Ecologistas en Acción presenta un informe que analiza la calidad del aire en Madrid durante 2005. Los datos no dejan lugar a dudas: un año más la contaminación en la capital está por encima de los niveles máximos permitidos por la ley para varios contaminantes, a causa del excesivo tráfico de automóviles. El Ayuntamiento, lejos de cumplir la ley poniendo en práctica un plan para reducir esta contaminación, se gasta el mayor presupuesto de la historia en favorecer aún más el uso del coche, con la ampliación de la M-30.

La contaminación atmosférica incide en la aparición y agravamiento de enfermedades de tipo respiratorio, así como otras asociadas, como las vasculares y cánceres. Según un reciente estudio de la Comisión Europea, la contaminación atmosférica causa en Europa 350.000 muertes prematuras al año. De ellas, 16.000 corresponden a España. En nuestro país a causa de la contaminación del aire fallecen 3 veces más personas que por los accidentes de tráfico y casi 11 veces más que en accidente laboral.

El principal agente contaminador del aire en Madrid, dada su estructura de ciudad de servicios y con poca industria es el tráfico de vehículos. Los contaminantes más problemáticos en la capital son el dióxido de nitrógeno, NO2, y las partículas en suspensión, PM10.

En relación con el NO2, el valor límite anual establecido por la legislación vigente para 2005 estaba fijado en 50 microgramos/metro cúbico (µg/m3). Además, dicho límite legal irá disminuyendo progresivamente (a razón de 2 µg/m3 por año) hasta alcanzar en 2010 los 40 µg/m3, considerado el valor máximo compatible con una adecuada protección de la salud. Sin embargo, el valor medio de NO2 en Madrid en 2005 alcanzó 62 µg/m3, valor muy por encima del máximo permitido. En concreto, 23 de las 27 estaciones que componen la red de medición de la calidad del aire en la ciudad de Madrid superaron el valor límite anual de 50 µg/m3. Los valores más altos se registraron en las estaciones: Plaza Luca de Tena (91 µg/m3), Marañón (85), Escuelas Aguirre (77), Plaza de Castilla (77), Cuatro Caminos (73), Paseo de Extremadura (71), Glorieta Carlos V (70).

Por lo que se refiere a las PM10, la legislación establece que durante 2005 no se debía superar más de 35 días al año el valor límite diario de 50 µg/m3. Sin embargo, este valor se superó nada menos que 65 veces en la media de la red de Madrid. Cinco estaciones prácticamente triplicaron el límite máximo: Pza. Luca de Tena (124 superaciones), Pza. de Castilla (104), Fdez. Ladreda (101), Cuatro Caminos (101) Barrio del Pilar (100).

En cuanto a los efectos sobre la salud pública de la contaminación por PM10 en Madrid, un reciente estudio sobre contaminación atmosférica y salud llevado a cabo en 26 ciudades europeas (el estudio APHEIS 3), establece que sólo en la ciudad de Madrid se podrían evitar 1.699 muertes prematuras cada año (o 58 muertes por 100.000 habitantes) si se redujera la media diaria anual de PM-10 a 20 µg/m3.

Dado que la principal fuente de contaminación atmosférica en la ciudad de Madrid es el tráfico rodado, cualquier intento serio de reducir los niveles de contaminación pasa por disminuir el uso del automóvil en la ciudad. Esto es lo que se está haciendo en diversas ciudades europeas (peaje de entrada al centro de la ciudad en Londres, circulación en días alternos de coches con matrículas pares e impares en ciudades del norte de Italia, abono de transportes gratuito para ciudadanos que entregan la matrícula de su coche en ciudades belgas, etc. Por el contrario, un proyecto que tenga como objetivo aumentar la capacidad vial en el centro de la ciudad, como es el caso de la ampliación de la M-30 -supondrá un incremento de más de 200.000 tubos de escape diarios por las calles de Madrid- ocasionará un empeoramiento de la ya de por sí deteriorada calidad del aire de la capital.

Ecologistas en Acción quiere recalcar que el Ayuntamiento periódicamente viene anunciando la elaboración de un plan de control de la contaminación, pero este plan nunca aparece. Las últimas vez, durante el pasado otoño, se habló de la inminente finalización y puesta en marcha de un plan de estas características antes de final de 2005, algo que al final, a pesar de la grave situación de contaminación del aire que sufrimos, no se ha producido. Entre tanto, como demuestran los datos aportados, la salud de los madrileños y su calidad de vida sigue mermada por esta gravísima dejación del Ayuntamiento.