Las grandes obras que se realizan actualmente en Madrid están suponiendo la tala de numerosos árboles (algunas fuentes los cifran en casi 20.000 ejemplares), pero no solo están desapareciendo árboles de las calles de la ciudad; también están desapareciendo trozos de parques y zonas ajardinadas a un ritmo muy elevado, hasta el punto de poder afirmar que Madrid se ha convertido en una ciudad en proceso de desertización. No hay más que darse un paseo por algunos barrios para ver como están desapareciendo sus mejores zonas verdes y sus árboles de mayor porte, precisamente aquellos que prestan un mayor servicio ambiental a los vecinos.

A la vuelta del verano Ecologistas en Acción se propuso cuantificar el espacio arbolado y ajardinado que estaban devorando las obras, tarea nada sencilla a causa del continuo avance de las máquinas; si un día revisábamos un barrio, al día siguiente ya había desaparecido una veintena de árboles más. Como éramos conscientes de que no podíamos alargar el estudio “sine die” llevados por la dinámica del Ayuntamiento, decidimos poner punto final al trabajo de campo, o de calle en este caso, a mediados de noviembre.

El estudio se ha realizado por medio de visitas a los lugares de las obras, completadas con informaciones de los vecinos, que sirvieron para trasladar al mapa las áreas afectadas.