La Consejería de Fomento y Vivienda somete a Información Pública el Anteproyecto de Ley Andaluza de Movilidad Sostenible.

Ecologistas en Acción, ante la constatación de la insostenible situación de la Movilidad en Andalucía, defiende la necesidad de esta Ley, que se mantengan los principales aspectos de este Anteproyecto de Ley y traslada un documento de sugerencias que la mejorarían.

La gestión que se ha realizado de la movilidad y el transporte en los últimos años ha devenido insostenible. La apuesta por el vehículo privado como principal modo para el transporte de personas, tanto a nivel urbano como interurbano, y la apuesta por el transporte por carretera de mercancías, ha significado una construcción descontrolada de carreteras de alta capacidad. En esta apuesta se ha marginado al ferrocarril, destinando los recursos únicamente al tren de Alta Velocidad, mucho más impactante desde un punto de vista territorial y ambiental y mucho menos rentable socialmente. El impacto de estas formas de transporte se ha traducido en una mayor emisión de gases de efecto invernadero, en más contaminación de nuestras áreas urbanas y en una mayor fragmentación del territorio. Todo ello, sin una mejora de las condiciones socio-económicas de nuestra comunidad, que sigue soportando unos muy altos índices de desempleo.

Consideramos que los principios inspiradores de esta ley apuntan en la buena dirección para intentar salvar los enormes impactos apuntados, por lo que sugerimos su conservación en la futura ley. Existen, sin embargo, tres principios que no quedan suficientemente explicitados o desarrollados en el anteproyecto y que son esenciales para caminar hacia una movilidad sostenible en Andalucía:

- Reducción de la movilidad. La movilidad más sostenible es aquella que no se produce. No solo es necesario cambiar la forma en que nos movemos, algo que el anteproyecto de ley aborda en profundidad, sino que también es necesario propiciar una menor necesidad de movernos y de hacerlo a menores distancias, mediante la creación de relaciones de proximidad en la satisfacción de las necesidades humanas. Algo que, a nivel urbanístico, se consigue fundamentalmente mediante la protección de la ciudad compacta.

- Limitaciones a la movilidad en automóvil privado. El texto del anteproyecto no ataca directamente a la cuestión central para garantizar el éxito de las políticas de movilidad: limitar y disuadir la movilidad en automóvil privado. Las medidas de fomento de los modos sostenibles no sirven por sí solas para revertir una movilidad dominada por el coche. Se trata, por tanto, de poner en práctica las llamadas políticas push and pull, o de palo y zanahoria, es decir, al mismo tiempo que se facilita la movilidad en modos sostenibles (plataformas reservadas para transporte colectivo, vías ciclistas, itinerarios peatonales..) hay que dificultar la movilidad en automóvil (básicamente, limitación de acceso y reducción de superficie de rodadura y estacionamiento).

- Derecho a la movilidad no motorizada. La motorización ha subvertido el orden natural de las cosas hasta el punto de poner en cuestión una característica tan definitoria del ser humano como su condición de ser bípedo y su posibilidad de desplazarse y acceder a los recursos como tal. Lo observamos cada día en nuestras ciudades, en la prioridad casi absoluta que se concede al automóvil, que ejerce un uso abusivo del espacio público y disfruta en exclusiva de la continuidad de itinerarios, frente a peatones relegados a espacios sobrantes, permanentemente discontinuos y en los que los criterios de accesibilidad universal parecen un sueño inalcanzable. Pero, igualmente, lo comprobamos fuera de los entornos urbanos, donde la mayor parte del territorio carece de cualquier posibilidad de acceso no motorizado. Revertir esa situación requiere en primer lugar reconocer el derecho a la movilidad no motorizada como función humana esencial, que debe traducirse en disposiciones tales como la obligatoriedad de que toda nueva infraestructura viaria interurbana contemple un itinerario alternativo para peatones y bicicletas o que los planes de movilidad contemplen programas específicos y prioritarios, dotados presupuestariamente y con plazos estrictos, para la adaptación del viario urbano y los espacios públicos a la normativa vigente de accesibilidad universal.

En aspectos puntuales las sugerencias de Ecologistas en Acción al anteproyecto van encaminadas a que no se puedan dar interpretaciones contrarias al espíritu de la norma y que se fijen claramente los criterios que permitan la reversibilidad de la movilidad a un modelo sostenible, así, se insiste en evitar que las propuestas de movilidad deriven en nuevos desarrollos urbanísticos.

Se sugiere incluir en las determinaciones aspectos fundamentales que se han quedado fuera en la actual propuesta como la integración de los factores ambientales: geológicos, geomorfológicos, hidrológicos, paisajísticos, faunísticos, forestales, en la construcción y conservación de las infraestructuras de transportes, abordando además la restauración ecológica de las mismas.

Sugerimos además, añadir determinaciones para la permeabilización de las infraestructuras de transporte motorizado tanto para la fauna en ámbitos no urbanos como para facilitar los modos de transporte no mecanizado, especialmente en las zonas urbanas y periurbanas.

Para evitar dilaciones e inseguridad jurídica de planes dependientes de éstos, se propone que el Plan Andaluz de Movilidad y los Planes Territoriales a los que obliga la Ley de Movilidad, sean ratificados en un plazo de seis meses tras la aprobación de ésta. Igualmente se considera necesaria la inclusión de plazos fijados para la exposición pública de los planes de movilidad urbana sostenible que deben estar accesibles en su totalidad en las páginas web municipal.

La necesaria elaboración de los Planes de Movilidad Sostenible de los Centros Generadores de Movilidad se queda corta al no establecer plazos para su realización.

En cuanto al imprescindible fomento de los desplazamientos a pie y en bicicleta que se recoge en la Ley, añadiríamos la necesidad de que los vehículos de transporte público colectivo en Andalucía cuenten con espacio reservado para el transporte de bicicletas y las estaciones contarán con espacios seguros para aparcarlas, como alternativa a su transporte. Debería fijarse un número mínimo de aparcamientos de bicicletas por vivienda.

Sugerimos que se incluya una disposición para que la señalización de las infraestructuras atiendan también las necesidades (orientación, información, limitaciones…) de los usuarios no motorizados. También añadir que las entidades y personas empleadoras fomentarán medidas de teletrabajo, jornada continua, jornada concentrada, bonos-comida, bonos-transporte público y similares, de forma que se reduzcan las necesidades de desplazamiento.

En cuanto a la Movilidad sostenible de mercancías sugerimos que debería incluirse disposiciones para el fomento del transporte ferroviario de mercancías, para elevar la escandalosa participación modal actual (menos del 1%), con el objetivo de llegar a la media europea (17%) en el plazo más corto posible.

En definitiva una Ley necesaria que faltaría pulir y que entendemos se mejoraría con la incorporación de las sugerencias realizadas y especialmente que su desarrollo se realice con la mayor participación pública posible con el objeto de revertir la ilusoria creencia colectiva de que a mayor número de infraestructuras mayor bienestar social.