Un atentado ecológico sin precedentes está teniendo lugar en pleno Parque Natural de la Serranía Cuenca. Y su causante no es ninguno de los habituales depredadores del medio ambiente sino que es quien debería velar escrupulosamente por la conservación de este espacio recién protegido, la propia Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural.

Amparada en un aparentemente inocuo programa de acondicionamiento y mejora de caminos para uso público, la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural está creando una red de casi 80 kilómetros de pistas en la serranía de Cuenca y, para ello, se están arrancando miles de árboles, moviendo millones de toneladas de tierra, alterando espacios de singular interés natural y generando un daño gravísimo tanto a las masas forestales, a los hábitats como a las especies que en teoría se deben proteger.

El recién estrenado Parque Natural de la Serranía de Cuenca empieza así con muy mal pie. Cuantiosos fondos europeos, unos 2 millones de euros, se están invirtiendo en la ejecución de esta red de pistas que sin lugar a dudas van a dar paso a un crecimiento descontrolado del acceso motorizado y a aumentar el riesgo de incendios a zonas tan sensibles como los cortados de la Muela de la Madera, en los términos de Cuenca y Las Majadas. Las obras también suponen una agresión directa a zonas de nidificación de especies en peligro como el Alimoche y con poblaciones muy escasas de Cabra Montés, para colonias de Buitre leonado y para, al menos, un área crítica para el Águila Real.

Las obras no sólo contradicen las directrices básicas de gestión ya aprobadas para este Espacio Natural que plantean objetivos de conservación y recuperación de ecosistemas y especies que han de impedir la realización de obras que alteren gravemente las condiciones naturales, sino que además carecen de una correcta evaluación de Impacto Ambiental, tanto de la obra en sí como de su incidencia en el Parque Natural y en la Red Natura 2000. Recordemos que el parque es Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario de la Red Europea Natura 2000.

Toda esta serie de daños ambientales e irregularidades, cuando no delitos, ha llevado a que el pasado jueves se mantuviera una entrevista urgente, entre los representantes ecologistas y el Delegado de Medio Ambiente, Darío Dolz. Éste justificó la ausencia de evaluación ambiental y de consultas a los interesados, incluyendo el propio Ayuntamiento de Cuenca, por tratarse de obras de ampliación de viejos caminos, antiguas vías de saca o incluso sendas de herradura. Obviando así que muchos de esos caminos y senderos se podían mantener como estaban y que no es necesario abrir pistas de tamaño desproporcionado y menos en tal número y longitud.

El Delegado confirmó que pese a las grandes dimensiones de las pistas y su impacto sobre zonas de gran valor, la Consejería de Medio Ambiente había realizado un informe, certificando la no afección de las obras a la Red Natura 2000. A juicio de Ecologistas en Acción en la firma de este informe, cuya veracidad es negada por la realidad de los daños ambientales causados, podría haberse incurrido en un caso de prevaricación.

Ecologistas en Acción ha exigido al Delegado de Medio Ambiente, la inmediata paralización de las obras en curso, de manera que no se abran nuevas pistas y que con el afirmado de las pistas ya realizadas no se dificulte todavía más la necesaria recuperación de los hábitats críticos dañados. Asimismo se ha solicitado toda la documentación obrante en el expediente y una revisión general de los proyectos.

Mañana lunes ambas partes volverán a mantener una nueva entrevista y de no recibirse las adecuadas explicaciones Ecologistas en Acción, iniciará de inmediato los procedimientos de denuncia establecidos para este tipo de situaciones.

Por último Ecologistas en Acción, responsabiliza también al propio Consejero de Medio Ambiente, quien acaba de dar a conocer un Plan para favorecer accesos a casas forestales y su transformación en hoteles, poniendo como ejemplo la de Pie Pajarón, precisamente en la zona de la Muela de la Madera. La ampliación de la ya sobredimensionada y mal gestionada red de pistas en espacios Naturales Protegidos, parece responder a una Planificación política, al margen de la legalidad y de las prioridades de conservación establecidas en el Decreto de aprobación de las Directrices básicas del Parque Natural.