“Si fuera millonaria… compraría un deportivo, una scooter, un yate privado, ya que si cojo el autobús llegaré tarde…”. Esta cita, contenida en un libro de inglés, es uno de los ejemplos sobre los valores antiecológicos que se fomentan en los libros de texto.

El estudio, realizado por Ecologistas en Acción sobre 60 libros de texto, afirma que los mismos no mencionan la creciente insostenibilidad del modelo económico y social actual y ocultan el deterioro acelerado de todo lo necesario para vivir: el agua y el aire limpio, el territorio fértil y los alimentos sanos…

Confunden de forma sistemática el bienestar con el crecimiento económico, a pesar de las numerosas y crecientes evidencias, tanto humanas como ambientales, en contra de dicha idea. En este sentido los libros de texto no relacionan la destrucción ambiental con el actual modelo de desarrollo que prioriza la economía monetaria y especulativa sobre todas las cosas.

Alaban sin cesar las posibilidades de la tecnología sin analizar ni cuestionar los grandes desastres ambientales derivados del escaso debate y control social que hay sobre los usos y orientaciones de la misma. No mencionan que el control empresarial y militar de la ciencia y la tecnología han hecho de ellas un factor impulsor de primer orden en la degradación de las condiciones de vida.

Los libros de texto ignoran de forma sistemática los trabajos gratuitos que históricamente vienen realizando las mujeres y la naturaleza y que son claves para la sostenibilidad, de la misma manera que se desprecia con el calificativo de “atrasadas” a todas las culturas que han sido capaces de vivir en armonía con su entorno.

No solamente ignoran uno de los conceptos básicos para entender la sostenibilidad, como es el de los límites físicos al crecimiento, sino que además educan de forma clara para que las chicas y chicos se incorporen felizmente a un mundo de consumo, hipermovilidad y sobreurbanización que esquilma los recursos del planeta. Los libros de texto apenas mencionan la existencia de las multinacionales y el papel que estas juegan en el saqueo y destrucción de los ecosistemas y culturas; las escasas ocasiones en que aparecen las empresas es con carácter publicitario.

Como conclusión del estudio, Ecologistas en Acción afirma que los libros de texto actuales sirven fundamentalmente para legitimar el actual sistema de destrucción ambiental. Los libros de texto ayudan bien poco a fomentar actitudes y comportamientos en la línea de respetar y salvar el planeta. Como los libros de texto representan el conocimiento que la sociedad considera serio y objetivo, Ecologistas en Acción considera que urge una profunda revisión de todas las categorías y conceptos con los que el sistema educativo, y la sociedad en su conjunto, se plantean la relación de la sociedad con la Naturaleza.

Ecologistas en Acción va a comenzar una campaña de información y difusión del informe, que tendrá como destinatarios principales a profesores, editoriales, autoridades educativas, sin dejar de lado a la ciudadanía en general.