De ribera Aliseda del Oja
Sotos del Ebro (Alfaro)
Carrascales Carrascal de Villarroya
Encinar de Foncea
Robledales Robledal de Manzanares
Carrasquedo de Grañón
Hayedos Hayedo de Carbonera
Hayedo de Bonicaparra
Mixtos Cerro Urbaña de Ventrosa
Zaldierna Posadas
Pinares Ortigosa
Monte de Vico
Dehesas Pinillos
San Román de Cameros
Otros Acebal de Castroviejo
Sabinar de Arnedillo

Además de estos, hay muchos más bosques en nuestra región que se podían haber incluido. Se pueden mencionar: Las alisedas del Yalde en Daroca, los encinares de Cidamón, el encinar de La Calderona en Anguiano, el robledal de La Cárcara en Lumbreras, el hayedo de Tobía, el bosque mixto del arroyo Castejón en Nieva de Cameros, el pinar de pino negro del Castillo de Vinuesa en Villoslada de Cameros, la Dehesa de Muro en Cameros, los abedulares de Peña Yerre en Lumbreras, el acebal de Valgañón, los sabinares de Santa Eulalia de Abajo, las acederas del Iregua.

La conservación de los bosques

La visita a un bosque siempre se debe hacer desde el respeto. Hay frases que recogen este espíritu y dos son especialmente llamativas:

  • A parte de respeto y cariño, este bosque no necesita nada de lo que usted trae.
  • Los animales no dejan en el bosque nada que no sea natural y propio de ese bosque, compórtate como un animal.

Cuando el arrendajo da su graznido de aviso, al observar la entrada de un ser humano en el bosque, lo hace para que todos los habitantes que lo forman se pongan en actitud de prevención. ¿Por qué será? En los tiempos que corren tenemos que ser capaces de no contribuir a esta especie de leyenda negra de los hombres y el bosque. El respeto y el cariño, el agradecimiento eterno al bosque, debe ser nuestra actitud al visitarlos. Y sobre todo disfrutar, gozar de su ambiente, recordar en nuestro más profundo sentimiento que somos seres vivos y que formamos parte de la naturaleza, no desde la superioridad mal entendida, sino desde la pequeñez que experimentamos dentro de un bosque.

Beneficios del bosque

Bosque y clima: El bosque es la mejor y única fuente de combate del cambio climático, al ser el auténtico sumidero de CO2. Al mismo tiempo el bosque origina un microclima especial que contribuye a mejorar las condiciones de humedad y temperatura de su entorno. Esto es especialmente importante para el clima urbano, donde las zonas verdes que cumplen parámetros que se asemejen a los del bosque, contribuyen a la mejor calidad de vida de los habitantes de la ciudad.

Bosque y agua: El bosque actúa de reservorio de agua posibilitando la recarga de los acuíferos, previene las escorrentías excesivas ayudando a paliar las inundaciones, y contribuye a mantener la nieve del invierno que produce efectos de recarga de agua en el suelo.

Bosque y suelo: El bosque previene la erosión, evita los corrimientos de tierras y atempera los fuertes vientos que arrastran la capa superficial del suelo. El bosque mantiene el equilibrio del suelo y su capa fértil.

Bosque y cultivos: El bosque permite la existencia de especies de fauna que actúan como antiparásitos de los cultivos. Los setos de matorral y arbolado son la garantía de esta lucha biológica.

Bosque y contaminación: El bosque actúan como un depurador de elementos contaminantes, como las partículas en suspensión. El CO2 y otros elementos. Al mismo tiempo el bosque es el gran emisor de oxígeno sin el cual no sería posible la vida tal y como la conocemos. También actúa el bosque como una forma eficaz de combatir el ruido que se generan en los ambientes urbanizados o en el entorno de las infraestructuras de transporte.

La mejor representación de este tipo de bosque en La Rioja.

