aunque es mucho mejor si se hace con solvencia. Pero es una obligación, para un gestor municipal, velar por el bien de la ciudad, por el interés general de su población, y actuando así, tan toscamente con nuestro patrimonio y enrocándose en el “yo lo hago todo siempre bien” y en el “pues anda que tú”, desde luego que no se sirve al bien común.

Y a lo que no hay derecho es a que desde la ciudadanía tengamos que estar haciendo lo que en teoría corresponde hacer a nuestros gestores públicos, que para eso les pagamos.

¡Ah!, y una última cosa, Sr. Vílchez. Ha dicho usted que «los informes técnicos y el proyecto son públicos, por lo que quien quiera puede verlos cuando quiera sin ningún tipo de problema, no ocultamos nada». Pues bien, ha de saber que hace más de seis meses que solicitamos tener acceso al expediente de la actuación sobre la calle Almirante Lobo (y a los de otras también), pero todavía estamos esperando que nos responda, dándonos día hora y sitio para consultarlo.

¿A qué está esperando? ¿A que el Defensor del Pueblo, en breve, le exija que nos enseñe la documentación de una vez?

NOTA: en este enlace podéis descargaros todas las elocuentes fotos que tomamos ayer de las toconas, troncos y ramas ya troceados: http://we.tl/O3VL513Plb.