Ecologistas en Acción se está dirigiendo a los responsables del Ministerio de Medio Ambiente y Confederación Hidrográfica del Ebro para que a la máxima urgencia y en todo caso con anterioridad a la ejecución de ningún nuevo embalse en el entorno de la cuenca del Gállego se dote a este río y sus afluentes de un régimen de caudales de mantenimiento de acuerdo con sus valores naturales y lo estipulado en la Directiva Marco del Agua europea.

Mucho se está hablando estos días de la interpretación del acuerdo de la Comisión del Agua sobre la regulación del río Gállego y varias son las resoluciones que se están aprobando en las instituciones de la comunidad autónoma sobre este tema. Todas ellas tienen un denominador común: el olvido de los valores naturales del río Gállego y de la calidad de sus aguas. Ecologistas en Acción lamenta profundamente este olvido del río por parte de las estamentos políticos y solicita medidas urgentes para detener su degradación ante nuevas detracciones y recuperar las zonas más perjudicadas por los usos actuales.

Estos días se anuncia la creación de dos comisiones específicas de seguimiento de la propuesta del Ministerio de Medio Ambiente (que no de la Comisión del Agua de Aragón) para la “regulación artificial” del Gállego, sin embargo y vergonzosamente, ninguna de las dos tiene entre sus cometidos estudiar o proponer medidas de conservación del río Gállego y priorizar la modernización de los regadíos, cuando ambas propuestas son priorizadas por el Ministerio de Medio Ambiente. La nota de prensa emitida por este organismo sobre el conflicto del Gállego indicaba que “estos acuerdos respetarán el régimen de caudales ecológicos de los ríos de esta
cuenca (…) acorde con la Directiva europea” y que “se dará total prioridad a la modernización de los regadíos en el Gállego y el Cinca”, pero curiosamente nadie se está preocupando por la ejecución de estas partes del “acuerdo”.

Estas comisiones, por otro lado son un ejemplo más de la manipulación existente de la comisión del agua, por parte de los responsables del Instituto Aragonés del Agua, que las crean a espaldas de los miembros de dicha comisión, eligiendo sus cometidos y miembros a dedo según sus intereses.

La legislación es clara al respecto, los caudales ecológicos sólo están supeditados al abastecimiento de agua de boca. Sin embargo, la detracción de la que es objeto en la actualidad este río está dejando al mismo en una situación totalmente intolerable en una sociedad que pretende conservar sus valores naturales. Durante gran parte del año varios de sus tramos permanecen totalmente secos o con simples hilos de agua. Por ello es de sentido común, a pesar de lo expuesto estos días por las instituciones que están aprobando resoluciones sobre la construcción de un nuevo embalse en el río Gállego, que se dote al río de caudales antes de seguir con una explotación abusiva del mismo.

Hablando del río Gállego no podemos tampoco dejar de hablar de la enorme contaminación de la que es objeto por la infraestructura industrial de la población de Sabiñánigo, y el vertido de las aguas residuales de otras instalaciones como la Papelera de Montañana, sin olvidar la contaminación difusa proveniente de las zonas agrícolas del bajo Gállego. Esta contaminación afecta de manera alarmante a la biodiversidad del río (recordamos que el Gobierno de Aragón “recomienda” todos los años que no se consuman los peces capturados en este río), pero también a los habitantes de los pueblos que beben el agua de este río. Pero esta cuestión no parece preocupar a las administraciones responsables, ni a las comisiones que se están creando, lo que supone un autentico despropósito.

Los responsables políticos de la Consejería de Medio Ambiente y otras instituciones aragonesas, esos mismos que lanzan costosísimas campañas para que los ciudadanos se sensibilicen sobre la necesidad de conservar los ríos, y que tienen una responsabilidad mayúscula en la actual degradación de los mismos, lanzan propuestas de acelerar actuaciones que pretenden detraer varios cientos de hectómetros cúbicos y seguir anegando uno de los pocos tramos vivos que quedan en el río Gállego, sin tomar una sola medida de conservación del mismo.

Ecologistas en Acción anima a las instituciones aragonesas a que cambien de estrategia y en sus iniciativas recojan la recuperación del río Gállego y se propongan actuaciones medioambientales, entre ellas la dotación de un régimen de caudales y la recuperación de la calidad de sus aguas.