El aliso es una especie propia de un clima oceánico, por lo que en nuestra región sólo aparece en las zonas que presentan está influencia climática. En la ribera del Río Oja, entre Cihuri y Casalarreina, encontramos una aliseda con arbolado de gran porte, en cuyo interior podemos comprobar cómo esta especie se sitúa en el mismo borde del río, ya que necesita que sus raíces estén continuamente sumergidas en el agua.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde Cihuri se toma un camino que sale a la derecha de la carretera de Casalarreina, una vez pasado el puente. El camino se dirige hacia el río y la aliseda se encuentra en la ribera entre el punto en que se llega al Oja y el lugar en que pasa por debajo del puente de la autopista. Hasta Casalarreina se encuentran numerosos alisos procedentes de una plantación. Para visitar la aliseda se puede seguir el trazado de acceso que forma parte de la Ruta Verde del Oja-Tirón.

Los bosques de ribera de mayor entidad que se conservan en nuestra región.

Los Sotos de Alfaro son bosques de ribera, cuyas especies vegetales están ligadas a la presencia de agua en el subsuelo. En este caso el arbolado se asienta sobre los suelos del aluvial del Ebro, suelos de gran valor agrícola, lo cual ha ocasionado que gran parte de los terrenos que ocuparían los sotos, hayan sido roturados, eliminando el arbolado y estén actualmente cultivados. Las especies más significativas de los Sotos de Ebro en Alfaro son el chopo, el álamo blanco y el sauce blanco.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde Alfaro nos dirigimos hacia la estación del ferrocarril, antes de llegar nos desviamos a la izquierda para pasar por encima de la vía y seguimos hacia la derecha hasta el aparcamiento de la Reserva Natural. Para la visita se realiza el sendero que se dirige al mirador para recorrer el camino sobre el mazón, una protección de grandes rocas, hasta la pasarela de El Estajao. Es interesante volver por el camino que discurre paralelo al meandro abandonado.

El bosque de carrascas con la mayor cantidad de ejemplares de gran tamaño.

Bosque de gran interés por ser el encinar donde se encuentran el mayor número de árboles de gran tamaño y vistosidad. Los carrascales del valle han sido los que más han sufrido la roturación para uso agrícola, de ahí el gran valor de este bosque que se ha conservado hasta nuestros días por su uso adehesado para la extracción de leñas por trasmocho, corta de ramas con control, y para el pasto del ganado. Entre la gran cantidad de ejemplares añosos, destaca la Encina de Mario, árbol incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de La Rioja.

Como acceder y sendero para visitarlo: La carretera entre Arnedo y Grávalos cruza el carrascal, una vez pasado el cruce al pueblo de Villarroya. Lo mejor es aparcar en una explanada rodeada de grandes encinas desde donde podemos comenzar la visita. Existe una amplia red de caminos por toda la superficie del carrascal. Cualquiera de estos caminos nos permite adentrarnos en el bosque, pero si queremos llegar a la Encina de Mario tomamos la pista que sale del aparcamiento y la seguimos dejando un cruce a la derecha y después otro a la izquierda. Llegaremos a un badén que cruza una yasa o barranco mediterráneo que sólo lleva agua en momentos de grandes precipitaciones, donde giramos a la izquierda y en menos de 500 m llegaremos al hito que marca la presencia de hermoso ejemplar.

Representa al encinar de características oceánicas.

Bosque localizado en los Montes Obarenes y que presenta características unidas a esta sierra donde se manifiestan de forma palpable los factores del clima oceánico. Por este motivo este carrascal que se puede definir como montano, además de la carrasca presenta especies como el brezo atlántico. Dada la naturaleza caliza del terreno también encontramos guillomo y principalmente boj que forma una masa de matorral de gran densidad.

Como acceder y sendero para visitarlo: Se encuentra en el paso denominada Hoz de Foncea y para llegar tomamos la carretera de Foncea hacia Miranda y a 2 km encontramos una pequeña zona de aparcamiento ligada a un área recreativa. La visita la comenzamos en este punto y tras retroceder unos metros encontramos la entrada en el talud de la carretera. Unas escaleritas nos introducen en el carrascal que forma un hermoso túnel verde y frondoso que da paso a una zona abierta que nos permite disfrutar de la zona boscosa que nos rodea. Podemos caminar lo que nos apetezca para finalizar la visita regresando al aparcamiento.

