Cada 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales, tras el Convenio Internacional de Ramsar para la protección de estos valiosos ecosistemas, tan amenazados por la intervención del hombre. Estas aguas, estancadas o corrientes, suponen menos del 0,1% de la cantidad total de agua del planeta y aunque no está igualmente repartida, mantiene tanto las poblaciones humanas como los ecositemas naturales y sistemas ecoculturales de los que tanto depende el hombre.

Estos humedales son la fuente principal de agua potable para consumo humano, para el riego de los cultivos y para su uso industrial, pero también es fundamental para el funcionamiento de todo lo vivo, pues sin agua no hay vida posible. A su vez, este recurso mantiene formas de vida humana no entendibles sin los ríos, lagos… pero que se han mantenido en equilibrio con el entorno natural durante milenios.

Es por ello, que el recurso agua debe ser tratado con la mayor de las delicadezas ya que el agua es un patrimonio de todos los seres vivos, humanos o no. Los humedales no pueden ser objeto de expolio para el crecimiento caótico y el enriquecimiento rápido de unos pocos. Al contrario, los firmantes del presente manifiesto abogamos por un uso racional, ahorrativo, eficiente, enmarcado en lo que se ha dado en llamar Nueva Cultura del Agua, en realidad tan antigua como la relación del hombre con los ríos pero enriquecida con los últimos tecnológicos para gestionar el recurso y rentabilizar su uso tanto como sea posible y hacer compatible ese uso con el desarrollo sustentable de los pueblos.

Los ríos de Sierra Bermeja, prestan un valiosísimo servicio tanto a los ecosistemas serranos y litorales como al ser humano. Y es que los ríos del entorno de Sierra Bermeja son los agentes que llevan hasta el mar los necesarios nutrientes de los que se alimenta el rico pescado de la bahía de Estepona, desde la punta de Calaburras al Peñón de Gibraltar. De igual modo, son estos ríos los que, de forma completamente natural, forman las playas con su incesante aporte de arena. Nuestras playas, junto con nuestro suave clima, son la base de nuestro éxito turístico y mantienen vivos multitudes de pequeños y medianos negocios, y con ellos a miles de familias. Pero no se puede sustituir el impagable trabajo de los ríos bermejenses por una práctica tan simplista como inútil, derrochadora y destructiva como el vertido de arena sin más.

Comarcas milenarias como el Valle del Genal y la propia Costa Occidental Malegueña hasta que llegó la explosión turística, se han mantenido vivas gracias a la producción agroganadera y pesquera, mantenida por nuestros ríos. Y cuando pase esta quimera del oro turístico residencial, nuestros ríos continuarán ahí dispuestos a mantener nuestra existencia como poblaciones ribereñas, tanto mejor cuanto más y mejor los cuidemos. Sustraer injustificadamente o deteriorar el curso o la calidad de los ríos es cavar bajo nuestros pies. Y si se sustrae el agua de otras comarcas, limitándoles un recurso que les han pertenecido siempre, estaremos cometiendo una injusticia y una canallada.

La importancia ecológica de los ríos del entorno de Sierra Bermeja los ha hecho merecedores de la protección de la Unión Europea como Zonas de Especial Conservación de la Red Natura 2000 desde el julio de 2006. Son los ríos Verde, Real y Guadaíza que desembocan en Marbella, los esteponeros ríos Guadalmina, Guadalmansa, Castor, Padrón y La Cala, el río Manilva y el Genal, sostén de 16 pueblos de una comarca milenaria, desde Igualeja a Casares. Estos ríos se caracterizan por ser cortos, con caudal intermitente y por formar en sus desembocaduras lagunas salobres de elevadísima importancia ecológica.

Estas lagunas son islas ecológicas estivales, donde resisten los rigores veraniegos multitud de especies protegidas por su riesgo de desaparecer para siermpre de la faz de la tierra y que son tan nuestras como Sierra Bermeja y sus ríos. Otros arroyos bermejenses no protegidos por la Unión Europea también merecen un esmerado trato… Tales son el Velerín, Guadalobón, Arroyo Enmedio, Arroyo Vaquero, Alcorrín…. así como otros arroyos menores de la comarca. Pues todos ellos contribuyen a hacernos la vida más agradable, nos riegan amablemente las huertas, dan de beber a nuestros animales y alimentan a nuestros peces.
Queda pues provada la falsedad de que el agua que no se embalsa se tira al mar. Nunca se tira el agua a ningún sitio, sencillamente por que no es posible. Allá donde el agua vaya, prestará su servicio. Pero sí es posible y muy fácil, deteriorar su calidad y hacerla inservible a los seres vivos, incluido el hombre, o reducir su uso al beneficio exagerado de unos pocos que se puedan permitir pagarla y usarlas en piscinas privadas, chalets de lujo, campos de golf, jardinería preelectoral, inadecuada, efectista y despilfarradora… Usos todos ellos tan típicos como nuevos, egoístas y alocados de nuestra sobrecargada costa malagueña.

A pesar de su generosidad, los ríos de Sierra Bermeja están en serio peligro por la contaminación orgánica, química y por partículas en suspensión en sus desembocaduras, vertidos puntuales de residuos sólidos y de áridos, construcción de escolleras, encauzamientos, carreteras, etc. Grave es la presión urbanística que sufren las desembocaduras y los tramos bajos de nuestros ríos bermejos, asfixiados por la construcción. Pero, sin ninguna duda, el mayor peligro que se cierne sobre nuestros ríos y acuíferos es producido por las grandes infraestructuras hidráulicas que modifican gravemente la recarga de acuíferos costeros y el caudal de los ríos. Es el caso de la presa propuesta en el río Padrón o el trasvase Genal-Padrón-Verde, además de otras obras ya consolidadas como las presas de derivación de Guadalmina y Guadalmansa o la gran presa de río Verde. Así, las desembocaduras de los ríos, Guadalmansa y Guadalmina, deteriorados gravemente sus ecosistemas por presas y escolleras, son difícilmente recuperables si no se establece un caudal ecológico que garantice la supervivencia de estos hábitats tan importantes y se restauran sus riberas.

Es por ello, que los firmantes del presente manifiesto reclamamos la protección efectiva de todos los cursos fluviales de Sierra Bermeja por parte de las autoridades locales, autonómicas y estatales, a la vez que rechazamos totalmente la construcción de la presa proyectada en el río Padrón, o cualquier otra injustificada o insoportable por el medio, así como el trasvase Genal-Padrón-Verde también proyectado en el Plan de Ordenación Territorial de la Costa del Sol Occidental y que atravesaría de norte a sur la Sierra Bermeja de Estepona, robándole el agua del Genal a su comarca para mantener el monstruo urbanizador de la costa.

Pretendemos, como alternativa viable y perdurable, la aplicación de la Nueva Cultura del Agua, ya recogida oficialmente sobre el papel por la Junta de Andalucía. Queremos que nuestros ríos de Sierra Bermeja sigan siendo ríos vivos y vitalizadores de sus pobladores y se mantengan así tanto tiempo como sea posible.