Ecologistas en Acción expresa su decepción por la no admisión de una propuesta de moción contra los circos con animales en Tomelloso del Grupo Municipal de IU-Ganemos. Al tratarse de una declaración institucional, comúnmente aceptada y con abundantes ejemplos en el país, como muy bien expuso el edil de UPyD en una de sus intervenciones en el pleno del 21 de abril, su no tramitación y aprobación es difícilmente explicable.

Ha bastado que el borrador de moción recoja la prohibición de circos con animales dentro del término municipal de Tomelloso para que el equipo de gobierno no le de cauce. La negativa presume de tener base jurídica (dada la inexistencia de una normativa que apoye dicha prohibición), aunque podría haberse recurrido a otra fórmula de compromiso con idéntico fin; la no autorización de espectáculos en la localidad en razón de su incompatibilidad con el bienestar animal y con la demanda de la ciudadanía en considerar a los animales sujetos de derecho dignos de respeto. Si hubo un defecto de forma en la redacción del texto, el Ayuntamiento tenía y tiene la obligación de proponer alternativas para sacar adelante la moción y no desestimarla, como finalmente hizo.

Emplazar a la aprobación de una ordenanza de protección animal es una engañosa salida. Es verdad que es lo que procede; integrar la restricción o prohibición de espectáculos y actividades recreativas que entrañen explotación y maltrato animal en una normativa concede de mayor fuerza y legitimidad jurídica al fin declarado. Las asociaciones de defensa de los animales Ladridos Callejeros, SOS Galgos, Alma de Gato, junto a Ecologistas en Acción, abogamos porque así sea. Sin embargo, habrá que ver si llegado el momento el proyecto de ordenanza pasa el filtro de los servicios jurídicos y de las respectivas comisiones municipales. Si tan difícil es llevar a pleno una simple moción de condena a los circos con animales, no queremos ni imaginar lo que ocurra con un texto normativo con aspectos que pudieran provocar una férrea oposición en la mayoría de partidos y en significativos colectivos conservadores e inmovilistas, por no hablar de la tentación de rebuscar pretextos legales que lo neutralicen.

Contemplamos con esperanza el nuevo tiempo abierto en el proceso emprendido por este Ayuntamiento en la elaboración de una ordenanza consensuada con las asociaciones de protección animal que aborde el abandono de perros, la sobrepoblación felina, la necesidad de un refugio municipal mayor y bien dotado, la tenencia responsable de animales, la realización de campañas de adopción, el comercio de especies exóticas y el rechazo a carruseles de ponis y circos con animales. Sin embargo, albergamos dudas de que haya verdadera voluntad en la mayoría de los partidos para hacerla, llegado el momento, realidad.