Bosque de roble albar representativo de los muy escasos que se conservan en La Rioja y explotado para la fabricación de barricas para el vino.

Se trata de un bosque mixto formado por el roble rebollo y el roble albar, siendo este el dominante y el que le da singularidad a esta masa boscosa. Aparece en la ladera orientada al norte del monte de Manzanares que culmina el alto de La Fonfría. El roble albar o negral, presenta unas características especiales ya que se localiza en terrenos con presencia de rocas, de ahí su nombre científico Quercus petrea (roble de las piedras). En nuestra región es abundante, pero son muy escasas las zonas en las que llega a ocupar una superficie suficiente para ser considerado bosque. Sin duda por sus características y sobre todo por su fuste de gran uniformidad, ha sido sometido a cortas intensas, motivo por el que solo se conserva algún rodal como este de Manzanares. De este bosque se ha extraído madera para la fabricación de barricas para la crianza del vino.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde Manzanares tomamos una pista que comienza en la plaza y caminamos unos dos kilómetros hasta un cruce a la derecha donde encontramos una balsa de riego. Junto a ella comienza otra pista que nos dirige a una antigua nevera donde comienza el bosque de roble albar. La visita se realiza por esta pista que lo recorre hasta alcanzar un hayedo que sube hacia La Fonfría.

El único bosque de roble que se conserva en el valle.

Bosque de roble quejigo que representa el único enclave de este tipo de roble en zona de valle, con una superficie de masa boscosa es de cierta entidad. Se ha conservado en un entorno fuertemente deforestado para el cultivo de cereales. El quejigo se localiza principalmente en terrenos calizos, aunque también puede convivir con los suelos ácidos. El bosque de Carrasquedo presenta un arbolado de desarrollo medio, donde se observan muestras de haber estado sometido a un intenso aprovechamiento, posiblemente para carboneo.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde Grañón tomamos un camino de cemento que a modo de carril bici se dirige hacia la Ermita de la Virgen de Carrasquedo. La visita la hacemos por un camino que discurre entre la Ermita y el camino de Villarta Quintana. Por este recorrido de unos 4 km, ida y vuelta, podemos apreciar las características más destacables del bosque.

Bosque en proceso de recuperación del hayedo a partir de una repoblación de coníferas que se puede apreciar de año en año.

Bonicaparra es una antigua aldea de Ezcaray, hoy totalmente desaparecida, ocupando su ubicación un refugio del monte. Lo curioso de este bosque es que se conoce todavía como el Pinar de la Estación. Se trata de una zona que en los años 50 del siglo pasado fue repoblado con todo tipo de coníferas, abeto de Douglas, piceas, alerces y sobre todo pino silvestre. Esta repoblación ocupaba un terreno umbrío donde potencialmente podría crecer el haya. Los barrancos y las zonas más altas estaban ocupadas por hayas y durante los años posteriores, éstas han ido colonizando las sombras de las coníferas y avanzando hacia la recuperación del hayedo de Bonicaparra.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde Ezcaray tomamos la carretera de las aldeas y en poco más de un kilómetro nos desviamos a la izquierda en dirección a Bonicaparra. Seguimos por la pista asfaltada hasta llegar a un cruce donde un camino sube por la izquierda, lugar por el que discurre el sendero GR 120. Altos Valles Ibéricos. Para visitar el bosque, seguimos el GR y podremos ir detectando la presencia entre los pinos de las hayas que poco a poco van dominado el entorno. Al llegar al collado de Sagastia, tomamos la pista que sale a la izquierda y ya en pleno hayedo regresaremos al cruce del GR, bajando por la pista asfaltada.

Hayedo en el límite de la distribución de la especie.

