Ecologistas en Acción considera que la propuesta de la Comunidad de Madrid, en relación con el Parque Nacional, no asegura su conservación. En las zonas de transición, con una superficie similar a la propuesta para el Parque Nacional, y donde se concentra la mayoría del suelo susceptible de ser urbanizado, no se incorporan directrices encaminadas a controlar la expansión urbanística, principal amenaza para los valores naturales y culturales de la Sierra. Los expertos aseguran que en 15 años, al actual ritmo de construcción, la mayor parte de los valores que hoy se pueden proteger, habrán desaparecido

A juicio de Ecologistas en Acción, un Parque Nacional en la Sierra de Guadarrama rodeado de urbanizaciones tiene poco futuro. La Sierra es un todo, las cumbres no son independientes de sus valles, piedemonte y rampas. Para que la Sierra sobreviva y mantenga sus valores naturales, paisajísticos, culturales y tradicionales requiere continuidad y conexión entre sus diferentes ecosistemas. Sin embargo, la principal amenaza para la Sierra y su conservación es el creciente espacio urbanizado en los valles y piedemonte. Esta es también una conclusión de algunos de los expertos que han participado en los estudios de la Sierra de Guadarrama. Y es que si el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) que se está elaborando no pone freno a la expansión urbanística, el futuro de la Sierra es incierto. De hecho, los expertos, auguran que al actual ritmo de crecimiento, en 15 años, se habrán perdido la mayor parte de los valores naturales que hoy todavía puede protegerse. Se trata de una buena oportunidad para que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio demuestre que los intereses ambientales están por encima de los urbanísticos, algo que viene pregonando desde hace dos años pero que hasta la fecha no ha puesto en práctica.

Actualmente, en el ámbito del PORN, hay 135.000 habitantes y 110.000 viviendas, casi tantas viviendas como habitantes. De estas viviendas el 47% es de segunda residencia. El incremento de viviendas en los últimos diez años ha sido de 34.000, un crecimiento de más del 46 %. El mayor crecimiento se ha producido en las zonas de contacto de la Sierra con la rampas: Collado Villalba con 6.000 nuevas viviendas, Alpedrete, Becerril de la Sierra y Moralzarzal que suman un total de 8.000 nuevas viviendas. LA misma situación se repite en términos que albergan los mayores valores naturales como San Lorenzo de El Escorial, Manzanares El Real, Miraflores de la Sierra, El Boalo, Cercedilla, Guadarrama, Los Molinos y Soto del Real. En algunos casos el crecimiento va creando continuos urbanos al construir los espacios que hasta hace poco separaban los núcleos urbanos de la Sierra. El caso más evidente es la expansión de Collado Villalba y los núcleos urbanos de alrededor que amenazan con extenderse a Cercedilla y Navacerrada, términos en los que se localizan algunos de los espacios de mayor valor ambiental del Guadarrama.

Pero el futuro no se promete nada halagüeño, las previsiones de crecimiento dan vértigo y se extienden hacia las zonas que hasta ahora se habían mantenido más al margen del desarrollismo urbanístico: el Valle del Lozoya, y Sierra Norte. En el ámbito del PORN existe 6.621 hectáreas de suelo urbano que alberga 110.000 viviendas, al que hay que sumar 1.700 hectáreas de suelo urbanizable, con capacidad para, al menos, unas 30.000 nuevas viviendas. Estas cifras podrían sumar a los actuales 135.000 habitantes, 75.000 más. Pero si añadimos el suelo no urbanizable común se obtiene más de 7.000 hectáreas, con capacidad para 121.000 viviendas y 302.000 habitantes. En total se podrían superar los 500.000 habitantes en el ámbito del PORN. Un futuro que haría inviable la supervivencia de la Sierra de Guadarrama aunque las cumbres estuvieran incluidas en un Parque Nacional. Además no hay que olvidar que en la ladera castellano-leonesa, las previsiones de crecimiento, son igualmente desmesuradas.

Los riesgos que la urbanización tiene para la conservación de espacios naturales se derivan de la transformación radical e irreversible del terreno sobre el que se construye, del trazado de infraestructuras que requieren las zonas urbanas. Igualmente estas zonas urbanas y el incremento de habitantes supone una mayor presión sobre los recursos e implica una serie de efectos directos e indirectos de gran repercusión para la conservación de los espacios serranos (incremento de la presión recreativa, ocupación de valles y prados donde obtenían su alimento especies silvestres, aumento del consumo de agua, generación de residuos y vertidos, emisiones a la atmósfera, ruidos, etc.)

A pesar de que sin duda esta es la principal amenaza para la supervivencia de la Sierra de Guadarrama, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio no ha planteado ningún tipo de control urbanístico sobre las zonas de transición donde se concentra prácticamente la totalidad del suelo susceptible de ser urbanizado. Estas zonas suman un total de 27.204 hectáreas, un 27% del total del ámbito del PORN. La superficie propuesta para el Parque Nacional es de 34.084 hectáreas, un 34% del ámbito PORN.

Para Ecologistas en Acción, regular y controlar esta expansión urbanística y hacerla compatible con la preservación de la Sierra es mucho más importante y urgente que cualquier otra actuación. Actualmente las cumbres de la Sierra tienen un grado de protección aceptable pero donde está el reto de la conservación (y el negocio urbanístico) es en el piedemonte serrano. A juicio de Ecologistas en Acción estamos ante otra oportunidad para que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio demuestre que los intereses ambientales están por encima de los urbanísticos, algo que viene pregonando desde hace dos años pero que hasta la fecha no ha puesto en práctica.