¿Cómo se posiciona Ben Magec – Ecologistas en Acción frente a la propuesta de realizar una consulta popular sobre la prospección y extracción de crudo en aguas cercanas a Canarias?

Esta Federación siempre ha defendido esta figura de participación, y la llevamos reivindicando desde hace muchos años y para muchos proyectos, entre otros para el puerto de Granadilla.

Desde el año 2008, en nuestra propuesta de reforma del Estatuto de Canarias, incluíamos continuas referencias a la necesidad de fomentar la participación a través de consultas populares. Uno de los párrafos que incluíamos en esa propuesta decía literalmente: «Concretamente, en el ámbito autonómico, se promoverá y facilitará la participación ciudadana en los procesos electorales, las consultas populares y las iniciativas legislativas populares, así como en el resto de ámbitos e iniciativas de representación y participación ciudadana que se desarrollen desde los poderes públicos canarios. Una ley aprobada por el Parlamento de Canarias regularará las consultas populares para el ámbito autonómico.»

Creemos sinceramente que es hora de que se pongan en práctica e incluso se normalice su uso para todos aquellos proyectos que nos afecten, o por lo menos aquéllos en los que se constate que hay opiniones enfrentadas. Esta propuesta no es una quimera imposible, hay muchos países que la utilizan como garantía democrática que ayuda a evitar errores en sus políticas.

¿Qué opinión les merece la pregunta propuesta por el Gobierno de Canarias?

Desde luego, no es la que nos habría gustado. El movimiento ciudadano, reunido en varias ocasiones, una de las cuales fue una cumbre interinsular que contó con una amplísima participación de muchos colectivos, propuso una pregunta sencilla y directa: ‘¿Está usted de acuerdo con que se realicen prospecciones y/o extracciones de hidrocarburos en Canarias?» También hubo consenso entorno a varias condiciones, como que en la pregunta apareciera la palabra ‘prospecciones', o mejor ‘prospecciones de hidrocarburos» en vez de ‘prospecciones petrolíferas» para ampliarlo al gas natural, o que no se centrara en la acción de Repsol para que fuera válida a cualquier empresa que pretenda prospectar en estas aguas.

Sin embargo, entendemos que el Gobierno de Canarias haya buscado adaptar su pregunta a la única norma que permite realizar consultas sin el visto bueno del Gobierno central, que es la Ley Canaria de Fomento a la Participación Ciudadana, y que da potestad al gobierno autonómico para preguntar cuestiones que sean de interés general de la comunidad autónoma, pero que deban marcar la agenda del gobierno canario, y no la de ninguna otra administración fuera de estas islas.

Por este motivo, justificándose en este condicionante, han propuesto una pregunta que, a nuestro juicio, resulta ambigua: ¿Cree usted que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petróleo?

Entendemos que rechazar un cambio de modelo que recoja las prospecciones no supone aceptar que el modelo medioambiental y turístico presente nos guste, pero somos conscientes de que muchísima gente no lo está entendiendo así. Y es que hace años que venimos denunciando que las políticas del Gobierno de Canarias sobre medioambiente y turismo son en buena medida las que han ocasionado la grave crisis ecológica, social y económica en la que estamos inmersos.

Mucha gente ha recordado, al calor de esta pregunta, luchas como la de la defensa de Tindaya, el Catálogo de Especies Protegidas de Canarias, el puerto de Granadilla… Y por eso es por lo que debemos aclarar que, aunque efectivamente esta pregunta no suponga aceptar el modelo actual, sino simplemente rechazar un cambio hacia un modelo en el que se realicen las prospecciones petrolíferas, queremos transformarla en una buena oportunidad para recordarle al Gobierno de Canarias el rechazo social contra sus políticas en materia de territorio y medio ambiente, y exigirle coherencia en su discurso a favor de un cambio de modelo que respete los recursos naturales que nos abastecen. Y esto será así porque decir no a las energías fósiles como el gas y el petróleo supone irremediablemente apostar por un cambio de modelo de desarrollo menos depredador de recursos y más respetuoso con el territorio y el medioambiente que el binomio ‘turismo de masas y construcción» por el que sigue apostando este Gobierno.

En definitiva, creemos que esta pregunta nos va a obligar a hacer mucha pedagogía, porque es importante que la gente entienda que votar ‘no» supone rechazar las prospecciones. Pero también nos va a dar la oportunidad de relanzar el discurso contra el modelo de desarrollo vigente, el mismo por el que siempre ha apostado este Gobierno de Canarias.

¿Creen que una consulta popular no vinculante, máxime cuando la decisión última no recae sobre el Gobierno de Canarias, servirá para algo?

Mucha gente nos pregunta eso mismo, y es que es lógico pensar que una herramienta que es solo consultiva, no vinculante, no sirva para el objetivo último, que es aquél que se recoge en la pregunta. Es verdad que una consulta popular no es como una ley o una sentencia judicial, que hay que cumplirlas directamente. Sin embargo, si hacemos memoria, veremos cómo algunas consultas populares, no sólo no vinculantes sino además, no aceptadas por los máximos responsables de los proyectos (como ocurre aquí con las prospecciones y el Gobierno central), han conseguido su objetivo.

