Más de un centenar de personas han reclamado en una marcha, desde Madrid Río hasta Monte del Pardo, la recuperación del espacio público denominado 'zona de servidumbre» de los márgenes del río Manzanares, que impiden el libre paso de las personas a causa de las infraestructuras viarias y la invasión de diversas instalaciones

Dentro de los aspectos observados en el trayecto se ha podido apreciar el desastroso diseño de las onerosas infraestructuras viarias que imposibilitan el paso adecuado de las personas por ambos márgenes del Manzanares. Debajo de sus puentes han creado espacios hostiles y difícilmente accesibles, sin conexión alguna con el brillo y lustre de la faraónica obra de Madrid Río.

Por otro lado, en el espacio recorrido hasta El Pardo, abundan las infracciones a la legalidad vigente; diversos organismos de la Administración han consolidado una situación que debe revertirse de forma paulatina.

La relación de invasiones de la zona de servidumbre (cinco metros en cada margen de todo cauce fluvial) van desde el depósito de vehículos retirados por la grúa y los Viveros Municipales de Migas Calientes, ambos situados junto al Puente de los Franceses, hasta las instalaciones del Tejar de Somontes, concesión de Patrimonio Nacional a esa entidad.

Un sendero que permitiría el recorrido a vecinos, paseantes, cicloturistas y deportistas se convierte en coto cerrado a ese uso.

Durante la jornada, las 120 personas que hicieron el recorrido han tenido que sortear, no sin dificultad, diversas alambradas y mallas metálicas de todo tipo que supusieron más de un incidente innecesario, algo que no hubiera sucedido si ese camino estuviese libre, como estipula la ley que ha de hacer cumplir la Confederación Hidrográfica del Tajo.

La creación de un pasillo que una la ciudad con el Monte del Pardo es una cuestión de voluntad política y de un proyecto sostenible que nada tiene que ver con el costosísimo Madrid Río, donde el Manzanares ha quedado reducido a un mero canal de agua digno de un parque temático. La ciudadanía tiene derecho a conocer los valores naturales que están a escasos metros de esa obra mastodóntica que hipoteca la economía de Madrid por decenios.

Ecologistas en Acción reclama a las diversas entidades y organismos la liberación de esos terrenos de dominio público que, como muchos otros, se sustraen de forma generalizada en la geografía madrileña.