El lindano es un isómero químico del hexaclorociclohexano (HCH) que ha sido utilizado como plaguicida en el pasado. Es una sustancia organoclorada prohibida desde 2008 en la UE, que se caracteriza por su persistencia, toxicidad, movilidad y bioacumulación.

Su fabricación se llevó a cabo en varios países europeos durante la segunda mitad del siglo XX. El proceso de obtención del lindano era muy ineficiente de forma que, por cada tonelada producida, se generaban entre seis y diez toneladas de residuos con unas características contaminantes similares a las del lindano.

En el Estado español funcionaron varias fábricas de lindano entre finales de los años cuarenta y principios de los noventa del siglo pasado. Algunas de ellas recibieron denuncias por el grave impacto ambiental que produjeron, como es el caso de Bilbao Chemical S.A., localizada en Ansio-Barakaldo (Bizkaia); Nexana S.A., situada en Asua-Erandio (Bizkaia), Zeltia en O Porriño (Pontevedra) e Industrias Químicas del Noroeste S.A., ubicada en Sabiñánigo (Huesca). Además, también han fabricado lindano o han utilizado lindano en sus procesos de producción, otras empresas situadas en Barcelona o Madrid. Los casos de Bizkaia y Huesca resultan especialmente graves, porque mantienen actualmente focos de contaminación por esta sustancia, es decir, a día de hoy siguen ocasionando un impacto de consecuencias incalculables.

[Informe] Fabricación y uso del lindano

La gran cantidad de residuos que se generaban en la obtención de lindano fueron mal gestionados, hasta tal punto que se realizaron presuntamente vertidos ilegales en sitios diferentes a los de fabricación. Así que estos residuos pueden encontrarse en numerosos puntos del país muy alejados de las fábricas donde se originaron, como Borobia (Soria), Cabria (Palencia), Vitoria-Gasteiz (Araba), Viana (Navarra) e Igúzquiza (Navarra). Hubo una absoluta opacidad en los vertidos, como lo demuestra el hecho de que años después de su prohibición se siga detectando su presencia, en ocasiones en niveles superiores a lo permitido, por parte de las confederaciones hidrográficas en bastantes cursos de agua distribuidos por casi todo el país. A día de hoy se desconoce parte de la ubicación de estos puntos, las cantidades o las condiciones en que se produjeron estos vertidos.

El lindano se sintetizó también en otros trece países de la UE, encontrándose los puntos críticos mejor documentados en Alemania, Eslovaquia, Francia, Hungría, Italia, Polonia, República Checa y Rumania. En varios de estos focos de contaminación, los residuos de la fabricación de lindano han dejado igualmente una herencia ambiental de muy graves consecuencias.

Las iniciativas emprendidas tanto a nivel europeo como de los estados, son claramente insuficientes. Es necesario trabajar en la confección de un mapa exhaustivo del lindano en España, que reconstruya la trazabilidad de los residuos e identifique la ubicación de todos aquellos vertidos que no están localizados ni detectados, para posteriormente poder proceder a su retirada, tratamiento y a la descontaminación integral de las zonas afectadas, hasta conseguir una completa erradicación de esta carga contaminante en nuestro país, en un plazo de tiempo lo más reducido posible. Para ello, tanto las administraciones autonómicas y como la estatal deben trabajar de forma coordinada.

Paralelamente, debería modificarse la actual normativa estatal, prohibiéndose expresamente la utilización de cualquier agua para abastecimiento a poblaciones donde en algún momento se haya detectado la presencia de lindano, con independencia de la concentración, tal y como se recomienda a nivel sanitario desde diferentes organismos internacionales.

Asimismo, es necesario que se evalúe la exposición de la población de las zonas afectadas a estos contaminantes, se exijan las responsabilidades que correspondan (penales, administrativas y políticas) a los causantes de la contaminación y se destinen desde los gobiernos central y autonómicos las partidas presupuestarias necesarias para hacer efectivas las acciones mencionadas.

La contaminación de los suelos es una gran asignatura pendiente dentro de la UE. Por tanto, como uno de los principales países afectados, España, debería liderar en la UE un frente para avanzar hacia una normativa europea de suelos, en línea con lo que está demandando la sociedad civil europea.