Entidades proponen mejoras en la gestión de este patrimonio. Las malas prácticas en las podas y talas del arbolado urbano, que persisten desde hace años, llevan a Ecologistas en Acción y a técnicos en jardinería del SAT en Sevilla a presentar una batería de propuestas de cláusulas sociales y medioambientales de cara a la contratación de empresas de jardinería por parte del ayuntamiento de Sevilla.

Clausulas para la poda del arbolado urbano

Ecologistas en Acción acaba de recibir una nueva denuncia de poda salvaje y extemporánea, esta vez realizada en el colegio público San José Obrero (C/ Verano-C/Los Romeros), acompañada de varias fotografías testimoniales (ver adjunto). Esta poda de ejemplares maduros se ha realizado, como en demasiadas ocasiones anteriores, completamente fuera de la época adecuada para ello, el invierno, y además en plena ola de calor, dañando los árboles intervenidos, a las aves que anidan en ellos y, también, a la habitabilidad del propio colegio. Y ello, precisamente, justo en plena polémica y debate públicos acerca del excesivo calor que están pasando nuestros escolares en unos colegios muy poco acondicionados para hacer frente a dicha contingencia climática.

Ecologistas en Acción de la ciudad de Sevilla viene recibiendo cada año un número creciente de quejas vecinales debidas a las podas salvajes: actuaciones desproporcionadas, o realizadas en épocas nada propicias para ello, sobre el arbolado urbano por distintas empresas de jardinería contratadas por el Ayuntamiento de Sevilla. Y este curso que ahora termina no ha sido una excepción.

Estas actuaciones a menudo socavan severamente la salud y la integridad de los ejemplares intervenidos, al provocarles numerosos daños fitosanitarios y estructurales, que en ocasiones son irreparables. Y ello supone, por un lado, maltratar y acortar la vida útil de unos bienes públicos que además son seres vivos; y por otro, que se incremente el peligro de accidentes por caída de ramas.

Entre estas malas prácticas destacan especialmente las podas severas y evitables realizadas fuera del período indicado para las mismas: la parada vegetativa invernal (meses de noviembre a marzo). Y también son perjudiciales las zanjas que con demasiada frecuencia, y yendo en contra de lo indicado por las normas, se abren excesivamente cerca del pie de los árboles, lo que cercena raíces principales.

Así, estas agresiones, que insistimos en que muy a menudo son perfectamente prescindibles, les abren a los árboles vías para la entrada de agentes patógenos, debilitándolos y generándoles enfermedades a corto y medio plazo; así como menoscabo de su integridad y estabilidad estructural. Con ello se acrecienta el riesgo de daños personales y materiales y se merma la masa arbórea, y sus funciones como hábitat para la biodiversidad de la ciudad, especialmente avícola; de limpieza del aire por eliminación del CO2; y, no lo olvidemos, se disminuye la provisión de sombra en una ciudad tan duramente castigada por la insolación y las altas temperaturas durante la mitad del año.

Un castigo, además, que todo apunta a que no irá sino a peor dado, por un lado, el ya más que innegable cambio climático y, por otro, la también mala praxis, ésta en materia urbanística, de seguirse construyendo espacios públicos sin vegetación. ¿En Sevilla!…

Sevilla, especialmente, es una ciudad que necesita de arbolado y vegetación abundantes dadas su ubicación geográfica, sus características socioeconómicas y sus condiciones geoclimáticas. No se entiende este maltrato a un patrimonio de gran valor como es el arbóreo, dado que está demostrado que una muy buena fórmula para luchar en lo local contra el calentamiento global (y la más barata) es precisamente la cobertura vegetal: la sombra de un solo árbol baja la temperatura al menos en 5 grados con respecto al mismo lugar sin sombrear con cubierta vegetal.

No entendemos que Sevilla pretenda postularse como ciudad candidata a la Capitalidad Verde Europea sin atender debidamente, entre otros muchos asuntos, al cuidado y mejora de este patrimonio verde del que dispone. Lo que también incluye la correspondiente reposición de los ejemplares perdidos y la siembra anual de nuevo arbolado que cubra suficientemente el crecimiento urbano y que aproveche las reurbanizaciones de espacios públicos para introducir más arbolado en la ciudad ya consolidada, de las especies y en la disposición más convenientes.

Hay que señalar también, por otra parte, que la propia contratación de empresas de jardinería basada en el mero abaratamiento de costes ha repercutido tanto en la falta de previsión y cuidado necesarios en las intervenciones referidas como, en ocasiones, en la precarización y falta de profesionalización de quienes realizan estas tareas. Lo que ha conllevado tanto daño al patrimonio arbóreo de la ciudad como, incluso, la puesta en peligro de sus mismos trabajadores por la disminución de las cautelas en cuanto a peligrosidad se refiere, con algunos episodios luctuosos.

Dada la suma y relevancia de las intervenciones de este calibre observadas estos últimos meses, Ecologistas en Acción, técnicos de jardinería de SAT en Sevilla y otras personas interesadas han elaborado un conjunto de nueve propuestas, ordenadas en cuatro apartados (sobre las empresas de poda; las técnicas y la época de poda; las inspecciones de poda y sobre el uso de herbicidas), que eleva mediante escrito al Director General de Medio Ambiente, Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla (se adjunta), al que se acompaña de un anexo fotográfico con una selección de las pruebas fotográficas compiladas últimamente (también se adjunta).

La intención de este trabajo es que dichas propuestas sean recogidas por el Ayuntamiento e incorporadas a la gestión pública de este indispensable e insustituible patrimonio urbano vegetal.