El pasado mes de octubre los responsables de la cementera que la empresa Holcim tiene en Jerez organizaron unas jornadas dirigidas a periodistas especializados en temas medioambientales, en las mismas explicaron a los plumillas las excelencias de la planta y lo bien que funciona todo. Lástima para ellos que los ecologistas tenemos acceso a los datos oficiales de control de emisiones a la atmósfera.

Los datos de registro de emisiones y fuentes contaminantes proporcionados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía del año 2004, que Ecologistas en Acción Jerez tenemos en nuestro poder, referidos a la fábrica de cemento que Holcim tiene en Jerez, reflejan que la realidad de esta industria no es tan verde como la misma dio a entender en el transcurso de la jornadas celebradas el pasado mes en la factoría jerezana.

A pesar del esfuerzo hecho en los últimos años por la industria cementera para disminuir sus niveles de contaminación, por su naturaleza intrínseca, es una industria contaminante. Además, el informe de la Junta referido a la fábrica de Jerez revela que la emisión de monóxido de carbono, por ejemplo, supera en cinco veces el umbral recomendable por la normativa, o cómo la emisión de dióxido de carbono multiplica casi por seis los valores permitidos. E incluso, valores como la emisión de óxidos de nitrógeno multiplican por diez el umbral admisible.

El registro de emisiones y fuentes contaminantes responde a la conocida como Ley de Prevención y Control Integrado de la Contaminación (IPPC, por su nombre en inglés), que será de obligado cumplimiento para España a partir del año que viene. Dicha ley exige a todas las industrias de la Unión Europea que utilicen las mejores técnicas disponibles en el mercado para reducir las emisiones y vertidos que su actividad pueda generar. Igualmente, dependiendo de la actividad, ofrece una serie de valores de emisión que no pueden superarse, que se conocen como umbral, siendo públicos por una Directiva de la UE que obliga a que los ciudadanos tengan acceso a la información medioambiental.

En el caso de la cementera de Jerez, el hecho de que la cantidad de monóxido de carbono emitida a la atmósfera en el año 2004 haya sido de 2.520.000 kilos, frente a los 500.000 kilos recomendables, supone que no se ha trabajado con el suficiente oxígeno, o no se ha hecho bien la mezcolanza para alcanzar la temperatura adecuada u otro tipo de anomalías en la combustión.

En el caso del dióxido de carbono, frente a una cantidad recomendable de 100.000.000 kilos, la emisión en ese periodo de tiempo ha sido de 587.000.000, tal cantidad supondrá que sea multada por cada tonelada de más emitida a la atmósfera. En este caso, el problema es que el CO2 es uno de los gases más importantes en la existencia del efecto invernadero, por lo que las consecuencias de sobrepasar los límites en este parámetro tienen una importancia “capital”.

Otros valores, además del óxido de nitrógeno, hacen referencia a metales pesados como el cadmio o el cobre. En estos últimos casos, que se sobrepasen las cifras recomendadas, significa que la retención que debiera hacer el horno no se está haciendo completa y que, además, los filtros que deben retener esas partículas tampoco están actuando al 100%. Mención especial merece que frente a 100.000 toneladas de óxido de nitrógeno admisibles, se han vertido 1.290.000 kilos de una sustancia que es precursora de la lluvia ácida.