Organizaciones sociales de estadounidenses que viven en Europa se suman a Ecologistas en Acción para exigir al banco BBVA que deje de financiar el proyecto Dakota Access Pipeline (DAPL), para no contribuir al calentamiento global y a la vulneración de derechos humanos.

El pasado 2 de febrero y como parte de la campaña internacional #DeFundDAPL, Ecologistas en Acción entregaba en una oficina del BBVA en Madrid un manifiesto con más de 700.000 firmas para exigir a la entidad bancaria que se retirara del consorcio que financia el proyecto DAPL.

Ante el silencio que ha mantenido el banco sobre este tema, hoy se realiza en una nueva acción dirigida a BBVA para exigir que retire su inversión en la construcción del polémico oleoducto Dakota Access Pipeline. Ecologistas en Acción contará con el apoyo de grupos conocidos como “Resistance”, colectivos de estadounidenses que surgieron como reacción a la victoria electoral de Donald Trump el pasado mes de noviembre.

En paralelo a lo que empezó a surgir en EE UU en las semanas siguientes a la victoria en las urnas de Trump, fuera del país norteamericano, comunidades de ciudadanas y ciudadanos estadounidenses se organizaron en estos grupos activistas. Grupos como Women’s March Barcelona, Madrid Resistance y American Resistance Sevilla, así como otros en Granada, Valencia, Málaga, Ibiza y Mallorca, organizaron protestas coincidiendo con la toma de posesión de Trump, y han continuado realizando actividades coordinadamente. Una de estas actividades es la denuncia de DAPL.

El proyecto DAPL supone la construcción de un oleoducto que pasaría bajo el lago Oahe y el río Misuri en Dakota del Norte, en EE UU. Tal y como está proyectado, dividirá los territorios sagrados de la tribu Sioux de Standing Rock así como las tierras que les fueron concedidas por tratados. Asimismo, el oleoducto amenaza la principal fuente de agua potable de la tribu y los recursos hídricos de la región.

Este proyecto ha encontrado una firme resistencia por parte de la tribu Sioux y sus numerosos aliados, y ha conseguido levantar una verdadera oleada de solidaridad internacional. Los grupos activistas, autodenominados «Protectores del Agua», han sido reprimidos de forma violenta en varias ocasiones por la policía y fuerzas de seguridad privadas que trabajan para las empresas constructoras del proyecto. Y aunque la construcción del proyecto fue paralizada cautelarmente bajo la administración Obama, la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE UU ha supuesto la reanudación de las obras. El oleoducto podría estar terminado en pocos meses.

BBVA se encuentra entre las 32 entidades financieras a nivel internacional que financian DAPL directamente o bien a través de alguna de sus empresas promotoras, como Sunoco Logistics, Energy Transfer Partners o Energy Transfer Equity. La campaña internacional dirigida a bancos inversores en el DAPL ha logrado que entidades como la holandesa ING, la noruega DNB o la francesa BNP Paribas hayan puesto fin a su vinculación financiera con el oleoducto. No obstante, BBVA no ha mostrado de momento intención alguna de imitar a estos bancos y aunque afirma haberse reunido con representantes de la tribu de Standing Rock, no ha desvelado el contenido de la reunión y se ha limitado a decir que “continuará en contacto con sus clientes para analizar la cuestión”.

En esta ocasión –con la etiqueta #aBBVAnoleImporta– Ecologistas en Acción vuelve a insistir en las redes sociales, llenando Facebook, Twitter, Instagram y YouTube con mensajes donde exige al BBVA la desinversión en DAPL y en otros proyectos que fomenten el uso de combustibles fósiles sin reparar en las violaciones de los derechos y el bienestar de pueblos originarios. “Demandamos al BBVA que, al igual que han hecho otros bancos como ING, venda sus participaciones en los préstamos vinculados al DAPL y a las empresas promotoras, y se comprometa a respetar y promover en el futuro el principio de consentimiento previo, libre e informado de los pueblos originarios en todo el mundo”, afirma Yago Martínez Álvarez, portavoz de Ecologistas en Acción.

Para los grupos de estadounidenses será la tercera vez en mes y medio que claman ante las puertas virtuales de la entidad bancaria española. Los pasados 16 y 30 de marzo, en sendas campañas online, pidieron al BBVA la desinversión en DAPL y que hiciera público el contenido de su reunión con la tribu de Standing Rock. En la segunda de estas campañas los grupos de estadounidenses en España formaban parte de un esfuerzo coordinado más amplio. Grupos homólogos en Italia se dirigieron a Intesa SanPaolo, en Alemania a Deutsche Bank, en Suiza a Crédit Suisse y en Francia a los tres bancos franceses aún vinculados con DAPL: Société Générale, Natixis y Crédit Agricole.

“Al igual que el calentamiento global afecta al planeta entero, tampoco los mecanismos que financian los combustibles fósiles que lo está causando conocen fronteras», afirma Cecilia Gómez-Engler, del colectivo Women’s March Barcelona. «El cambio climático y los derechos humanos son asuntos de interés internacional, por lo que es necesario abordarlos desde una perspectiva internacional».

El objetivo de esta campaña por la desinversión a corto plazo es debilitar financieramente este proyecto en concreto, pero se trata también de mandar un mensaje a la banca y a los inversores con respecto a la evaluación de futuros proyectos para que tengan presente los elevados costes sociales y medioambientales que conllevan.