Un grupo de ecologistas se manifestó ante la puerta de una mesa redonda que se celebró con ocasión de la plaga del picudo rojo en Puerto del Rosario.

El responsable de la problemática del picudo rojo en la Comunidad Autónoma Canaria provocó a los presentes con tres intervenciones prepotentes acerca de la incapacidad del Gobierno Canario que verdaderamente caldeó el ambiente y a la propia mesa redonda.

Eduardo Fránquiz, técnico en jardinería, miembro de Ben Magec-Ecologistas en Acción y animador de esta jornada tuvo que sufrir las iras de este representante del Gobierno y de Lázaro Cabrera por afirmar y demostrar que no se ha hecho casi nada ni se está haciendo nada relevante contra esta plaga que asola día a día nuestros palmerales, a no ser un folleto informativo del Cabildo que unido a esta documentada Jornada aumentó la alarma, la gravedad de la crisis y de las irresponsabilidades de los consejeros de Medio Ambiente y de Agricultura locales.

Desde Guanil-Ecologistas en Acción se sabe que dos motosierras cedidas por el Gobierno de Canarias al Cabildo después de varios días no han sido desembaladas aún, que continúa la poda de palmeras delante de nuestros ojos y de los medios de comunicación que así lo reconocen, que Medio Ambiente trató inicialmente negar la extensión de la plaga a Los Alares, que el Consejero de Medio Ambiente culpa al Gobierno de Madrid (¡¡) sin despeinarse, que en fin, nos piden inocente y solidariamente “la unión de todos contra la plaga sin mirar atrás”, es decir, a las causas (el modelo depredador de desarrollismo turístico) y a los responsables más próximos (las autoridades locales).

Lo de siempre. Nos piden que olvidemos la irresponsabilidad de unos pocos (Don Lázaro y compañeros desaprensivos importadores) que ahora reclaman recursos humanos, técnicos y materiales carísimos que tendremos que pagar todos a partes iguales con dinero público.

Los ecologistas exigimos y seguiremos exigiendo el cese de Lázaro Cabrera puesto que no tiene la decencia y el pudor de dimitir. Es necesario para mejorar el medio ambiente en Fuerteventura. Nuestros palmerales lo agradecerán y el picudo rojo sabrá que lo tiene más difícil que hasta ahora.