Ecologistas en Acción ha presentado sugerencias al Avance del PGOU de Algarrobo. Dichas sugerencias pueden resumirse en los siguientes apartados:

1.-Valoración global. El conjunto de planteamientos y objetivos del avance del PGOU de Algarrobo son bastante sensatos y de acuerdo a la realidad. En ello cabe distinguirse entre los parámetros de crecimiento del suelo urbano y actividad edificatoria, calificable de altos actualmente, y las expectativas que ciertos promotores y acaparadores de suelo quieren plantear como única opción de futuro: la urbanización total del territorio. Este asunto es delicado en lugares como este municipio, de dimensiones realmente reducidas, y de una variedad paisajística, humana y ambiental que merecería actuaciones respetuosas y una valoración frente a los intereses económicos de entidades privadas advenedizas, que pretenden hacer caja rápida e ignorar consecuencias.

2.-Sobre la necesidad de cuatriplicar el suelo urbanizable. Con las normas vigentes sólo se ha consolidado a esta fecha el 17 % del suelo calificado para su desarrollo, con 277 viviendas. Otro 27 % más se ha iniciado en trámite su gestión, o sea, a nivel de documentos y proyectos, que dotará suelo para otras 482 viviendas. La mayoría del suelo programado, en un 56 %, no se ha planteado ni un solo documento para su inicio o ejecución de sus 579 viviendas. De este modo, se cuestiona la necesidad de redactar de nuevo un PGOU muy distinto (sobre todo si es expansivo), dado que las pruebas reales evidenciadas no indican en absoluto que haya falta de suelo, al menos en otros 6 años. Puede justificarse como necesaria la obligación de adaptar dicho planeamiento a la LOUA, lo que no indica que en absoluto el volumen de suelo clasificado tenga que aumentar exponencialmente. Pero viendo las propuestas sólo cabe adoptar dos conclusiones: o se está preparando una avalancha inmobiliaria que cuatriplica la actividad urbanizadora del activo período 2002-2005 (los datos macroeconómicos y del entorno no indican eso), o se está cumpliendo con demasiadas presiones locales favorecedoras de recalificaciones ficticias que nunca se llevarán a efecto y sólo tendrán un valor para la escalada especulativa, algo que no favorecerá los intereses generales de los ciudadanos. Además, de las modificaciones en curso, quitando 3 puntuales de lógica dimensión y objetivo, cabe rechazar la del sector de Benthomiz, que supone la consolidación de un urbanismo aberrante y contrario a los planteamientos del POT, como también lo es la operación de las 32 has de Rancho Oriental, situado en pendientes de más del 40%, igualmente contrario a las normas del POT.

3.-Sobre el suelo urbanizable. En cuanto al modelo territorial que se propone, es felicitable en sus líneas generales, pero a medida que se concreta en calificaciones prácticas empieza a desvirtuarse todos y cada uno de esos principios. Aunque la determinación de un suelo urbanizable compacto conectado con los principales núcleos urbanos es acorde con los principios de sostenibilidad de ciudades compactas, no tiene sentido duplicar el suelo urbano de dichos núcleos y aumentar en un 60% el número de viviendas actualmente habitadas. Por otra parte, bajo la denominación de suelo urbanizable de media densidad estos dos núcleos urbanos quedarían conectados en un continuo que convertiría a Algarrobo en otro Rincón de la Victoria. Las previsiones como suelo de baja densidad no son aconsejables en una zona como Benthomiz donde el urbanismo desordenado e ilegal ya se ha consolidado. Respecto a los polos de dinamización turística se recuerda que según el POT deben reservarse preferentemente a uso hotelero y de ocio y no para nuevas residencias que redundan en el aumento de suelo urbano.

