• La empresa denunciada, vinculada a un alto cargo de El Corte Inglés, bloquea el camino de acceso a la vivienda del anciano colocando rocas de grandes dimensiones.
  • Ecologistas en Acción denuncia los hechos en la Delegación de Gobierno ante la pasividad del Ayuntamiento de Valdemorillo y la Consejería de Medio Ambiente.

La Dehesa de Fuentevieja es una finca situada al noroeste del municipio de Valdemorillo, dentro del espacio protegido Red Natura, denominado Zona de Especial Conservación Cuencas de los ríos Alberche y Cofio . En la finca ha llegado a nidificar el águila imperial y la cigüeña negra, especies en peligro de extinción.

Fuentevieja está dividida en cuatro fincas (F1, F2, F3 y F4). Los hechos denunciados suceden en las fincas F2, propiedad de la sociedad Fuenteladera S.A y F3 cuyo titular es un anciano de 81 años que colabora con Ecologistas en Acción desde hace varios años.

Fuenteladera S.A compró la finca F2 de Fuentevieja en 2013, coincidiendo con su constitución. Según consta en el Registro Mercantil, los administradores solidarios y el socio único son miembros de la familia Lasaga, incluido Florencio Lasaga Munarriz, presidente de la Fundación Ramón Areces y miembro del consejo de administración de El Corte Inglés.

La finca F2 albergaba, hasta hace unos días, un conjunto edificatorio formado por diversas construcciones tradicionales organizadas en una casa principal -en la que se incluye una pequeña iglesia- y una casa de labor. Se trata de edificaciones de valor histórico (en el plano topográfico militar de 1877 ya aparece representada la “Casa de Fuentevieja”) y valor arquitectónico (reconocido por la Dirección General de Vivienda y Rehabilitación de la Comunidad de Madrid).

Para acceder a la finca F3 sólo puede hacerse por un camino que atraviesa la finca F2 y pasa entre la casa principal y la casa de labor. Por ello la finca F2 -propiedad de Fuenteladera S.A.- está obligada, por una servidumbre de paso inscrita en el Registro de la Propiedad, a permitir el paso de los propietarios de la finca F3.

Cuando el propietario de F3, sale y entra de su finca es testigo de las obras que Fuenteladera S.A, realiza en su propiedad. Por esta razón, el octogenario lleva años denunciando obras que se inician sin licencia o autorización ambiental (apertura de pozos, conducciones, obras en las edificaciones existentes, etc) en la finca de su vecino; o todas aquellas que, aún contando con autorización, considera contrarias a la normativa urbanística y ambiental de la zona.

Coincidiendo en el tiempo, a medida que el anciano toma medidas legales contra Fuenteladera S. A, la sociedad dificulta o impide el acceso del anciano por el camino de servidumbre. Para ello ha instalado dos puertas, separadas unos 500 metros, en el camino. Estas puertas se cierran con candado (del que no siempre facilita llave a su vecino) y con alambres gruesos atados que el anciano no tiene fuerza para cortar o desanudar. Así, en varias ocasiones ha quedado encerrado hasta que ha llegado su hijo o la Guardia Civil obliga a abrir las puertas.

Esta situación se produce desde hace cuatro años. A las denuncias por irregularidades urbanísticas y ambientales que presenta el octogenario y su hijo -que se ha visto obligado a trasladar su domicilio a la vivienda del anciano para no dejarle solo- el Ayuntamiento de Valdemorillo y la Consejería de Medio Ambiente, responden emitiendo licencias y autorizaciones que legalizan las obras, una vez consumadas. Por el contrario, nada hacen contra las vejaciones que sufre el propietario de F3.

Los acontecimientos han tomado un tinte dramático desde el pasado mes de septiembre, cuando Fuenteladera S.A. comenzó a demoler edificaciones del conjunto arquitectónico. Estas obras, a juicio de Ecologistas en Acción se están realizando vulnerando la normativa urbanística de Valdemorillo y la legislación ambiental de la Comunidad de Madrid. Por ello, la organización ha puesto los hechos en conocimiento de la alcaldesa de Valdemorillo, el consejero de Medio Ambiente, Pedro Rollán y de la propia presidenta Cristina Cifuentes, pidiendo la paralización de las obras. Sin embargo, hasta la fecha no se ha producido ninguna reacción por parte de estas admistraciones.

Pero no sólo se ha agravado la situación urbanística y ambiental en la finca, la semana pasada, Fuenteladera S.A, cerró el acceso al anciano colocando rocas de grandes dimensiones atravesadas sobre el camino, obligando a desviarse por un acceso alternativo intransitable con vehículo. Teniendo en cuenta que la finca se encuentra a más de seis kilómetros de un núcleo urbano, el uso del vehículo le es imprescindible. El corte del camino se mantuvo durante dos días, desoyendo las órdenes de retirada inmediata de la policía municipal y de la Guardía Civil.

A la vista de los acontecimientos, a juicio de Ecologistas en Acción, se estaría produciendo un caso de hostigamiento contra el anciano propietario de F3 que podría, incluso, llegar a considerarse como un caso de acoso inmobiliario con el probable objetivo de privarles de su derecho al disfrute pacífico de la servidumbre de paso que discurre por terreno de la finca colindante, propiedad de Fuenteladera.

Por la gravedad de los hechos, por el impacto ambiental del proyecto de Fuenteladera S.A, y por la desidia de las administraciones responsables, la organización ha presentado una denuncia ante la Delegación de Gobierno, solicitando que arbitre las medidas necesarias para investigar los hechos, evitar el hostigamiento que padece el propietario de finca F3 de Fuentevieja y garantizar el ejercicio de las libertades en Valdemorillo.