La empresa pública de electricidad francesa Electricité de France (EDF) planea comprar la también empresa pública Areva [1], en un intento de reflotar el gigante nuclear francés. La Ministra de Ecología, Ségolène Royal, aprueba la operación en un intento de defender la industria nuclear francesa.

La empresa francesa Areva, con una participación pública del 87%, es la encargada de construir reactores nucleares y está pasando por horas bajas. Esta empresa desarrolló el reactor modelo EPR (European Presurised Reactor) con la idea de ocupar el mercado emergente con él. Sin embargo las cosas no están saliendo bien para esta empresa. En realidad solo hay dos EPR en construcción, uno en Flamanville (Francia) y el otro en Olkiluoto (Finlandia), cifra irrisoria para mantener la empresa con vida y para recuperar las inversiones realizadas para desarrollar este nuevo reactor. Estos dos reactores están presentando múltiples problemas técnicos durante su licenciamiento y construcción y esto ha llevado a que casi se triplicara su precio, superando los 8.000 millones de euros, y a acumular retrasos más de seis años, puesto que deberían haber entrado en funcionamiento en 2009.

El resultado de estos problemas, junto con el accidente de Fukushima, es que Areva no pueda vender más reactores de este modelo en el mercado mundial, lo que ha generado graves dificultades financieras en la empresa. En efecto, Areva lleva varios años registrando pérdidas de varios cientos de millones de euros, lo que supone un verdadero agujero negro para las fianzas francesas. En 2014, estas pérdidas alcanzaron el récord de 4.830 millones.

Dado que el sector nuclear se considera estratégico en Francia, el gobierno impulsa la compra de esta empresa por EDF, la empresa eléctrica francesa, con un 85% de capital público. Se trata de que las otras actividades eléctricas desarrolladas por EDF ayuden a mantener la enorme ruina que supone Areva. Y también de garantizar que la experiencia y capacidad técnica nuclear francesa no se pierdan.

El valor de Areva no se conoce a ciencia cierta, pero está calculado entre 2.000 y 3.000 millones de euros y según los analistas será necesario inyectar unos 1.000 millones para sanear la empresa. La división nuclear de Areva cuenta con 15.000 trabajadores, 10.000 de los cuales viven en Francia. Con esta operación, las pérdidas del sector nuclear francés, que encarna Areva, se compartirían entre todos los agentes eléctricos. Una vez más se demuestra que la energía nuclear sobrevive gracias al apoyo económico y político de los gobiernos. Sin éste, Areva se vería abocada al cierre en unos años, con la pérdida para Francia de un sector que se considera estratégico en aquel país, que posee 56 reactores en funcionamiento.

Esta maniobra para reflotar Areva en Francia se une a la pretensión del Gobierno inglés de Cameron de garantizar el precio del kWh producido por la posible futura central de Hinkley Point C en 10 céntimos de euro durante 25 años, o el funcionamiento del sector eléctrico español que garantiza grandes beneficios a la industria nuclear. Son diversos ejemplos del apoyo político que recibe la industria nuclear, sin el cual sería imposible su supervivencia.

Notas

[1] Areva es un grupo multinacional francés líder mundial en el sector de la energía nuclear. El nombre Areva lo eligió su fundadora, Anne Lauvergeon, y esta inspirado en el Monasterio de Santa María la Real en Arévalo (Ávila).