• Ecologistas en Acción denuncia que las autoridades europeas han ocultado pruebas que demuestran que el glifosato es cancerígeno, según indica un informe de Global2000.
  • Europa parece anteponer la permanencia del glifosato en el mercado a la salud de la población y su medio ambiente.
[Sumario] El glifosato: un incumplimiento sistemático de las normas

Las autoridades de la UE llegaron a la conclusión de que el glifosato no es cancerígeno, después de ocultar pruebas de cáncer en animales y tras violar las directrices y pautas que se supone guían sus tareas, según el informe ‘Glifosato y cáncer: Las autoridades violan sistemáticamente las regulaciones‘ escrito por el toxicólogo alemán Peter Clausing y pubilcado por GLOBAL2000 (Amigos de la Tierra, Austria).

Este informe muestra que el glifosato debería haber sido clasificado como un cancerígeno según los estándares europeos actuales. Esto se traduciría en una prohibición automática bajo la legislación sobre pesticidas de la UE. Sin embargo, las autoridades europeas hicieron caso omiso de los estándares de clasificación para llegar a la conclusión de que el glifosato no es cancerígeno.

Para el Dr. Clausing, autor del informe, lo más sorprendente ha sido la forma tan evidente en que las autoridades violaron sus propias normas. Según el autor,“la prueba de que el glifosato produce cáncer es tan aplastante que debería ser prohibido.”

Las autoridades europeas en el punto de mira son el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR) -ya que Alemania es el estado miembro ponente sobre el glifosato en la UE- la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), y la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA).

La conclusión de las tres agencias de que el glifosato no es cancerígeno contrasta con la del Centro Internacional de Investigaciones contra el cáncer (CIIC) de la OMS, que en 2015 clasificó el glifosato como ‘probablemente cancerígeno para los humanos’, basándose en las pruebas ‘suficientes’ en animales y ‘limitadas’ en humanos. El CIIC es conocido por su estricta política de independencia e investigaciones de alta calidad.

El nuevo informe demuestra que el BfR, la EFSA y la ECHA no aplicaron los estándares para tests de sustancias químicas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y de la misma ECHA, e indica que manipularon hechos y datos para concluir que el glifosato no es cancerígeno.

Las acciones de las autoridades pueden poner en peligro la salud pública. Según el Dr. Clausing, “en Europa el cáncer se ha duplicado y triplicado en las últimas décadas, dependiendo del tipo de tumor. Me preocupa que el uso excesivo del glifosato haya contribuido a ello y que siga contribuyendo si no se toman medidas.”

Sobre las peticiones para mayor transparencia en los procesos de aprobación de los pesticidas, añadió que “la transparencia es necesaria, pero no suficiente. La transparencia sin consecuencias cuando las cosas salen mal, es inútil.”