Ante el desconocimiento que dicen tener algunos políticos sobre el proyecto de construcción de una planta incineradora de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en los terrenos del vertedero que Cogersa tiene en el centro de Asturias, y que con una capacidad de tratamiento de al menos 400.000 toneladas sería una de las mas grandes de España (el doble de la de Valdemingomez en la Comunidad de Madrid) quisiéramos recordar a esos partidos que lo primero que han de reconocer es la gravedad que puede suponer esta instalación para la región, en la que llevamos años denunciado la posible instalación de una súper-incineradora a la que ni siquiera se atreven a llamar por su nombre, utilizando el falso y eufemístico nombre de «planta valorizadora de residuos».

Hemos de recodar que esta instalación iría contra el espíritu del actual marco legal, tanto del europeo, recogido en la Directiva 91/156/CEE, del estatal, Ley 10/98 de Residuos como del autonómico, ya que todos ellos indican que se fijarán los objetivos específicos por orden de prioridad; primero reducción, después reutilización, después reciclado y al final las diferente formas de valorización y eliminación.
Como se puede ver aquí se saltan las tres primeras prioridades, ya que de las 481.000 tonelada que llegaron al vertedero el año 2004, se quemarían casi todas, con lo cual no cumplen la ley, ya que ni reducen, ni reutilizan ni por supuesto reciclan, (tenemos una tasa de reciclaje solo del 7% de la basura urbana), no quieren mas alternativas que quemar todo lo que se pueda.

Queremos recordar los graves problemas de esta peligrosa forma de destruir los residuos.

- Destruye materias primas que son escasas; como el papel (supone 26% de la basura), y los plásticos (10% de la basura)

- Destruye el tejido social y el empleo vinculado al reciclaje, mucho de este trabajo vinculado a colectivos marginados.

- La incineración distribuye por el aire, el agua y la tierra las sustancias tóxicas presentes en los residuos. La utilización de la atmósfera como un vertedero comportará, en definitiva, la dispersión de contaminantes al medio ambiente y su llegada a través de la cadena trófica a los alimentos y al ser humano

- Las Incineradoras de basuras suponen un riesgo, comprobado y evidente, para la salud de las personas que viven en el entorno más próximo. Los estudios médicos, con mayor rigor científico, sitúan el aumento de patologías asociadas a la incineración de basuras (gases y residuos), en distancias de hasta 10 Km, en ese radio vivimos 600.000 asturianos y asturianas.

- La incineración de la basura produce gases cargados de dioxinas, furanos y metales pesados, además de residuos sólidos de alto contenido tóxico y otros desconocidos. Los metales pesados (mercurio, cadmio….), presentes en los gases de combustión, producen daño permanente en el Sistema Nervioso Central, especialmente durante en el embarazo y las primeras etapas de desarrollo.

- Las dioxinas y furanos son elementos cancerígenos, es decir, responsables de la producción de cáncer en diversos órganos, además de comportarse como alteradores hormonales, por lo que son una amenaza para el feto y la capacidad reproductiva. Son sustancias muy estables, resistentes a la degradación y que tienden a bioacumularse en el ser humano. No hay niveles tóxicos mínimos inocuos de dioxinas y furanos para el ser humano.

- Los gases producidos por la planta incineradora provocan un aumento de la patología asmática y enfermedad pulmonar, por lo que se agravarían los problemas que ya tenemos miles de asturianos que vivimos en el área central de Asturias con unos niveles de contaminación que incumplen claramente la legislación sobre calidad del aire.

Por todo ello vemos necesario, como ya han hecho otras regiones y comunidades, de apostar por mejorar la eficacia de la recogida selectiva, reducir los volúmenes y producir con el resto compost de calidad, que es hoy por hoy la alternativa con menor impacto ambiental y tecnológicamente mas desarrollada.

Ecoloxistes n'Aicion d'Asturies

Coordinadora Ecoloxista d'Asturies