Respecto al suelo industrial, consideramos que este suelo urbanizable no debiera extenderse tan generosamente como se pretende, ya que la situación del municipio con preferente futuro turístico de litoral y de transición al ambiental (hacia el interior de las sierras), y las escasas dimensiones territoriales comparados con todos los demás de la provincia, señala el uso industrial o comercial extensivo como un desperdicio del recurso suelo. Algarrobo debiera minimizar esta implantación más allá de la normal imprescindible para el funcionamiento de su agricultura y los abastecimientos turísticos, reduciendo los altos impactos paisajísticos, de exceso de tráfico, de ruidos, y todo lo que conlleva aquella actividad.

4.-Sobre las infraestructuras. Como resumen de lo anterior, las casi 4.000 viviendas que prevé el PGOU unidas a las 5134 actuales (recordemos que dos de cada tres de ellas están vacías y son segundas residencias) dan lugar a un municipio con capacidad para unas 36.000 personas, cifra que sin duda no se cubre con las actuales ni previstas dotaciones de infraestructura. Se hace una valoración correcta de las vías actuales, pero no se puede autoasignar las carreteras existentes en el municipio como de uso propio del mismo, ya que tanto los ejes este-oeste, como el norte-sur, son vías interurbanas de las que dependen otros municipios (al menos 7 de ellos muy cercanos), y de las que son conocidas sus limitaciones de capacidad en temporadas y horarios críticos. Respecto a la red secundaria, se recuerda que las vías pecuarias en ningún caso deben tratarse como carriles de tráfico rodado ni acceso a sectores urbanizados. Finalmente, respecto al abastecimiento de agua potable queda bien resuelto aparentemente, aunque se cita que la conducción del Plan Guaro que atraviesa el municipio sea un recurso, cuando esa tubería es de aguas para riego, y no es utilizable para agua potable sin el paso por la ETAP del Trapiche, con la que Algarrobo no tiene conexión. Ha de tenerse en cuenta que la duplicación de los recursos no es suficiente, pues el aumento de suelo urbano es de un 400 % del actual, y el aumento de población puede llegar al 700 %. En cuanto a la depuración de aguas residuales, cabe el mismo razonamiento, pues aunque es muy adecuada la presencia de la actual EDAR, no se puede aceptar este crecimiento sin una ampliación de la misma acorde con el mismo.

5.-Sobre la agricultura y el suelo no urbanizable. Siendo una realidad transnacional que la agricultura sufre un periodo de transición, con bastantes indicadores de crisis, es evidente que la practicada en el municipio de Algarrobo, especialmente los regadíos, son de una trascendencia local y humana irrefutables; y, por que no reconocerlo, de las más rentables del entorno comarcal. Nos parece que las zonas de máxima tradición y rentabilidad de la vega, especialmente las que permiten irrigación por gravedad y desde recursos hídricos renovables (curso y pozos del propio río), debieran ser preservadas de toda actividad urbanizadora, de acuerdo a usos sostenibles que en un futuro de ciertos vuelcos económicos pueden ser imprescindibles para la producción y abastecimiento locales. Sí proponemos que se pueden definir y potenciar ciertos tipos de agricultura muy rentables enfocadas a la calidad y cualificación del sector (denominaciones de origen, agricultura ecológica, materias primas para agroindustria de productos típicos locales). Ello sin duda aportará atractivos a la joven población local, que evidentemente no puede competir con mercados exteriores, ni con el creciente mercado laboral interior de precariedad e inmigración. El hábitat rural diseminado propuesto para todo el sector occidental del municipio, que en términos de potenciación agraria resulta algo contraproducente, tampoco responde al modelo que contempla como tal la propia LOUA, ya que no se pueden enmarcar altas concentraciones de viviendas y edificaciones en radios concretos que pudieran contemplarse como diseminados (hecho tan frecuente en otros municipios de la comarca). De hecho ello sólo ocurre en Trayamar y La Peña, considerados ya núcleos en el Plan. Es más realista denominarlos como en las NNSS suelo no urbanizable agrícola, con el adjetivo de abancalado si se quiere.