Los últimos de la Colonia

La Colonia de puente Mayorga más que una aldea de pescadores era un paraíso de arena y cal, rodeado de huertas caminos de chumberas y niños jugando entre las barcas a la orilla de la playa.

Su vida era la mar, rodeados de copos, palangres y gaviotas…

Allá por el año 1969 Cepsa decidió instalarse como vecino junto a sus casas fué entonces cuando el olor a mar se fue transformando en veneno y el sonido de las olas no conseguian tapar el ruido de motores, hornos y valvulas.

En los arroyos donde antes lavaban se filtraban productos químicos. Respirar dolía…

La convivencia se hizo imposible los vecinos fueron trasladados a otro lugar, sus casas fueron tapiadas y después derribadas.

Nunca más volveran a dormir al rocío en la arena de la playa, ni despertaran con el mecer de las olas…