Concluyen en Plasencia las sesiones del juicio contra una banda de furtivos que organizaba cacerías ilegales de cabras montesas, osos y lobos. Las numerosas pruebas presentadas a lo largo de la semana confirman el carácter de organización criminal de la banda, en opinión de Ecologistas en Acción, que se persona como acusación particular en la causa. La organización reclama penas de cárcel, inhabilitación para la caza y órdenes de alejamiento de zonas protegidas.

Los integrantes de la banda, con antecedentes penales por este tipo de actividades, ofrecían la caza ilegal en montes públicos o privados de especial protección medioambiental y cinegética. Operaban especialmente en la Sierra de Gredos y sus estribaciones, pero también actuaban en otros puntos, como Montes de Toledo, Madrid, Asturias o Murcia. Trasladaban a sus clientes a los lugares de caza o se encargaban de hacerles llegar a casa los “trofeos”, es decir, las cabezas y cornamentas.

Tres de los miembros de esa banda se han sentado esta semana en el banquillo de los acusados del juzgado de Plasencia. Y junto a ellos otros tres hombres procedentes de Málaga que participaron como clientes en una cacería ilegal organizada en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, en Extremadura.

Ecologistas en Acción, en su escrito de conclusiones, pide entre cuatro años y medio y un año y medio de prisión, multas económicas, además de inhabilitación para el ejercicio de la caza de entre diez y dos años. Se suma además a la petición de que los acusados no puedan acercarse a menos de quinientos metros de zonas especialmente protegidas.

Desde el comienzo de las vistas, el pasado martes, se han presentado numerosas pruebas inculpatorias. Los cargos de tenencia ilícita de armas y delitos contra la flora y fauna parecen demostrados, en opinión del abogado de Ecologistas en Acción, Juan Manuel López. También se confirma que el grupo operaba como una organización criminal, con un núcleo duro asentado en la localidad de Candeleda, en Ávila.

Durante el juicio, la estrategia de los abogados defensores ha sido la de ofrecer el pago de multas para evitar el ingreso en prisión de los defendidos. Pero, ante la gravedad de los delitos, la recurrencia de las actividades ilegales, el carácter organizado de la banda, resulta fundamental que se pidan penas ejemplarizantes. La insistencia de Ecologistas en Acción en este sentido ha provocado que el ministerio fiscal modificara su petición al alza y no se aviniera a un acuerdo con la defensa.

Con la conclusión de las vistas, el juicio queda listo para sentencia. Las condenas deben ser contundentes y servir como ejemplo ante la cantidad de furtivismo organizado que todavía existe en el Estado y que además de matar especies cinegéticas también persiguen a especies en peligro de extinción.

29 de agosto de 2014

Ecologistas en Acción se persona como acusación popular contra el grupo que cazaba ilegalmente en espacios protegidos. Operaba en la Sierra de Gredos y otros lugares y ofrecía también ejemplares de especies protegidas como lobos y osos.

La próxima semana comienza en Plasencia el juicio contra los presuntos integrantes de una banda de furtivos que ofrecían la caza ilegal de cabras montesas, osos y lobos. Entre los acusados también figuran los clientes de la banda, que viajaron desde Málaga hasta la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos para cobrarse de manera clandestina tres machos de cabra montés. Ecologistas en Acción, que se persona como acusación particular, destaca la necesidad de luchar contra la caza furtiva con decisión.

Los integrantes de la banda de furtivos, con antecedentes penales por este tipo de actividades, ofrecían la caza ilegal en montes públicos o privados de especial protección medioambiental y cinegética. Operaban especialmente en la Sierra de Gredos y sus estribaciones, pero también se trasladaban a otros puntos, como los Montes de Toledo, Madrid, Asturias o Murcia. Ofrecían piezas de cabras montesas, osos, lobos y arruíes. Contaban con armas con silenciadores, trabajaban al atardecer o por la noche y aprovechaban temporadas de apareamiento. Trasladaban a sus clientes a los lugares de caza o se encargaban de hacerles llegar a casa los “trofeos”, es decir, las cabezas y cornamentas.

En juicio que comienza el 2 de septiembre en Plasencia tres miembros de la banda, que se enfrentan a acusaciones por tenencia ilícita de armas y delitos contra la flora y fauna. También han sido acusado tres de sus clientes, llegados desde Málaga hasta la provincia de Cáceres para participar en la cacería.

La vista oral se centrará en las pruebas recogidas en 2007, cuando las seis personas acusadas participaron en la caza de cabras montesas en la Garganta de los Infiernos. Se cobraron tres machos, considerados “medallas de oro”, como demuestran las numerosas las numerosas pruebas recogidas por el Seprona durante un operativo especial conocido como Operación Chupete.

La caza ilegal de cabras montesas supone un desastre medioambiental, por la desaparición sistemática de ejemplares y también por la degradación de las manadas. Los machos más codiciados por los furtivos, los de mayor cornamenta, suelen ser también los mejores ejemplares a nivel genético, encargados de garantizar la supervivencia y procreación.

Ecologistas en Acción, que se presenta como acusación popular ante la gravedad de los hechos, destaca la importancia de luchar contra la caza furtiva. Los cuerpos de vigilancia pero también la ciudadanía debe estar alerta ante casos similares que se repiten en espacios naturales de todo el Estado y que amenazan a especies protegidas.