El proyecto incumple acuerdos de la comisión del agua, compromisos de las administraciones involucradas y sigue incidiendo en la degradación del río Ésera con total indiferencia para sus valores naturales.

El gran acuerdo conseguido por la Comisión del Agua de Aragón el 1 de febrero de 2005, sobre la regulación del río Ésera y el embalse de San Salvador, recogía medidas ambientales para evitar que la nueva detracción de caudales por la explotación del nuevo embalse siguiera incidiendo de manera importante en la degradación del río. Más allá, incluso recogía medidas para reducir la degradación ya existente en todo el Ésera.

Algunas de estas medidas hacían referencia al estudio de un régimen de caudales para todo el río Ésera, la adecuación de pasos para la fauna en las presas ya existentes y la protección de un tramo del río Ésera. Dos años después de la aprobación de este acuerdo, el proyecto de embalse de San Salvador no recoge las medidas que le son propias. Ni siquiera han sido estudiadas en las reuniones de las comisiones de seguimiento del acuerdo (que llevan un año sin reunirse), ni por las administraciones que se comprometieron a cumplirlo.

Para Ecologistas en Acción, tras el estudio del proyecto de construcción del embalse de San Salvador, que ha sido sometido a información pública recientemente por la Confederación Hidrográfica del Ebro, éste no sólo olvida las propuestas medioambientales, sino que, sin aportar justificación alguna, incide de manera importante en la degradación de los tramos de los ríos Ésera, Cinca y la Clamor que se verán afectados por el embalse, con total desprecio a sus valores naturales e incumpliendo los acuerdos de la comisión del agua y la normativa sectorial.

Para Ecologistas en Acción en inconcebible que una nueva detracción de 95 hm3/año (cantidad media estimada por el proyecto) que viene a unirse a las numerosas que ya padece el río Ésera, con total desprecio e incumplimiento de la normativa existente (Ley de aguas, ley de pesca, Plan Hidrológico Nacional, Plan de Cuenca del Ebro, Directiva Marco del Agua), no contemple medidas básicas como la dotación de un régimen de caudales de mantenimiento aguas abajo de la captación. El proyecto, de manera casi ridícula, se limita a decir que la nueva detracción de caudales no tendrá incidencia en la dinámica fluvial, sin ningún tipo de estudio donde avalar esta afirmación inaudita.

Dado que el espíritu de las medidas ambientales del acuerdo de la Comisión del Agua, era paliar en lo posible los impactos negativos del embalse de San Salvador, el que no se haya realizado el simple estudio de estas propuestas y que el proyecto no contemple ni una sola medida preventiva o correctora en el río Ésera, supone un incumplimiento importante del acuerdo de la Comisión del Agua.

Para Ecologistas en Acción y de acuerdo con la normativa correspondiente, la solicitud de nuevos aprovechamientos en la zona vendría condicionada al previo estudio, determinación y fijación de la demanda ambiental específica de cada uno de los tramos fluviales a afectar, con arreglo a la Ley de Aguas. El no fijar la demanda ambiental en un tramo a partir de la solicitud de nuevos aprovechamientos parecería enteramente arbitraria, implicando desconocimiento de la ley, ya que ignoraría en su base los requerimientos del ecosistema. Entendemos que, en derecho, estas concesiones, como cualquier nueva concesión de caudales en entornos y tramos fluviales de cierto valor natural, debería ser condicionada a la previa determinación y fijación de la demanda ambiental específica a cargo de la autoridad hidráulica competente .