Bosque de gran belleza que se sitúa en la umbría de la Sierra de la Hez. Esta localización representa el límite de la distribución de esta especie en nuestra región. Este hayedo presenta una avanzadilla en la Rioja Baja, por lo que se podría definir como una isla atlántica en medio de un ambiente mediterráneo. Las hayas presentan un buen desarrollo y el conjunto es digno de incluirse como bosque singular.

Como acceder y sendero para visitarlo: Carbonera es una aldea que pertenece a Tudelilla y una carretera permite acceder hasta las pocas casas que conserva. Para visitar el hayedo se puede tomar la pista que sale a la izquierda, antes de llegar a la aldea. Pasamos junto a unos pabellones y seguimos subiendo hasta llegar a una pista. Giramos a la derecha y tras recorrer unos 2 km, alcanzamos la pista que sube hacia el bosque. Al entrar en el monte nos rodean los robles rebollos y después de un kilómetro de ascenso vamos entrando en el hayedo que nos recibe con todo su esplendor en cualquier época de año. La pista nos permite ascender hasta la cumbre de la sierra, el Cabi Monteros, aunque para alcanzar la cima hay que vencer un desnivel de casi 600 m. Las hayas llegan hasta la parte más alta, donde se han localizado un número considerable de eólicos.

El más extenso bosque mixto de la región.

El bosque ocupa la umbría del Cerro Urbaña, monte aislado en medio de la cuenca del Najerilla, con una gran pendiente hacia el río y con presencia de rocas que originan unas condiciones de suelo y humedad de gran variabilidad. Estas son las características especiales que originan un bosque denso donde dominan los fresnos, pero estos se mezclan con tilos, serbales, arces, avellanos, cerezos, hayas y robles albares. Visitarlo es recorrer un auténtico paseo botánico.

Como acceder y sendero para visitarlo: Recorremos la carretera del Najerilla desde Anguiano y antes de llegar a la Venta de Las Viniegras encontramos el curioso Puente de la Yedra o de Ventrosa. Aquí comienza un camino de subida que lleva a este pueblo. La visita consiste en recorrer este camino que en 4 km de subida por la ladera nos permite sumergirnos en el bosque frondoso, de gran belleza y enorme valor ambiental.

Bosque mixto con grandes cerezos y fresnos de hoja ancha.

Este bosque es principalmente lineal, ocupando el fondo del valle del Oja entre las aldeas de Zaldierna y Posadas. Los praderios que aparecen en este fondo de valle supusieron la eliminación hace mucho tiempo de los bosques que han quedado restringidos a los espacios sin prados. El árbol más abundante en este bosque es el cerezo, pero también abundan los fresnos de hoja ancha, los serbales, y los acebos de gran desarrollo.

Como acceder y sendero para visitarlo: Para disfrutar de este precioso bosque tomamos la carretera de las aldeas en Ezcaray y la seguimos hasta llegar a Zaldierna. En este punto comienza el bosque mixto con gran frondosidad. Para visitarlo debemos cruzar el Oja y caminar por el denominado Camino de Herradura el cual nos lleva siempre a la sombra de este bosque hasta llega a Posadas donde aparece la vegetación monoespecífica de la zona y desaparece el bosque mixto.

Masa de gran superficie de pinos silvestres naturales.

El pino silvestre es el único pino autóctono que forma bosques naturales en las sierras riojanas. Las actuales masas de esta especie son fruto de un proceso de recolonización natural tras la desaparición de la trashumancia a partir del arbolado de las tierras pinariegas sorianas y burgalesas. El pinar de Ortigosa ocupa las laderas del Mojón Alto y sus aledaños, lo que supone un bosque que ocupa casi todo el término municipal y que junto a los pinares de El Rasillo y de la Sierra de Cebollera, constituye una masa de pino silvestre de gran entidad. Es un bosque que está sometido a la producción maderera que si se hace de forma sostenible supone un recurso renovable que proporciona ingresos al municipio, sin que pierda sus valores naturales.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde Ortigosa tomamos la pista que sube al Robledillo, una área recreativa donde encontramos grandes ejemplares de pino silvestre. Por la pista seguimos subiendo y a cosa de un km, encontramos un desvío por el que llegamos a la Tenada de los Matas que cruzamos hasta un corral.

