Desde comienzos del año 2002 el Grupo de Estudio y Conservación
Marina “DELPHIS” integrado en la organización Ecologistas en Acción de Cádiz, viene desarrollando distintas acciones relacionadas tanto
con la flora como con la fauna marina, y en especial, con aquellas especies que
presentan una problemática grave y que necesitan un esfuerzo mayor para su
protección y conservación, como son los cetáceos y tortugas marinas. Son
muchos los varamientos y capturas accidentales de animales marinos que se
producen en toda la costa gaditana que o bien ya están muertos o bien están
aún con vida y se debe prestar auxilios para su posible recuperación. Desde
septiembre del 2003 Delphis cuenta con los permisos de la Consejería de
Medio Ambiente que autorizan a la obtención de muestras y realización de
necropsias de estos animales. En este informe se detalla la información
obtenida a partir de la asistencia a los lugares donde habían animales varados
y posteriormente su estudio para concluir con estadísticas.

Las aguas que envuelven el Estrecho de Gibraltar constituyen un enclave
especialmente rico en biodiversidad de flora y fauna debido a que por su
situación geográfica es la única vía de acceso para todas las migraciones que
se realizan entre el Atlántico y el Mediterráneo. Además constituye una de las
áreas más interesantes y privilegiadas para el estudio y recuperación de
especies como la tortuga boba, tortuga laúd, delfín común, delfín listado,
calderones… Muchas de las especies marinas que frecuentan estas costas se
encuentran amenazadas a causa de la sobreexplotación pesquera y la
contaminación de las aguas litorales, viéndose esto traducido en una
disminución de las poblaciones de animales y reflejado en el aumento de
ejemplares de cetáceos y tortugas marinas varados en nuestras playas.

Los cetáceos son un grupo de mamíferos marinos, compuesto entre otros,
por distintas especies de delfines y ballenas que se reparten por las aguas de
todo el planeta, desde el trópico hasta ambos polos. Son alrededor de 80 las
especies de cetáceos descritas en todo el mundo y en torno a 30 las especies
que bien de forma permanente o de paso en determinadas épocas podemos
observarlas en la provincia de Cádiz. Respecto a las tortugas marinas, de las 7
especies que existen en todo el mundo, son 2 (tortuga boba y tortuga laúd) las
que encuentran en aguas gaditanas zonas de alimentación y las podemos
observar en alta mar o varadas en la playa.

La gran mayoría de los cetáceos y tortugas tienen pocos enemigos, los
más importantes son los grandes tiburones y orcas transeúntes (en el
Mediterráneo, este problema es más restringido debido a que estos
depredadores son poco frecuentes), sin embargo, la mayoría de las muertes se
deben a otros factores: accidentes en el momento de captura del alimento,
ingestión de cuerpos extraños debido a la semejanza con la presa (ej: bolsas
de plástico), por comportamiento de grupo al tener fuertes vínculos familiares
(seguimiento al líder y varamientos masivos), también ocurren errores al
navegar en aguas costeras al ser sorprendidos cuando su sonar detecta
accidentes geográficos a los que no están acostumbrados, desorientándoles y
pudiéndoles provocar el varamiento o por anormalidades en campo magnético
terrestre, etc. Pero las mortandades más altas, si exceptuamos las debidas a
agentes infecciosos, son aquellas en las que la actividad humana es la
causante: contaminación química procedente de vertidos industriales o
accidentes, tráfico marítimo conllevando contaminación acústica y atropellos,
redes a la deriva y otros objetos potencialmente peligrosos, destrucción del
litoral y ecosistemas asociados, actividades turísticas masivas como un turismo
de avistamientos sin control ni regulación… Son muchas de estas amenazas
las que en la provincia de Cádiz acechan a la conservación del medio marino y
su fauna.

Nuestro interés y dedicación por estas especies protegidas, y que resultan
vulnerables en ciertos puntos de nuestra provincia ante amenazas como la
contaminación o la interacción con la pesca, nos lleva a seguir invirtiendo
esfuerzos en aumentar la solidez de una Red de Varamientos eficaz, y así
evitar que animales que llegan a las playas permanezcan allí sin que su muerte
sea registrada y por lo tanto se puedan perder datos que resultan valiosísimos
por la información que pueden arrojar y en el caso de que lleguen vivos, evitar
al máximo el sufrimiento de ese animal y aumentar las posibilidades de su
recuperación, contribuyendo así a la supervivencia de ese animal y también a
la conservación de estas especies emblemáticas que frecuentan nuestras
costas.