Guía para las administraciones locales:
Eliminación de contaminantes hormonales

Ecologistas en Acción, dentro de su campaña “Libres de contaminantes hormonales”, hace pública una completa guía que puede ser utilizada por cualquier administración local o regional que quiera reducir la exposición de su población a los contaminantes hormonales.

Los contaminantes hormonales, también conocidos como disruptores endocrinos (EDC, Endocrine Disrupting Chemicals en inglés), son sustancias químicas sintéticas capaces de alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal de humanos y animales.

La exposición de la población a estos tóxicos se relaciona con el incremento enfermedades y graves daños a la salud como infertilidad, malformaciones congénitas, cáncer de mama, próstata, testículos o tiroides, diabetes, obesidad, daños en el sistema inmune y alteraciones en el desarrollo neurológico, como autismo y síndrome de hiperactividad.

Los contaminantes hormonales son ubicuos. Se encuentran a nuestro alrededor en los alimentos con residuos de ciertos pesticidas, en los materiales de construcción, en el material clínico y en productos de consumo habitual como plásticos y latas en contacto con alimentos, productos de limpieza, material informático, ropa o cosméticos, por citar sólo algunos.

Las administraciones públicas tienen la gran oportunidad de reducir la exposición de su población a los contaminantes hormonales a través de sus compras públicas, de las condiciones técnicas que establezcan en sus contratos, de la información de su población y de la formación de sus profesionales.

Esta nueva guía es una herramienta de extremada utilidad para las administraciones ya que facilita la elección de medidas sencillas y de bajo coste, pero con gran repercusión en la salud y el medio ambiente.

Para diversas áreas de responsabilidad pública, la guía proporciona información y alternativas seguras para:

  1. Evitar el uso de plaguicidas tóxicos en jardines, zonas verdes y en la higiene de edificios públicos. La guía identifica qué sustancias tóxicas deben evitarse y cuáles son las alternativas a su uso.
  2. Fomentar el consumo de alimentos sanos y el uso de envases y utensilios de cocina libres de contaminantes hormonales en guarderías, comedores escolares, residencias y centros hospitalarios.
  3. Promover el uso de productos limpios a través de contratas y compras públicas. La guía aporta un listado de materiales sin tóxicos para la construcción y equipamiento de edificios públicos
  4. Informar a los ciudadanos y formar a sanitarios, educadores y periodistas sobre los contaminantes hormonales; sus riesgos, las principales fuentes de exposición y la forma de reducir esta exposición.