Ante las intenciones del grupo industrial Balboa de instalar una refinería en Villafranca de los Barros (Badajoz), Ecologistas en Acción de Huelva quiere mostrar su rechazo tanto a la propia instalación como al posible paso de un oleoducto por nuestra provincia para suministrar crudo a dicho complejo industrial.

Lamentablemente, en Huelva conocemos muy bien los impactos ambientales que produce una refinería de estas características: 12.300 kilos de benceno (cancerígeno), 3.700 kilos de níquel, 3.030 kilos de arsénico son, según datos de la propia Consejería de Medio Ambiente, algunas de las sustancias que la refinería de La Rábida emite anualmente a nuestra atmósfera, ya de por sí saturada. Dichos contaminantes tendrían unas repercusiones muy negativas en una zona como la Tierra de Barros, donde la población vive mayoritariamente de la agricultura y la ganadería.

Para suministrar crudo a estas instalaciones pretenden construir un oleoducto que pase por la Sierra de Huelva. Aunque todavía la empresa no ha decidido por cual de las seis posibles vías pretende conducir la enorme tubería, desde Ecologistas en Acción pedimos que el Patronato del Parque adopte ya un posicionamiento contrario ante los innumerables riesgos de impactos, tanto ambientales como socioeconómicos, que un oleoducto puede suponer en el espacio natural protegido. Además, hay que recordar que este oleoducto debería de ir acompañado de estaciones de bombeo para poder salvar el gran desnivel que ofrece nuestra sierra, multiplicando los riesgos y generando un enorme derroche energético.

Tampoco hay que olvidar que el aumento del tráfico de petroleros en el puerto de Huelva, junto al de metaneros y otros barcos cargados de sustancias contaminantes están convirtiendo esta zona de la costa de Huelva en en una fuente continua de contaminación y riesgos de accidente situada junto al mismo Parque de Doñana, situación que se agravaría con estas nuevas instalaciones

En pleno siglo XXI nos parece una aberración la instalación de una nueva refinería como la que se plantea en Extremadura. Teniendo en cuenta que las reservas de petróleo disminuyen continuamente y su obtención supone cada vez más sangre derramada y más vidas truncadas, exigimos un cambio radical en la política de obtención, transporte y procesamiento de combustibles, fomentando fuentes energéticas renovables y métodos productivos más modernos y respetuosos con el medio ambiente.