Con motivo de la entrega de un premio a la autovía A-381 Jerez-Los Barrios, concedido por la Internacional Road Federación (IRF), en la categoría de Medio Ambiente, Ecologistas en Acción no comparte ningún reconocimiento de tipo medioambiental a las obras de construcción de una autopista, y menos de esta, que atraviesa uno de los parques naturales más valiosos de Andalucía, y el que es, sin duda, la mejor representación de bosque mediterráneo de nuestro país.

Esta autopista fue aprobada sin cumplir lo prescrito en el Real Decreto Legislativo 1302/1986 en relación con la obligatoriedad de estudiar opciones alternativas, no sólo de trazado, sino de resolución del problema planteado, esto es, las comunicaciones del Campo de Gibraltar con Jerez y la Bahía de Cádiz. Ecologistas en Acción presentó una propuesta alternativa, basada en la mejora y ampliación de la red ferroviaria del Campo de Gibraltar, y en la mejora de las carreteras N-440 (Jerez-Los Barrios) y la C-343 (Medina-Vejer), que hubiera supuesto un menor impacto ambiental y el fomento del trasporte público, más económico y menos contaminante. Esta alternativa ni siquiera fue tenida en consideración a la hora de estudiar las alternativas a la autovía. Hay que destacar que mientras se invierten cientos de millones de euros en conectar el Campo de Gibraltar con Málaga y Jerez, la única línea de ferrocarril que llega a Algeciras (el mayor puerto de contenedores de España) tiene más de 100 años de antigüedad; no existiendo conexión ferroviaria ni con Cádiz ni con Málaga.

Entre los impactos más importantes que ha provocado la construcción de esta autopista, y que al parecer desconoce la IRF, se pueden destacar:

Las obras de la autovía han sepultado unas 500 Has bajo el asfalto, y se han talado más de 10.000 árboles, principalmente alcornoques, acebuches y quejigos, e infinidad de especies del valioso matorral mediterráneo.

Destrucción de importantes yacimientos arqueológicos

Creación de una barrera física que divide al Parque Natural Los Alcornocales, pues está más que demostrado que los pasos de fauna son poco eficaces, ya que los animales tienen sus querencias y zonas de paso, que han sido sellados por esta obra de infraestructura.

Un impacto paisajístico brutal, imposible de eliminar con medidas correctoras. La herida que se ha abierto es el mayor impacto que ha sufrido este Parque Natural y, lamentablemente lo ha causado la propia administración pública responsable de la salvaguarda de los valores naturales de este espacio protegido.

Pero sobre todo, Ecologistas en Acción considera que no se puede en el siglo XXI hablar de autopistas «ecológicas». Cuando cada vez es más patente que los días del petróleo están contados, cuando el principal reto al que se enfrenta la humanidad es frenar el cambio climático, en nuestro país, y particularmente en Andalucía, se sigue optando por un modelo de movilidad basado en las grandes obras de infraestructura, sobre todo autovías, y en el fomento del trasporte privado, el que más energía consume y el que más contamina.

En este sentido, la conversión de carretera en autovía supone un aumento medio de la velocidad de 90 a 120 km/h (en realidad más, pues no se suelen respetar el límite de velocidad de las autopistas). La gráfica adjunta es contundente, y se puede asegurar que el consumo de combustible aumenta en torno a un 50% al pasarse de 90 a 120 km/h, y las emisiones de CO se multiplica por cuatro.

Fuente: F. Vester, El Futuro del Tráfico, Ed. Flor del Viento, 1997

El transporte consume el 36% de la energía final, y es el sector económico donde más crece (un 4,2% de media anual), correspondiéndole casi un 90% de este consumo a la carretera. Con relación a este consumo se halla su contribución a las emisiones de CO2 que han crecido en los últimos 10 años más de un 60%, y que convierten al sector en uno de los principales responsables del impresionante aumento de estas emisiones por parte de España, que se ha alejado enormemente de los compromisos de Kioto.

Lo único que puede valorarse de esta autovía es que la ejecución ha estado muy «cuidada», esto es, se han revegetado los taludes, se han restaurado las zonas deterioradas por acopio de materiales o aparcamiento de maquinaria, se han limpiado la zona afectadas por las obras…, es decir, se ha hecho lo que se debería hacer en toda obra pública, y que lamentablemente no se hace casi nunca.

Por todo ello, Ecologistas en Acción entiende que es una auténtica falacia denominar «ecológica» a ésta y a cualquier autopista.