Único pinar de pino piñonero de la región, que fue repoblado en los años 50 del siglo pasado.

El pino piñonero es una especie adaptada a los suelos arenosos, típica de las tierras del interior de la península y del que se obtienen los conocidos piñones. En nuestra región se observan ejemplares aislados plantados en jardines o bordes de carreteras o caminos, con fines estéticos ya que la forma de su copa aparasolada lo hacen muy atractivo. En el Monte de Vico se localiza este bosque singular que asciende desde el Monasterio de Vico hacia las faldas de Peña Isasa. En él predomina la plantación de pino piñonero mezclado con pino carrasco y al ir ascendiendo aparecen también el pino resinero y el pino laricio. Se trata, por tanto no sólo de un paraje que contiene el único bosque de piñonero, sino que también encontramos las tres especies que más se han utilizado en repoblaciones en la zona del valle y zonas de media montaña, en nuestra región.

Como acceder y sendero para visitarlo: Para llegar al bosque se toma la carretera de Arnedo hacia Cervera, para coger el desvío hacia Préjano que atraviesa el Polígono industrial. Al llegar a la explanada de acceso al Monasterio de Vico, el Monte se encuentra a la izquierda a partir de un área recreativa. La visita se hace siguiendo una pista forestal que sale a la izquierda del área recreativa que se adentra en el pinar, primero de carrascos y después de piñoneros. Tras llegar a un curioso acueducto que formaba parte de la traída de aguas al Monasterio desde la Fuente Hontoria, comienza un sendero que nos lleva a la fuente y posteriormente a la ermita de San Marcos, desde donde podemos acceder a un mirador sobre el valle del Cidacos.

Bosque de grandes quejigos representativos de las antiguas dehesas del Camero Viejo.

Este bosque conserva la historia de este territorio Camerano donde convivieron durante muchos siglos el intenso uso pascícola derivado de la trashumancia, con los recursos tanto agrícolas como de combustible que permitían una vida integrada en la naturaleza, con el concepto moderno de la sostenibilidad en el uso de los recursos, totalmente arraigado. Nada más adentrarnos entre los robles quejigos, nos podemos retrotraer a los tiempos donde el dulero [1] guardaba el acceso, conservando en perfecto estado el muro que rodeaba el arbolado. Así evitaba que las ovejas trashumantes se comieran el pasto que el arbolado disperso permitía brotar. Estos bosque se reservaba al ganado de labor con el que se araban los bancales para la siembra del cereal. También podremos observar como los árboles eran podado al trasmocho, para poder sacar las leñas del ramaje, que permitían calentarse y cocinar. Todos los pueblos tenían su dehesa y esta de San Román es de las mejores conservadas.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde el pueblo de San Román seguimos la carretera del Leza y a dos kilómetros tomamos una pista ala derecha que asciende hasta un portal que marca el comienzo de la dehesa. En la visita seguiremos las marcas del GR 93 que zigzaguea por la ladera entre los grandes robles, hasta alcanzar el muro que delimita por su parte superior el bosque.

Bosque adehesado donde domina el roble quejigo, con abundante presencia de arces calderones de gran tamaño. En su interior destaca un roble centenario incluido en el Catálogo de árboles singulares de La Rioja.

Este bosque forma parte de los numerosos enclaves que tachonan nuestros montes, y que son un reflejo de un pasado donde ciertas masas forestales se “defendían” de los grandes rebaños de merinas. Se trataba de conservar reductos entre los grandes pastizales, para asegurar el alimento a los animales de tiro, de ahí su nombre de “dehesas boyales. También se trataba de bosques donde se podían extraer recursos, como leñas por la técnica del trasmocho. La dehesa de Pinillos es de las más extensas y mejor conservadas de la cuenca del Iregua y contiene además de numerosos ejemplares de gran edad y tamaño, un gran número de arces de hoja pequeña, lo que añade singularidad al bosque.

