Ecologistas en Acción de Ayamonte se pregunta de qué tiene miedo el alcalde de Ayamonte al poner impedimentos para que se desarrollen las actividades que Greenpeace tenía previsto realizar en al Plaza de la Laguna el próximo sábado 28 de Octubre, como culminación del Descenso del Guadiana que la organización ecologista viene realizando desde la pasada semana.

Ecologistas en Acción de Ayamonte que está colaborando junto a otros grupos de ambas orillas en las actividades del Descenso organizado por Greenpeace, considera que la denegación del uso de un espacio público sin ninguna explicación ni justificación se corresponde con la tradicional actitud autoritaria y déspota que el alcalde ayamontino mantiene ante todo aquello que pueda suponer atisbos de crítica o cuestionamiento de su política de servicio a la expansión inmobiliaria. El hecho de que algunas de las actividades anunciadas por Greenpeace fuese dar información sobre el estado del Río Guadiana, los peligros que acechan a sus ecosistemas y las barbaridades que se están cometiendo en sus orillas, puede ayudar a entender la denegación de una autorización que con toda naturalidad han concedido los Ayuntamientos de todo el recorrido del descenso iniciado en Ciudad Real y que transcurre por tierras extremeñas y portuguesas antes de culminar en la desembocadura del río en Ayamonte.

La asociación ecologista ayamontina desconoce si la aparición del decálogo contra la corrupción urbanística anunciado por el PSOE en el que se usan conceptos desconocidos por algunos ediles de nuestra ciudad como crecimiento ordenado, transparencia informativa, persecución de reclasificaciones indiscriminadas, etc. tiene que ver con este miedo a la acción informativa del movimiento ecologista. O más bien, se han encendido algunas luces de alarma ante el compromiso también anunciado de que en el mismo partido excluirán de sus listas a acusados de irregularidades y esto pueda generar dificultades al ambiente de impunidad en el que se han recalificado cientos de hectáreas de la desembocadura del Guadiana en los últimos años, generando jugosos negocios inmobiliarios de dudosa legalidad.