La cuenca hidrográfica del Júcar fue elegida entre las 8 cuencas hidrográficas españolas por el Ministerio de Medio Ambiente en 2002 como cuenca piloto europea para la validación y comprobación de las guías desarrolladas en el marco de la Estrategia Común para la Implementación de la Directiva Marco del Agua (DMA, Directiva 2000/60/CE).

Esa Directiva supone un cambio radical en las políticas del agua desarrolladas en el Estado español hasta entonces. Uno de los puntos de cambio es la imprescindible participación democrática en la elaboración de los nuevos Planes de Cuenca, que tienen a partir de entonces como el principal objetivo el conseguir el buen estado ecológico de las masas de agua, ríos, humedales y ecosistemas relacionados con el agua.

Para ello se debe abrir un proceso de participación y consenso con todas las organizaciones y público interesado, más allá de los tradicionales usuarios (regantes y empresas hidroeléctricas), bien representados en las instituciones hídricas. Hasta finales de 2003 la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no se puso en contacto con las organizaciones ambientalistas para comenzar ese proceso de participación.

El proceso de participación no se ha desarrollado hasta ahora de la forma que era de esperar y en todo caso muy por debajo de las expectativas levantadas. Alguno de los principales temas de preocupación de las organizaciones ambientalistas por sus impactos y repercusiones ambientales, como el Trasvase entre el Júcar y el Vinalopó, se dejaron de lado por parte de la CHJ. Ante las sospechas de inviabilidad de ese Trasvase en el verano de 2004 se formó una Comisión Técnica que estudiara los recursos de la cuenca y la posibilidad de ese transferencia. Los datos aportados demuestran la inexistencia de esos caudales, y ante ello la CHJ ha propuesto al Gobierno la utilización de los recursos subterráneos de la Plana Sur de Valencia. Las obras del trasvase ejecutadas y en ejecución incumplen los condicionantes establecidos por el propio Gobierno en la Declaración de Impacto Ambiental y la Declaración Ambiental relativa a los espacios protegidos de la Red Natura 2000. Consideramos que las actuaciones de la CHJ no pueden constituir ejemplo de “buenas prácticas” en el marco de la implementación de la DMA. Todo ello ha conducido a que las organizaciones ambientalistas hayan declinado su participación en los trabajos de desarrollo de la DMA en febrero de 2005.

En abril de 2005 se abre una segunda fase en los trabajos de aplicación de la DMA en las cuencas piloto a nivel europeo. El Gobierno mantiene de forma sorprendente a la cuenca del Júcar dentro de ese grupo. Las principales organizaciones ecologistas y fundaciones de carácter ambiental (Ecologistas en Acción, Greenpeace, Xúquer Viu, Acció Ecologista-Agró y Fundación Nueva Cultura del Agua) se han dirigido a la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, solicitándole que, puesto que los trabajos desarrollados hasta ahora en la cuenca del Júcar no pueden considerarse un ejemplo válido que pueda ser considerado “piloto” o modélico o traspasable al resto de las cuencas hidrográficas españolas o europeas, retire a esa cuenca del grupo de cuencas “piloto”. Además le solicitan que seleccione a otra cuenca con una administración hidráulica más idónea para desarrollar esos trabajos.