En el año 2002, en Tambogrande, al norte de Perú, tuvo lugar una consulta popular promovida por el gobierno municipal en la que cuestionaba el apoyo al proyecto minero de la multinacional canadiense Manhattan que, con apoyo del Gobierno peruano, pretendía realizar una enorme explotación a cielo abierto a costa del medio ambiente y del medio de vida de las comunidades locales, y sobre todo a costa de la voluntad de todo un pueblo. Esta consulta popular, con amplísima participación, derivó en una victoria ciudadana que dio pie a la retirada de la empresa, cuyo valor en bolsa y prestigio cayeron en picado. Después de este evento muchas otras comunidades realizaron consultas similares, y ahora se han convertido en una importante herramienta de lucha en Sudamérica.

Es cierto que en ése y en otros muchos casos similares, el gobierno de turno afirmó que respetaría la voluntad popular, no como sucede con el gobierno del PP, que ni siquiera está por la labor de permitir esta consulta. Pero de no respetarse entraremos en un cuestionamiento democrático sin precedentes. Por lo menos en época preelectoral supondrá un gran riesgo para el Partido Popular.

A este respecto, ¿no creen que el apoyo a la consulta está legitimando el resto de políticas del Gobierno de Canarias, contra las que tantas veces se han manifestado?

Ésta es otra de las preguntas frecuentes… Sin embargo, tenemos que afirmar que, aunque así lo parezca, introducir como práctica habitual las herramientas de participación directa en la democracia, lo que hace es despertar el sentido crítico y la responsabilidad cívica y política en la ciudadanía. Es probable que a largo plazo, si esta práctica se consolida, que está por ver, la sociedad cambie y, por tanto, el Gobierno tenga que cambiar también.

Es necesario además llegar más lejos, porque la participación ciudadana supone la generación de canales reales y efectivos para que la gente pueda participar de forma cotidiana en la decisión de las cuestiones que les afectan, así como el respeto a su voluntad cuando utiliza los canales de participación ya reconocidos en nuestro marco normativo y que son tantas veces ninguneados por el propio gobierno: Iniciativas Legislativas Populares, manifestaciones, alegaciones, concentraciones, etcétera .

Por otra parte, por lo que a nuestras competencias se refiere, no hemos dejado ni dejaremos de denunciar las nefastas políticas de este Gobierno, como por ejemplo el Catálogo de Especies Protegidas que sigue sin modificarse, la Ley de Armonización, que supone un mazazo a la legislación territorial y ambiental, la continua negligencia y los recortes en materia ambiental, o la apuesta por la introducción del Gas Natural. Ya hemos venido alertando de esto desde siempre, pero en época de campaña electoral lo recordaremos especialmente a la ciudadanía.

Sin embargo, ahora tenemos que unir fuerzas y apoyar lo que sí creemos que hay que apoyar, es decir, la utilización de una herramienta como la consulta para decir unánimemente desde la sociedad canaria y todos los sectores implicados NO a las prospecciones. Y es que de no hacerlo así, sería un contrasentido exigir constantemente que se implementen las herramientas democráticas y cuando se intentan aplicar, se les dé la espalda.

Pero ahora mismo ¿no se está focalizando toda la atención en el petróleo, logrando que la opinión pública se “olvide” de otros problemas sociales y ambientales?

Se corre ese riesgo, al menos por la parte del Gobierno. Pero no por la nuestra. Como ya le dije, las y los ecologistas estamos muy activos, junto a otros colectivos sociales y ciudadanos, en la lucha contra las prospecciones y la eventual extracción posterior de petróleo. Pero al mismo tiempo seguimos denunciando muchas otras cuestiones, e impulsando otras causas que nos parecen justas y necesarias.

En este mismo periodo hemos participado en la creación de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias, en la reactivación del movimiento en contra de la incineración y por otro modelo de gestión de residuos en Tenerife y Gran Canaria, difundimos campañas con perspectivas a largo plazo, como la del decrecimiento, y varias más.

¿Cómo creen que se verá reflejado el resultado de la consulta?

Como ya dijimos, los efectos serán indirectos, pero serán. Por un lado, el objeto de quienes apoyamos esta consulta, que es el de parar las prospecciones y, en su caso, la explotación de hidrocarburos, es muy probable que se consiga si tenemos un éxito de convocatoria suficiente. El eco mediático en este tema ha superado a ninguna otra lucha en Canarias, y es común ver este conflicto reflejado en medios estatales e incluso internacionales. Es probable que a Repsol no le interese la mala imagen que proyectará si desoyen el sentir ciudadano.

Pero hay más: seremos un ejemplo y daremos no sólo ideas a otras comunidades y otros países que estén en nuestra situación, sino también formaremos parte de un movimiento internacional contra estas nefastas operaciones, aportando además resonancia en Europa, donde sólo en la prensa alternativa se recogen las luchas de las comunidades de los países empobrecidos, o más bien esquilmados, o en vías de desarrollo.

Por último, y con efectos prácticos sobre el medio ambiente canario, la modificación legislativa que tramita el Gobierno dejará abierto el camino para que podamos exigir que se perpetúe la práctica de las consultas populares… ¿con qué excusa se nos dirá que no, ahora?