En los documentos presentados de cara a la cita se apuesta por falsas soluciones y se ignora la necesidad de un cambio de modelo.

Recientemente se han presentado los documentos base resultado de la Plataforma Ad-hoc de Durban para las negociaciones en la Cumbre del Clima de París. Esta cumbre, denominada COP21 y que se celebrará del 30 de noviembre al 11 de diciembre de este año, tiene una gran relevancia porque de ella debería salir entre otros el acuerdo de reducción de emisiones que sustituya al Protocolo de Kioto a partir de 2020.

Ecologistas en Acción ve, sin embargo, cómo los objetivos de los documentos base y de los compromisos nacionales en materia de reducción de gases de efecto invernadero publicados en los últimos meses por parte de los Estados y de la comunidad internacional se alejan demasiado de las recomendaciones realizadas por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés). El IPCC, integrado por expertos en calentamiento global, ha advertido de que “si no se realizan esfuerzos adicionales a los ya desplegados […] se experimentarán aumentos en la temperatura media global en superficie en 2100 de 3,7 grados a 4,8 grados”.

En base a los modelos presentados por este panel se debería perseguir el escenario de emisiones más bajo, lo que en la práctica significa reducir las emisiones a nivel global en un 95% en 2050. Algo que, atendiendo al crecimiento de la población y a las desigualdades existentes en las emisiones per cápita, debería traducirse en un escenario de emisiones prácticamente a cero para la UE en 2050.

Para evitar los denominados efectos de retroalimentación, según los cuales al superarse determinada temperatura aumenta enormemente el cambio climático, debemos establecer como límite un aumento de temperatura global de 1,5 grados.

En los documentos presentados por Naciones Unidas y los diferentes países se sigue insistiendo en mecanismos injustos como los mercados de carbono, donde el Gobierno español gastó más de 800 millones de euros para cumplir sus compromisos entre 2008 y 2012. También se siguen contemplando falsas soluciones al cambio climático, como la geoingeniería, la captura de carbono, la energía nuclear o las repoblaciones forestales industriales. Es decir, se aboga por continuar con un modelo ya agotado basado en el consumo excesivo de combustibles fósiles que nos conduce a un futuro donde los efectos del cambio climático pasarán una tremenda factura.

Ecologistas en Acción considera necesario que exista un Fondo Verde para el Clima que proporcione financiación para los países más vulnerables y afectados por el cambio climático, totalmente independiente de instituciones antidemocráticas como el Banco Mundial, que tiene una larga trayectoria de financiación de proyectos que han agravado el cambio climático, la corrupción y la pobreza. Este Fondo Verde debe estar garantizado por financiación pública y alejado de mecanismos de mercado, que no hacen más que agravar los problemas del cambio climático.

Ecologistas en Acción considera urgente desarrollar planes reales capaces de desarrollar una economía baja en carbono con la mayor brevedad posible. Esto pasa por prohibir inmediatamente la fractura hidráulica, dejar sin explotar la mayor parte de las reservas fósiles y abandonar las falsas soluciones como la geoingeniería o los mercados de carbono. Se trata de dar un impulso definitivo a una transformación integral de la forma de producción y consumo basada en una apuesta clara por un horizonte 100% renovable, con soluciones clave como la agroecología y el comercio local de proximidad.