Como acceder y sendero para visitarlo: Desde la carretera del Iregua una vez pasada Torrecilla, tomamos el desvío de Almarza y tras dejar el término de Cocera nos desviamos en dirección a Pinillos. En el pueblo tenemos que tomar un camino que cruza el arroyo y asciende por la ladera hacía la masa boscosa. La visita la haremos siguiendo el sendero que se dirige al Roble singular y que nos irá introduciendo entre los grandes árboles. En el entorno del Roble centenario podremos contemplar los grandes arces y también hayas de gran entidad.

Bosque adehesado de acebo con grandes ejemplares en masa dispersa a veces, pero que en su conjunto representa una de las mayores manchas de esta especie de la región.

Las grandes superficies calizas de las cumbres del Serradero y en particular la plana de los Gamellones y Los Llanos de La Turquilla, representan un ambiente de amplios pastizales en los que se asientan matorrales de gran porte como los enebros y sobre todo los acebos. Se conocen documentos que ya en el siglo X citan la presencia de acebedas en el municipio de Castroviejo. Este bosque está formado por arboles dispersos, como consecuencia del aprovechamiento que en otros tiempos se produjo, cuando se sometía al bosque a cortas para leñas y a podas para obtener el ramón que se daba al ganado como alimento en invierno. En los días calurosos el ganado encuentra sombra densa y la fauna silvestre refugio de los fríos extremos y alimento tardío entre la nieve, tanto de sus llamativos frutos rojos, como de las hojas. Estas “reaccionan” rebrotando más pinchudas que las inaccesibles de los altos de las copas. En esta zona de Castroviejo se encuentra esta acebeda, que se considera la más extensa de la región.

Como acceder y sendero para visitarlo: Siguiendo la carretera del Yalde pasamos Santa Coloma y llegamos a Castroviejo. La acebeda se encuentra en la parte alta del término municipal, por lo que tenemos que remontar la pista que aparece al final del pueblo y ascender hasta alcanzar el cumbrero que forma el límite entre el Iregua y el Najerilla. La visita la podemos hacer recorriendo las rodadas ganaderas de las cumbres del Serradero, sin perder altura por los caminos que surgen a derecha e izquierda que descienden hacia los pueblos de los dos valles. Los acebos salpican el recorrido formando en el término de Castroviejo una gran masa arbolada.

Bosque abierto de una especie poco abundante en La Rioja y que salvo en esta zona no se conserva en ninguna otra, como auténtica masa forestal.

Bosque de sabina negra o mora que cubre la ladera escarpada, con gran presencia de rocas calizas, de Peñalmonte. Esta especie es típica del clima mediterráneo y en nuestra región salpica de forma testimonial las cuencas del Iregua, Leza y Jubera. En el valle medio del Cidacos es donde los suelos más degradados permiten que llegue a dominar en zonas donde es la única especie que puede sobrevivir. En estas condiciones es donde podemos disfrutar del sabinar de Arnedillo, con ejemplares de buen desarrollo que tapizan las laderas del barranco de Las Puertas y su entorno, en la ladera sur de Peñalmonte.

Como acceder y sendero para visitarlo: El acceso se puede hacer desde Arnedillo en fuerte subida hasta el collado de Peñalmonte, o desde Préjano de forma más cómoda. En este caso la visita la haremos por la Vía Verde, siguiendo el tramo que une Préjano con las bocas de la antigua mina de carbón. Una vez en esta zona tomaremos el camino que continúa por el Barranco de Las Puertas bajo la imponente cresta caliza de Peñalmonte. Una vez llegado al collado sobre Arnedillo podremos, contemplar la gran superficie de terreno de la ladera cubierta por el sabinar.

[1] El dulero recogía a los animales (principalmente caballos, mulas y asnos, animales de carga y tiro) del pueblo y se los llevaba a pastar. El dulero efectuaba una llamada a toque de corneta y la gente del pueblo acudía para dejar sus animales. Era lo que se llamaba “tocar a dula”.