Desde el Ayuntamiento de Salamanca se anuncia a bombo y platillo, como es habitual, que se prevé firmar un convenio con el Ente Regional de la Energía (EREN) con el fin de aprovechar el biogás que se genera en el vertedero de Salamanca, situado en Villamayor, a medida que se descompone la materia orgánica allí acumulada durante más de 40 años de utilización. Se nos quiere presentar el aprovechamiento energético del biogás como un logro medioambiental, lo cual es puesto en duda por Ecologistas en Acción.

Por supuesto que el vertedero debe ser desgasificado para evitar problemas ambientales y de seguridad y parece lógico que ese gas se aproveche para la generación eléctrica mediante combustión antes que emitirlo a la atmósfera o quemarlo sin mayor aprovechamiento. Lo que Ecologistas en Acción cuestiona es que se haga este proyecto cuando el vertedero todavía no ha sido sellado, porque justamente el mayor rendimiento en la captación y el uso del biogás se produce cuando el vertedero se encuentra totalmente sellado, pues de otra forma se producen fugas y pérdidas. Esa es una realidad contrastada por la experiencia en ingeniería ambiental que, por supuesto, en el EREN conocen, por lo que este proyecto solo puede obedecer al deseo del PP de maquillar una realidad ambiental desastrosa como es el vertedero de Villamayor, que sólo la imprevisión, el desinterés del Ayuntamiento y el favoritismo hacia los intereses de la empresa gestora del vertedero, explican que siga en uso pese a los informes y proyectos sobre la clausura existentes desde 1996.

Llama la atención que se vuelva a presentar la desgasificación del vertedero como algo nuevo cuando se supone que le empresa gestora lo viene haciendo desde hace años, salvo que se nos haya mentido.

Téngase en cuenta que el 12 de septiembre de 1997 se adjudicó a la Unión Temporal de Empresas FCC Medio Ambiente y FCC, S.A. (la misma que gestiona el vertedero) mediante concurso el «Proyecto y Ejecución de las obras de acondicionamiento medioambiental, sellado y clausura del vertedero de Residuos Sólidos Urbanos de la Ciudad de Salamanca» con un presupuesto de adjudicación de 712.418.417 pts. que se financió parcialmente con fondos europeos del Programa POMAL.

Las primeras obras que se desarrollaron fueron de urgencia: evitar la entrada de aguas pluviales, abrir drenajes, recogida de lixiviados, depuradora de las naves de lavado de camiones, reparación del vallado perimetral… Es decir, todas aquellas anomalías más evidentes que los ecologistas habían denunciado y que el entonces concejal de medio ambiente, el recrodado Miguel Ignacio González, siempre se negó a admitir.

Dentro del Proyecto de 1997 se incluía la desgasificación con un presupuesto de 71.656.072 pts. Sin embargo el Proyecto no se aprueba hasta el 13 de marzo de 2000, lo cual pone en evidencia el desinterés del Ayuntamiento y de FCC por llevar a cabo dichas obras.

En junio de 2001 se aprobó un modificado del Proyecto de Sellado que consistió en pagar a la empresa adjudicataria por NO SELLAR 71.826 metros cuadrados (28% del total) y preparar esa parcela para recibir nuevos vertidos, modificando las cotas del vertedero convirtiéndolo en una montaña de basura.