Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar responde a la Junta de Andalucía que los datos aportados de la contaminación de las industrias son correctos, a la vez que acusamos a la junta de ejercer de abogado defensor de las industrias.

Cuando la Unión Europea obliga a la Junta a informar a la población de los contaminantes que superan el “umbral” establecido en la Directiva Europea no será para molestarles y darles más trabajo, sino para advertir a la población de lo que están respirando y de que estos umbrales superados no se pueden superar.

La Unión Europea establece que hay que hacer públicos estos datos sencillamente porque las superaciones del “umbral” son excesivas. Y la Consejería de Medio Ambiente no se puede escudar en un error semántico para excusar a las industrias contaminantes.

Esperamos que a la Junta de Andalucía no les parezca poco que en el Campo de Gibraltar se emitan más de 6.023.000.000 kg/año de dióxido de carbono (CO2), 37.470.000 Kg/año de óxidos de azufre, 5.260.000 kg/año de óxidos de nitrógeno, 573.000 kg/año de partículas (PM/10), así como grandes cantidades de níquel, benceno, cromo, cinz, etc… En caso contrario, los ciudadanos de esta comarca deberíamos plantearnos irnos a vivir a poblaciones de la sierra donde no hay tantas alergias, cánceres y otras afecciones.

Esperamos, igualmente, que no se permita en la Autorización Ambiental Integrada, superaciones de contaminantes más amplias de las declaradas para las industrias de la comarca, sino todo lo contrario. No consideramos admisible después de los datos declarados por la Junta, que esta se escude en el comercio de emisiones contaminantes en una zona como el Campo de Gibraltar, en la que el único comercio que se está permitiendo es el jugar con la calidad de vida de los ciudadanos.

Les instamos a que hagan, de una vez por todas, caso de las recomendaciones del CSIC (consejo superior de investigaciones científicas), de realizar un seguimiento fehaciente de niveles de dióxido de azufre, y óxidos de nitrógeno, que doten a las cabinas de vigilancia ambiental de los equipos correspondientes y que éstos se vigilen para garantizar su buen estado de funcionamiento. Porque igual los datos aportados no son suficientes para saber el grado de contaminación que padecemos.

Que hagan igualmente caso de las recomendaciones del CSIC de hacer un estudio exhaustivo de los niveles de benceno, así como una revisión profunda de las instalaciones petroquímicas, que se esclarezcan los niveles de níquel en la sangre de la población en general, así como los niveles de benceno en plasma sanguíneo.

En definitiva que nos representen a nosotros y no a las grandes industrias. Sólo esperamos que cuando exista otro altercado ambiental en la comarca, la Junta responda tan rápido como lo hace cuando se trata de la contaminación por parte de las industrias.