Durante varias legislaturas de gobiernos municipales del PSOE se ha anunciado repetidas veces que era necesario avanzar hacia un modelo de ciudad donde la movilidad fuera más «sostenible» (siempre la dichosa palabreja, cada vez más vacía de significado) y se anunciaban estudios y proyectos para diseñar la ciudad del futuro, donde los peatones, las bicicletas y el transporte colectivo fueran los protagonistas de los desplazamientos por Albacete, como la mejor salida a la contaminación, el ruido o el peligro de los coches particulares.

Y cada mes de septiembre se celebraba con más o menos entusiasmo la 'Semana de la movilidad', trasladando a un domingo lo que debía ser el 'día sin coches', que siempre acababa con más pena que gloria. Y las diferentes tentativas de peatonalizar calles y espacios siempre terminaban en el enfrentamiento con el grupo de presión de los mismos de siempre, que veían como sus teóricos intereses se imponían al deseo cada vez mayor de muchos albaceteños que querían disfrutar de lugares sin coches y sin ruidos.

Y se consiguió alcanzar un cierto consenso en el diseño de una red de carriles para bicicletas que abarcará toda la ciudad, aunque en la mayor parte de los casos a expensas de quitar sitio en las aceras, en lugar de lo que sería más lógico (aunque con más polémica) que es restando espacio a las calzadas, lo que provocaría a su vez una disminución de la velocidad y, por tanto, del ruido y del peligro.

Pero este panorama no muy alentador se desvanece de golpe con la llegada de los populares al ayuntamiento, que siempre han declarado que todo esto de los carriles bici, de la peatonalización o del trasporte público no son más que chorradas de progres. Y una de las primeras medidas es guardar en un cajón el Plan de Movilidad que se había terminado de redactar apenas unos meses antes de las elecciones municipales de 2011 (después de años de promesas y de anuncios) y que contenía las grandes líneas de lo que durante tanto tiempo se había reivindicado. Se puede seguir consultando en la página del ayuntamiento, porque a alguien se le ha debido olvidar quitarlo.

Y ahora, con gran boato, se ha anunciado desde la Concejalía de Medio Ambiente a los medios de comunicación la convocatoria de la mesa del ruido y el gran consenso alcanzado en la misma para resolver el único problema que parece que exista en la ciudad: que la zona de copas y de marcha del centro genera mucho ruido. ¡Vaya descubrimiento! Pero, la principal causa del ruido en la ciudad, no sólo en el centro sino en muchos otros barrios ni se aborda. ¿Para qué se va a hablar del tráfico como principal causa del ruido si llegaríamos a la conclusión lógica? Y así, una vez más, esperaremos a que en próximas elecciones alguien quiera coger el toro por los cuernos y se decida a abordar lo que es una evidencia: la ciudad no puede albergar todos los coches matriculados circulando libremente por todas las calles, eso sólo nos lleva a más colapso, más ruido y más contaminación. O sea, al pasado.